VII

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Sonó el despertador y me levante, tenía un ligero dolor de cabeza por lo mucho que había llorado, no tenía ganas de ir al colegio, pero era mi obligación, así que me dirigí a ducharme, me maquille y me vestí, me puse un jean claro, con una camiseta que tenía el logo de Batman, unas converse negras y unos zarcillos cortos.

Después de vestirme salí de mi cuarto hacia la cocina, tenía hambre porque había cenado solo una manzana, me quería comer una vaca entera del hambre que tenía, pero en ese mismo momento recordé todas las cosas que me había dicho Suzy y una lágrima salió de mi ojo izquierdo, me la quite rápidamente de la cara.

De pronto note que se me había quitado gran parte del hambre que tenía, así que agarre una banana, me despedí de mis padres y me fui al colegio con mi hermano mayor José. José tenía la mirada fija en mí, yo hacía como si nada pasara pero la verdad era incomodo, al terminarme mi banana bote la concha en el basurero más próximo y seguí caminando. Trate de aguantar pero estaba harta de la mirada de mi hermano así que le dije:

-José, ¿hay algo que me quieras decir?-dije un tanto desesperada- porque me tiene harta, llevas todo el camino mirándome con una cara muy rara y me incomoda.

-¿que ya no te puedo mirar?-dijo arqueando las cejas.

-José, como me mirabas no es una mirada normal, a ver dime ¿qué pasa?-dije.

-Pues te he notado algo rara desde hace unos días, no quieres comer, haces mucho ejercicio, estas encerrada la mayor parte del tiempo en tu cuarto. Hermanita dime ¿te pasa algo?-dijo un tanto preocupado.

Yo era muy mala mintiendo, así que lo hice fue bajar la cabeza, y seguir caminando, el me siguió estaba esperando que le respondiera -No me pasa nada, estoy bien, solo es falta de apetito que me da a veces, me gusta el ejercicio, además ¿qué chica de 13 años conoces que no se la pase encerrada en su cuarto?- dije respondiendo a la pregunta de mi irritante hermano mayor.

-bueno eso es cierto -dijo el acertando mi respuesta.

Después de eso seguimos caminando hacia el colegio, hasta que por fin llegamos. Todas las miradas recaían en mí, se reían, susurraban, me miraban feo, quería que me tragara la tierra, en un momento llegue a sentir rabia y ganas de bofetearlos, pero no lo hice por educación, hasta que por fin vi donde estaban mis amigas y corrí hacia donde estaban ellas. Al llegar les dije:

-Hola ¿cómo están?-les dije.

-Hola María ¿estás bien?-dijo Sofía preocupada.

-Hola si, nos tenías preocupadas, te fuiste muy rápido ayer de clases y no contestabas el celular -dijo Daniela también algo preocupada.

-Oigan estoy bien, mi celular estaba apagado, tranquilas -dije calmándolas; y al parecer funciono.

En ese momento sonó el timbre de entrada a clases, las tres caminamos hasta nuestro salón, nos sentamos juntas como siempre, a esperar que llegue el profesor que nos tocaba a primera hora. En ese momento llego Suzy, al verme sonrió muy malvadamente mientras caminaba hasta el puesto de ella, después de que llego Suzy también llego el profesor.

Al pasar las primeras cuatro horas de clase sonó el timbre de recreo, todos salieron incluyéndome, al salir Suzy estaba recostada en la pared hablando con una de sus amigas, yo hice como si no estuviera allí, lamentablemente me tocaba pasar al lado de ella porque en donde estábamos era un pasillo muy estrecho. Al pasar al lado de Suzy, ella me metió el pie, no me di cuenta, fue muy repentino, así que no lo pude esquivar y me caí, y Suzy dijo:

-Ups, lo siento no vi que la gorda María estaba caminando tan cerca de mí -dijo Suzy muy falsamente, era obvio que quería que me cayera.

Al caer todos se rieron a carcajadas al verme tirada en el piso, mis únicas amigas (Daniela y Sofía) me ayudaron a levantarme, estando ya de pie note que me había pegado muy fuerte en la rodilla que hasta me salió un poco de sangre, no podía afincar el pie, me dolía mucho, así que me regrese al salón junto con mis amigas.

Sentí un nudo en la garganta y se me cristalizaron los ojos, y lágrimas fueron cayendo de mis tristes ojos, quite las lágrimas lo más rápido que pude, saque de mi bolso una botella de agua y tome un poco, y luego respire profundamente, ese día se estaba convirtiendo en el peor día de mi vida. Mis amigas no supieron que decirme, así que se quedaron calladas, nadie hablo, de pronto sonó el timbre para entrar a clases, nos sentamos en nuestros respectivos puestos y esperamos a que llegaran los demás y la profesora que tocaba.

Todos llegaron, incluyendo a la profesora, y no más llego empezó a dar clases... Después de las otras cuatro horas de clases, sonó el timbre, guardamos y nos fuimos, al ir hacia la salida del colegio estaba Suzy con una parte de los alumnos de mi salón, les dijo algo y me miro, cuando pase al lado de ella me dijo:

-¡¡cuidado!! ¡¡Ahí viene la gorda María!! ¡¡Corran que los puede aplastar!! -dijo Suzy.

En ese momento el grupito que estaba con Suzy grito y corrieron en diferentes partes, mientras que los demás se rieron, me sentí horrible, algo apenada, así que corrí lo más rápido que pude a la casa antes de empezar a llorar, subí a mi cuarto y me encerré, llore bastante, hasta que por fin me calme, decidí que ya era hora de pesarme, así que fui a buscar la balanza y me pese, había rebajado cuatro kilos.

Estaba contenta, pero al parecer no era suficiente para la sifrina de Suzy y los demás del colegio, me volví a sentir mal, me fui a hacer la tarea, y al terminar comí unas uvas de merienda y mientras merendaba pensé "definitivamente este se ha convertido en el peor día de mi vida... Pero es solo un mal día, no una mala vida"

Siempre intento subirme el ánimo, y funciona, por un rato, luego vuelvo a caer, y ese es el problema; caer, era entonces un verbo casi divertido: Me caí de la cama, me caí de la bicicleta, me caí de la patineta... Ahora no. A esta edad, caer es otra cosa. Peor.

Princesas de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora