III

904 34 0
                                    

Hoy me levante temprano, algo que me pareció raro, pero no le tome importancia. Cuando por fin me desperté bien, caí en cuenta de que hoy me harían ese tal ritual, lo que me causo emoción e intriga, pues comenzaría una vida sana- o eso era lo que yo pensaba-.

Me bañe y vestí, con un leggins negro una camisa ancha morada y converse moradas; unos zarcillos pequeños y de color dorado, no me maquille, pues no me gusta, y tampoco me peine, tampoco me gusta, mientras más natural este, más cómoda me siento. Luego baje a desayunar; al terminar di gracias a la comida- como siempre hago- subí a mi cuarto a terminar de arreglarme, tome mi morral y me fui al colegio.

Cuando llegue me dirigí a donde estaban mis amigas y empecé a conversar con ellas hasta que sonó el timbre, las tres subimos hasta nuestro salón correspondiente; las primeras dos horas teníamos registro y control de documentos, y sin ni siquiera pensarlo, me dormí, por ahí escuchaba al profesor hablar, y me quería despertar, pero escucharlo hablar me daba más sueño, así que me deje llevar por el sueño, además, estaba haciendo frío, el cielo estaba nublado y no dejaba de brisar, joder así ¿cómo alguien no se quedaría dormida? Además, ¿cómo NO amar la lluvia? Simplemente, el olor a tierra húmeda que deja, el ambiente limpio que se respira después de esta, el clima fresco que causa, el relajante sonido de cuando cae es, simplemente maravillosa.

-María!! Coño María despiértate vaga!!

-Ah?- Dije, no sabía quién me hablaba, me había quedado profundamente dormida, intentaba abrir los ojos pero no podía. Después de tres minutos de intentos por fin me desperté bien.

-Mierda María que sueño tan arrechamente pesado tienes- Me dijo Daniela algo disgustada- ¡¡Te intente levantar como cinco veces!!

-Entonces ¿¿eras tú??- dije soñolienta- es que intentaba abrir los ojos pero no podía, escuchaba, pero no reaccionaba- Mire a todos lados, no había nadie- Ehh... Que paso acá??- dije confundida.

-Sonó el timbre de receso hace cinco malditos minutos María- Dijo Daniela.

-¡¿Qué?!- dije.

-Pues si cabeza de ñame! Dormiste tanto las horas de registro y control de documentos, como también las de historia, pero la profe de historia no te quiso despertar- Dijo Daniela.

-Mierda...-Cuando reaccione, recordé que tenía que ir al baño para el ritual- ¡¡Joder!!- dije mientras comencé a guardar mis cosas- los veo después!- dije cuando termine de guardar mis cosas y salí corriendo, cuando llegue ahí estaba Mariana esperándome.

-¿Dónde estabas? creí que llegarías hace rato- Dijo Mariana un tanto desesperada y angustiada.

-Perdón, perdón, es que tuve algunos problemas-Dije algo extrañada por su actitud.

-Ay! bueno, no importa, empecemos mejor-Dijo Mariana quitándole importancia.

-Okey, ahora ya me puedes contar ¿cómo es el ritual de iniciación?-Dije un tanto impaciente.

-Está bien. Primero que todo debes saber que nosotras tenemos a dos líderes, nosotras las llamamos princesas Ana y Mía o Princesas de la Muerte. Otra cosa que debes saber es, que Ana es anorexia y Mía es bulimia pero, para que nadie sospeche la llamamos princesas Ana y Mía. El ritual trata de, que la nueva ósea tú, se tiene que tatuar en el hombro izquierdo el nombre de su princesa con una navaja desinfectada y nueva. Al hacer esto quedas permanentemente en este grupo y, te conviertes en "princesa"- Dijo Mariana con mucha naturalidad.

-Y.... ¿Esto es normal? ¿Esto es bueno para la salud? -Dije preocupada.

-¡¡Obvio que si María!! Porque así empiezas un camino hacia la perfección -Dijo Mariana con una sonrisa en el rostro.

-Está bien entonces, empecemos!!-Dijo María con emoción y preocupación.

Mariana sacó de su cartera una navaja, ya desinfectada, le dije a mariana que le colocara el nombre de mi princesa- aunque muchos las consideraban reinas- Mariana obedeció mis órdenes y me tatuó en el hombro izquierdo el nombre de Mía. Después de haberme tatuado el nombre, Mariana me hecho un poco de alcohol, por supuesto que me queje un poco del dolor, pero era necesario.

Al terminar, sonó el timbre de entrada a clases, entonces Mariana no me pudo decir las reglas del grupo así que me cito para ese mismo día en la tarde, ir a su casa para terminar de explicarme, así que acepte y nos fuimos cada una a nuestras respectivas clases.

Después de receso tocaba castellano, mi hora favorita, pues estábamos leyendo una novela titulada "Memorias de un Gato Tonto", ya se lo que piensan, y si, el nombre suena muy raro y estúpido, pero era muy lindo en realidad, yo ya casi lo terminaba, así que subí y me senté de primera, para que no me molestaran mientras leía. Cuando me senté, a los minutos llegaron Sofía y Daniela:

-A ver niña ¿qué mierda era tan importante como para dejar a tus mejores amigas solas en receso?- Dijo Sofía.

-En realidad no las deje solas, se tienen una a la otra- dije.

-Ja. Ja. Ja. Que chistosa- Dijo Daniela- Ya sea seria y dinos.

-Nada importante- dije mientras pensaba una buena mentira- Tuve que ir a dirección, tenía que hablar con la secretaria para que me hiciera una constancia que mi madre me mando a hacerle- dije.

-Ahh bueno, si era eso ¿porque tenías que ir tu sola?- Dijo Sofía.

-Es que pensé que no iba a tardar, y que podría ir rápido a donde estaban ustedes- dije; no sé cómo se me estaba ocurriendo todo eso pero no importaba.

Daniela iba a preguntar algo pero por suerte llego la profe de castellano, estaba que iba y la abrazaba, vieja esa me salvo, quien sabe lo que me iba a preguntar Daniela.

La profe entro, saludo y mando a comenzar a leer pues el viernes habría examen de ello no me preocupe, pues casi lo terminaba y le había prestado mucha atención. Saque el libro de mi bolso y comencé a leer, y como siempre, no tarde en perderme, en adentrarme al libro.

Pasaron las dos últimas horas muy rápido, me estaba divirtiendo, pero gracias a Dios termine el libro, unos segundos antes de que tocaran el timbre de salida. Cuando llegue a mi casa, almorcé, y le escribí a Mariana para que me diera bien la dirección, luego fui al baño, tome mi celular y me fui a casa de Mariana.

Princesas de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora