XI

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*Narra María*

Iba caminando hacia el hospital, en donde estaba Mariana, la quería visitar, mientras caminaba pude ver que el cielo estaba despejado, odiaba los días soleados con el cielo despejado; cuando llegue pregunte donde estaba Mariana, y me dijeron que en la habitación 203, me dirigí a ella y cuando llegue note que la puerta estaba entre abierta, así que la termine de abrir, y allí estaba acostada en la camilla, y la madre sentada a un lado de ella.

Entre a la habitación, y le dije a la madre que nos dejara a solas, ella no dijo nada, solo me sonrió y salió de la habitación. Tome asiento en el mueble que había allí, la mire un rato, después me levante y me acerqué a ella:

-¿Mariana? -dije tratando de contener mis lágrimas.

Mariana abrió los ojos, y sonrió diciendo -Hola María- levanto un poco el espaldar de la camilla para estar más cómoda y siguió hablando- Me descubrieron María, me vieron el tatuaje- Dijo casi llorando.

Yo la mire- No importa amiga, lo importante ahora es tu salud, mira te traje algo-Abrí mi cartera y saque una crema cicatrizante- toma échate esto varias veces al día para que te cicatrice rápido, así pensaran que fue una ilusión- dije sonriendo.

-Wow! gracias María, eres la mejor- me dijo sonriendo -Pero deberías irte antes de que te descubran a ti también- dijo preocupada.

-tranquila yo me he estado echando esa misma crema y ya casi me cicatriza, y me puse un poco de maquillaje encima del tatuaje para que no se notara- le dije.

-María eres un genio- me dijo Mariana.

-lo se le respondí -bueno, chao Mary ya me toca irme, que te mejores- me despedí con un beso en la mejilla.

-chao- me dijo respondiendo a mi beso.

Salí de la habitación, me despedí de la madre de Mariana y ella me agradeció por haber ido a visitar a Mariana, después salí del hospital, fui a un centro comercial cerca del hospital, allí vendían riquísimas ensaladas de fruta, así que me dirigí a la tienda y compre una ensalada de fruta.

La prepararon y me la dieron, me senté en la mesa que tenía vista al lago, para comerme con más tranquilidad mí merienda; la fruta es tan deliciosa, amo todo tipo de fruta, sus distintos sabores y texturas. Al terminar bote el embace en la papelera y me dirigí a la salida para irme, llegue a mi casa, hice mis tareas, estudie para el examen de historia y me acosté a dormir.

Me acosté temprano porque mañana es sábado y voy a salir con Daniela y Sofía al centro comercial, todo el día andaríamos paseando, disfrutando del día y comprando cosas. Y me dije a mi misma: "será un día simplemente, maravilloso".


Princesas de la MuerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora