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Jin fue al siguiente día a recoger a SookYon del trabajo.

–¿Y la cena? –dijo Jin, al encontrar a SookYon saliendo del hotel.

–No hay cena. Hoy habrá un seminario de ejecutivos, mi padre se hará cargo, así que yo puedo ir a casa. – Jin se acercó a ella, se acomodaron bajo el paraguas y salieron.

Caminaron en silencio, con las gotas de lluvia como música ambiental. Cuando llegaron a la casa de SookYon.

–Mañana... Se cumple tu ciclo, ¿verdad?

–hm... mañana olvidaré el día de hoy. –La tristeza se asomó a su voz haciendo que tiemble al hablar.

–Vendré por ti mañana.

–En serio no tienes que hacerlo. –Llegaron a la casa de SookYon y se detuvieron. –Puedo ir sola...

–Pero quiero acompañarte.

–No me entiendes. –SookYon tomó aire y continuó. –escucha Jin... me agradas y eres el primer amigo que tengo en mucho tiempo, no quiero que me veas en... esa situación.

–Tú también me agradas SookYon. Por eso quiero conocer más acerca de esto. Quiero ayudarte, no estaría metido en todo este asunto si te hubiera olvidado en este tiempo que no nos vimos. Pero no pude.

–Jin... no quiero que te sientas obligado a seguir en contacto conmigo si lo que sea que pase mañana te desagrada. Yo estaré bien, contigo o sin ti.

–Lo sé. Entonces, nos vemos mañana. –Jin le revolvió el pelo a SookYon, se puso su gorro de lana y su barbijo y se fue.

Cuando SookYon entró a su casa encontró a su abuela mirándola fijamente.

–Hola abuela.

–SookYon-ah, para salir de la depresión es necesario abrirse a las personas.

–No entiendo abuela

–Creo que tu depresión se debe a que estas sola todo el tiempo. Ahora este chico está entrando a tu vida, déjalo entrar, no creo que sea un mal muchacho. –SookYon sólo sonrió y subió a su habitación.

Como era de esperarse al siguiente día no recordó nada del día anterior. Se despertó, como si fuera cualquier otro día. El problema de la amnesia, es que no sabes que tienes amnesia hasta que sientes algún síntoma, y SookYon sintió el horrible dolor de cabeza, en cuanto se sentó en la cama.

–Demonios... el dolor de cabeza ha regresado. –Puso su mano en su cabeza, con la intención de controlar el dolor, se levantó con la vista algo nublada y caminó en zigzag hasta su mesita de medicamentos– ¿Dónde están las pastillas para la cabeza? –Cuando las encontró tomó la botella de agua y tomó dos pastillas. Se sentó en su cama y esperó un momento a que el mareo terminara. Cuando el dolor pasó, se alistó para ir al hospital, leyó las notas de su libreta y minutos más tarde, Jin llegó.

–SookYon. –Dijo sonriendo cuando ella abrió la puerta.

–Seok Jin. Yo...

–lo sé... no quieres que te vea en ésta situación. No recuerdas nada del día de ayer y...

–Gracias. ¿Quieres pasar? –Jin asintió y entró. –Abuela, él es Kim Seok Jin, mi amigo. –Los presentó.

–Un gusto, hijo. –dijo la abuela.

–Es un placer conocerla abuela. ¿Ya están listas para irnos? –SookYon tomó su cartera y salió con su abuela y Jin.

Ya en el consultorio, esperaron un momento para que el doctor los atendiera. El silencio era algo incómodo, parecía que Jin y SookYon podían comunicarse con la mirada, pero la abuela estaba sentada al medio, así que era incómodo incluso mirarse.

–Señorita SookYon. –dijo el doctor cuando los tres entraron. –Veo que trajo a un amigo. –Ambos se sonrojaron. –¿Cómo te has sentido hoy?

–Tuve dolor de cabeza en la mañana, con mareos...

–¿Qué es lo último que recuerdas? –SookYon miró a Jin, bajó la cabeza y respondió.

–Recuerdo que... llegué a casa, luego de haber salido con Jin... –Hizo una pausa, sintió el rubor en sus mejillas pero aun así, continuó. –me senté en el sofá y me quedé dormida viendo una película.

–¿Recuerdas qué película era?

–La Cenicienta... -desvió la mirada, evitando a Jin, y mordió su labio. Jin rio por lo bajo, SookYon le parecía cada vez más tierna.

–Bien... ¿hace cuánto fue eso?

–Un día.

–Bien, pueden retirarse. –dijo refiriéndose a Jin y a la abuela. –Hablaré con SookYon un momento y luego hablaré con ustedes. –Jin y la abuela salieron, y SookYon se sintió más relajada. –es la primera vez que te veo tan tensa. Incluso más de lo que estuviste cuando nos conocimos. –SookYon sonrió. –Ese chico... ¿te gusta?

–No, sólo es alguien a quien puedo llamar amigo.

–Bueno, eso suena muy bien, nunca me has hablado de tus amigos. Sabes que puedes pensar en mí, como un amigo, no como tu doctor únicamente, quiero ser tu confidente, tu... libro de notas.

–Entonces ya tengo dos amigos. –Ambos sonrieron.

–Bien, entonces, comencemos.

Fuera del consultorio, Jin y la abuela estaban sentados en silencio, era incómodo, al menos para Jin. Pero no fue hasta que la abuela habló, que recién se notaron sus nervios.

–SookYon... es una linda chica, ¿verdad?

–Ah... sí lo es. Es muy linda.

–Cuídala bien. Ella... es demasiado sensible y siempre piensa primero en los demás antes de pensar en ella.

–¿A qué se refiere?

–Ya lo verás. Yo... –En ese momento salió SookYon.

–El doctor quiere que la abuela entre primero, luego hablará contigo a solas, Jin. – La abuela se levantó y entró al cosultorio, SookYon tomó su lugar.

–¿Te sientes bien? –preguntó Jin, preocupado.

–Sí, es sólo que... es la primera vez que estoy con un extraño en el hospital.

–Hey... no soy un extraño.

–No... Ah... ¿Qué estás haciendo aquí? –Ahora Jin estaba confundido.

–Te acompaño a tu... cita. –señaló la puerta del consultorio.–¿tienes hambre? ¿Sueño?

–Tengo sed. –Jin fue por una botella de agua, cuando regresó, la abuela de SookYon estaba saliendo del consultorio y lo invitó a pasar.

Jin tomó asiento, frente al psiquiatra, tomó aire y espero a que él dejara de escribir en su portátil.

–Bien... Kim Seok Jin, es un verdadero honor tenerte en mi consultorio, lamento que tengamos que conocernos de esta manera. Tengo que hacerte unas preguntas, necesito que las respondas con toda sinceridad.

–Claro.

–Sabes que SookYon, puede no llegar a recordarte algún día, ¿verdad?

–sí.

–Sabiendo eso... ¿quieres continuar? ¿O sólo lo haces por curiosidad?

–Me... enojó que ella no me haya recordado cuando nos conocimos, nunca antes en mi vida una chica se ha comportado así. Ella, no me mira como otras personas, ella me ve como alguien lejano, alguien que tiene cerca pero que de todas formas lo ve lejos. Ella me vuelve loco con sólo mirarme. Me enoja aún más que yo no pueda olvidarla. Me enoja tanto que quiero... volverla loca.

–¿Disculpa?

–Quiero que ella nunca me olvide.

–Eso suena a un trastorno narcisista y psicótico. Pero también suena a que te has enamorado de la persona que no te recuerda. –Jin palideció y enrojeció en menos de 10 segundos. –Escucha, Seok Jin, presta atención, porque te explicaré a detalles este caso

¿Quién es usted? 《Wattys 2019》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora