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El doctor se había pasado tres días buscando información que justifique la cicatriz que tiene SookYon, peor no encontró nada, los dos primeros días hizo hasta lo imposible para contactar al anterior psiquiatra de SookYon, pero lo único que había logrado conseguir, gracias a las redes sociales, era su número de casa, le contestó una mujer que decía vivir con él, le dio la dirección de su casa y el doctor tuvo que pedir permiso para ir hasta Daegu. Cuando llegó a la casa llamó a la puerta y lo recibió la mujer, o mejor dicho, la muchacha que había contestado el teléfono.

–Buenas tardes. –dijo el psiquiatra. –mi nombre es Park Jin Seng, soy psiquiatra en Seúl y actualmente atiendo a una paciente del doctor Kim Hyong Soo, quería consultar ciertos detalles con él.

–Es un placer yo soy Kang Nami, no le dije a mi padre que usted vendría, ya que él no acepta ya ninguna entrevista acerca de su trabajo o alguna consulta de un paciente. Ahora sólo da clases por internet. Dejé que usted viniera, porque lo veo muy deprimido últimamente.

–lo tendré presente. –el psiquiatra pasó a la casa y el doctor Kim bajaba las escaleras con ayuda de un bastón, no era muy mayor, a lo mucho tenía 50 años, pero le costaba caminar. Se detuvo de golpe cuando vio al psiquiatra. –Buenas tardes doctor Kim, soy Park Jin Seng, el psiquiatra de SookYon, hay ciertas cosas que me gustaría conversar con usted.

–SookYon ya no es mi paciente, puede hacer la investigación por su cuenta y publicar los journals que usted quiera acerca de su caso. Nunca me mencione en ellos.

–doctor Kim, vine porque vi la cicatriz que tiene SookYon en la cabeza y ella fue quien me la mostró.

–SookYon... ¿recordó el accidente?

–¿De qué accidente habla doctor Kim? Creo que ahora tengo más dudas que antes.

–Nami, ve a tu habitación, no traigas agua ni café, mucho menos té, hablaremos de asuntos confidenciales con el doctor Park. –la muchacha subió a su habitación y el doctor Park no volvió a verla. –Acompáñeme a mi estudio doctor Park. –entraron a una habitación, cerca de la sala de estar, bastante grande para ser sólo un estudio, estaba lleno de torres de papeles, libros y cajas, pero el escritorio estaba limpio, sin ningún adorno familiar o cachivache que pudiera interrumpir el área de trabajo. Había dos sillas colocadas una a cada lado del escritorio, como si fuera un consultorio, ambos doctores tomaron asiento y el doctor Park sacó el registro médico de SookYon.

–Bien señor Park –continuó el doctor Kim al ver el registro de SookYon. –antes de comenzar quiero que sepa, que en verdad estoy muy arrepentido de todo lo que hice. No hay día que no piense en el daño que le hice a esa pobre niña. Lo he meditado mucho últimamente y usted llegó a mi casa, como si yo lo hubiera llamado. Así que creo que es momento de confesarme. Por favor, escuche todo lo que tengo que decirle, y trate de ponerse en mis zapatos y dígame qué hubiera hecho en mi situación.

–Muy bien doctor Kim.

Mientras tanto, ese mismo día, el padre de SookYon llegó a Seúl, sin avisar a su hija, afortunadamente, ella estuvo ocupada todo el día, y como bien sabemos, Jin no estuvo con ella en todo el día. El señor Do subió a su habitación, ahora llamada "habitación de visitas" y dejó sus cosas, se dirigió a la habitación de SookYon con un pequeño frasco de pastilla en su mano, buscó incesantemente pero no encontró lo que quería. Decidió buscar también en el cajón de ropa interior, pero en lugar de encontrar lo que buscaba, encontró algo completamente diferente, una caja de pastillas, preservativos, aquellas que el psiquiatra le había dado cuando tuvo relaciones con Jin.

–¿Qué carajos...? –antes de que el señor Do completara su maldición escuchó la puerta abrirse, era SookYon que regresaba para recoger sus cosas e ir a su capacitación. El señor Do dejó todo como estaba, pero olvidó meter de nuevo la cajita de pastillas y bajó a recibir a su hija, su pequeña e "inocente" hija. –Bienve...–Fue interrumpido una vez más por su hija, que entró cantando a todo pulmón "Two! Three!":

–gwaenchanha ja hana dul set hamyeon ijeo; seulpeun gieok modu jiwo; seoro soneul japgo useo; geuraedo joheun nari apeuro manhgireul; nae mareul mitneundamyeon hana dul ses! Wu Yeah ¡Ah Papá! –exclamó asustada al voltear y ver a su padre. –casi me da un infarto, ¿Por qué no llamas y dices que vendrás? Aigoo...

–Lo siento, bienvenida a casa, ¿qué cantabas?

–Una canción del grupo de Jin, son realmente muy buenos, me gustan mucho. Tendrán un concierto pronto, ya compré mis entradas. –dijo emocionada, mientras seguía alistando sus cosas.

–SookYon, me alegra verte tan... viva. –tomó aire y continuó. –encontré esto en tu habitación. –dijo mostrándole la caja.

–¿Y? –dijo ella, sonrojada, tratando de ser lo más cínica posible. –deberías alegrarte de que tu hija se protege.

–¡SookYon-ah!

–¿Qué buscabas en mi habitación? Eso estaba en mi cajón de ropa interior, creo que yo soy la ofendida aquí. Papá ya soy una adulta, puedo tomar decisiones sobre mi cuerpo por mi cuenta. –El señor Do carraspeó la garganta avergonzado.

–¿Dónde están las pastillas que te dio el doctor?

–Las llevo conmigo a todas partes, ahora que ya no me quedo en casa y que ya no pierdo la memoria cíclicamente, ya no son tantas pastillas.

–¿Podrías prestármelas por favor?

–Claro, pero ¿te las entrego más tarde por favor? Voy tarde a la capacitación, salgamos a comer algo en la noche, tengo mucho que contarte papá. –se acercó a su padre, lo tomó de ambas manos y le besó en la mejilla. –te quiero papá. Me alegra que hayas venido a casa.

–Ah sí... a mí también me alegra volver... –dijo lentamente, sorprendido por la actitud tan tierna y efusiva, y vio a su hija marcharse.
Esa noche fueron a comer a un restaurante de 5 estrellas, SookYon se encargó de pedir toda la comida y su padre la observaba orgulloso de su buen diente.

–Te ves muy bien papá, ¿has estado viendo a alguien? Tu rostro está más brillante.

–SookYon-ah, no seas tan elocuente. No veo a nadie, tú por otra parte, estás demasiado feliz.

–Me siento bien, Jin es muy lindo y tierno, atento, me encanta estar con él. Quería decirte que, bueno ya que no estoy perdiendo la memoria tan a menudo, tal vez... podríamos viajar juntos a Europa y América...

–¿Tú y yo?

–No... Jin y yo... Su grupo tiene una gira en casi dos meses y Jin me propuso viajar con él. ¿No crees que es muy romántico?

–SookYon yo... –en ese momento trajeron las copas de vino. –Gracias. SookYon-ah, sabes bien que no estoy de acuerdo con que salgas con Jin, perteneces a una familia que posee una compañía muy grande, es normal que entre familias poderosas los hijos tomen parte de las acciones por medio del matrimonio.

–¿A qué te refieres?

–No esperaba decirte esto, menos ahora, pero ya que tu problema se ha solucionado casi por completo, puedes contraer matrimonio. Eres una chica muy linda, tierna, serás una gran esposa. Conversaré con mi amigo para que puedas conocer a su hijo, podríamos hablar de...

–Padre no terminaré con Jin para casarme con alguien más. El que tú escojas a mi esposo y la vida que voy a vivir, sólo sería posible en una novela. –Ella suspiró y comenzó a comer. –cambiemos de tema, ¿a dónde viajaste esta vez?

–Fui a Rusia a terminar un asunto con los inversionistas, ¿Has pensado en tomar la administración del hotel?

Continuaron con la conversación y la cena con el mismo humor que con el que comenzaron, al finalizar fueron a casa y cada uno durmió en su habitación.

¿Quién es usted? 《Wattys 2019》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora