Cuando Jin se fue al servicio militar no había muchas cosas que podría hacer, mi mundo prácticamente giraba a su alrededor. Se hizo público el hecho de que Jin tenía una relación, pero nadie sabía que era yo. Además de evitar el internet, no había nada que realmente me preocupara al respecto.
Durante dos meses estuve trabajando en el restaurante del chef Choi, pero desde inicios del segundo mes, sentí algo que aprendí desde que conocí a Jin, sentí la monotonía de la vida, y la odié. Levantarse a la misma hora, que el señor Lee me lleve al trabajo, trabajar hasta las 5 de la tarde, una vez a la semana visitar a Jin, y el resto de mis horas las pasaba sola. Pero ya no era la misma soledad.
–Yon-ah, no sabes cómo te extraño, la comida en éste lugar es horrible, comparada con la tuya, claro. –dijo Jin por teléfono, al menos podíamos conversar una vez cada dos días.
–Oppa... –Dije aún metida en mis pensamientos. –Estoy aburrida.
–¿Me extrañas mucho? Cuando regrese me aseguraré de que la pasemos de película a diario.
–Hasta que llegues, pero... no quiero esperarte. –me alteré en cuanto me di cuenta de lo que acababa de decir. –Perdón, lo siento, no es que yo... –Me interrumpió su risa.
–Tranquila. –dijo él con su voz de ángel. –te comprendo, entraste a la realidad.
–Probablemente. Ya me sé todo el menú de memoria, las técnicas que usan para cocinar sus platillos estrellas, sé cómo manejan el azúcar, la sal, las hierbas, y la mantequilla. Pero quiero saber más.
–Entonces, renuncia. –callé por un momento. –renuncia y ve a trabajar a otro lugar. Yo estaré aquí metido como criminal dos años, y no tengo esperanzas de que me esperes encerrada en casa. Es suficiente con saber que aún no puedo salir. Pensar en que no puedo verte en pijamas, o sin pijamas me deprime.
–¡Oppa! –dijo avergonzada y él sólo rio.
–Lo lamento. Pero lo que digo es en serio. Has dejado de ser una niña indefensa de 17 años, ahora ya vives como un adulto, no te comportes ni pienses como tal. Viaja, conoce, trabaja, lee, sueña. Eres libre de hacer todo eso tú sola. Yo no interrumpiré tus metas, te alentaré a cumplirlas y si no aprovechas estos dos años te juro que termino contigo... bueno, no tanto, pero te castigaré, de eso estoy seguro y no te gustará.
–Pero si estoy saliendo con un niño. –pensé en voz alta. Y ambos reímos. –Está bien, renunciaré y luego armaré las maletas para irme a Japón, China, Tailandia, probablemente deba visitar Latinoamérica, Jun cocina muy bien, pienso pedirle que me enseñe.
–Su padre tiene un restaurante, puedes trabajar con él y vivir en su casa. –Ya nos habíamos emocionado con las ideas. Al día siguiente dejé mis maletas listas antes de ir a trabajar. El señor Lee se retiró ese día, su esposa había encontrado un trabajo muy bueno y él se haría cargo de su hija, parecía que el universo me exigía salir de Corea.
Entregué mi carta de renuncia. El chef Choi comprendió a la perfección el por qué me iba, no me presionó para quedarme, al contrario, me deseó lo mejor y me entregó una carta de recomendación. Me ayudó mucho para conseguir trabajo en buenos restaurantes de China y Japón, me quedaba un tiempo máximo de un mes y medio en cada restaurante. Trabajaba en dos restaurantes al mismo tiempo en ambos países. Luego fui a Italia, o tuve problema con el idioma, porque ya sabía hablar inglés e italiano y en la escuela te enseñas a hablar en japonés y chino. Mientras trabajaba conseguí una manera de aprender a hablar español, al menos lo necesario para valerme por mi misma en México, Colombia y Bolivia, quería conocer toda América Latina, pero esos países eran los que más me llamaban la atención.
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¿Quién es usted? 《Wattys 2019》
Fiksi PenggemarAlgunas veces despertamos deseando olvidar algunas cosas, esas veces no siempre pensamos en las consecuencias, ¿qué es lo que pasaría si olvidáramos todo un día, o toda una mañana? Sólo puedo decir que es horrible... El amor no es perfecto, ella tam...