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No esperaba llegar al capítulo 34, pero aquí estamos. Se supone que teníamos que terminarla pronto, pero quiero (SookYon quiere) contar más, así que nos estaremos leyendo por un tiempo.

34.

A SookYon le dieron el alta horas más tarde, Young Min y su padre la ayudaron a subir a la silla de ruedas, por su pierna fracturada, y estaba demasiado débil como para usar las muletas. Llegaron los tres a su casa y ella sintió como si hubieran pasado años desde que estaba en ese lugar. Las cortinas eran diferentes a las que ella recordaba, la cocina tenía algunas cosas sucias, los cojines estaban algo desarreglados; Si ella recordara cómo había dejado la casa, se daría cuenta de que faltaba el porta-retratos que tenía con Jin y el sobre con las propuestas de trabajo que había dejado sobre la mesa.

–¿Dónde está la abuela? –preguntó mientras Young Min le ayudaba a sentarse.

–Ella, fue a vivir a Nueva Zelanda. Te dejó la casa hace como un mes. –dijo su padre dejando las maletas. –Muchas gracias por la ayuda Young Min, eres un gran chico.

–Para nada señor Do. Fue un placer.

–Por qué no vamos a hablar afuera. –ambos salieron dejando a SookYon viendo televisión –¿Acaso eres Go Young Min? ¿Tu padre no es el dueño de la cadena constructora Ganyu?

–Sí, lo es. Estoy estudiando hotelería y administración para hacerme cargo, tengo un plan de negocios que quiero implementar.

–La cadena constructora de tu padre crecerá mucho si quieres implementar hoteles. Seguramente necesitarás alianzas, mi hija es el futuro de mi empresa, y... si ustedes se llevan tan bien como creo, entonces podría haber planes para que seamos familia, de todas formas, te conozco desde que eras un niño.

–Me halaga señor Do. No he de mentirle, SookYon me gusta. –Young Min y el señor Do se despidieron. Cuando el señor Do entró a casa nuevamente le preparó palomitas a SookYon y se fue a su trabajo.

Por un momento SookYon cerró los ojos, cuando los volvió a abrir cayó en cuenta de que se había dormido, la noche entraba con los pequeños rayos de luna por su ventana, su padre no había llegado aún, tomó las ruedas de su silla y se movió hasta el asiento en el que solía estar su abuela, su ventana veía a la luna de frente, era tan amigable, tan pacífico...

Esta paz le trajo a la mente la voz... "Sólo vine a saludarla...", pero ella no sabía que era de él. Se quedó un momento atesorando esa paz que le traía la voz de Jin mezclada con la luz de la luna. Se cubrió con una de las mantas que su padre le había dejado sobre el sofá, se acomodó mejor y se quedó dormida, cuando llegó su padre la levantó de la silla y la llevó hasta su cama.

Fue un sueño demasiado real como para ser sólo un sueño, sin embargo, no pudo ver ningún rostro y nuevamente, el sueño se ordenó por fragmentos.
(Estaba en el hotel de Daegu, dirigía el restaurante. Había muchos residentes en el hotel, normal en fechas festivas. Ellos llegaron y pidieron... "Hyun Seo tiene problemas con la..." Tenía una libreta, como un diario, ¿Dónde está mi diario?... "Puede llamarme Jin...")
Despertó con ese sentimiento de que algo faltaba...

–Buenos días pequeña. –dijo su padre entrando a la habitación con una bandeja con comida. –¿Dormiste bien?

–Buenos días papá. Sí, pude descansar.

–Te traje el desayuno y también te compré un par de muletas, el doctor dijo que hoy ya podrías usarlas. –SookYon comenzó a comer el desayuno. –Debo ir a trabajar, llama a Young Min si necesitas algo, yo estaré algo ocupado. Tienes su número en tu nuevo celular.

–¿nuevo?

–El otro se partió en el accidente. Logré recuperar algunos contactos cuando tus amigos te visitaron en el hotel. Ya voy tarde, nos vemos luego. –Su padre se fue, SookYon encendió la televisión de su habitación, pero no encontró nada interesante, así que se decidió por levantarse, cambiarse de ropa y, luego de practicar por un momento con las muletas, decidió bajar a la sala a ver alguna película, pero se le hizo un poco difícil bajar tardó bastante, estuvo a punto de caerse muchas veces, pero al final lo consiguió. Puso a reproducir su cd de música en la radio y luego fue a una habitación de visitas que se encontraba en el piso de abajo, la había mantenido cerrada por mucho tiempo, su abuela no recibía visitas, y ella nunca tuvo la necesidad de usarla. La casa era demasiado grande, en un inicio, ésta habitación sería el estudio del señor Do, pero él decidió dejar la casa para vivir en su primer hotel, así que la abuela de SookYon lo convirtió en una pequeña habitación para castigar a su esposo cada vez que "se lo merecía", pues, nunca le gustó la idea de que durmiera en el sofá, era muy cómodo para él.

SookYon, con mucha dificultad comenzó a ordenar la habitación, pero tenía que cambiar el colchón, tenía que colocar sábanas y mantas, barrer, y desempolvar. Era mucho trabajo para alguien con muletas...

El timbre sonó cuando ella logró sacar las sábanas del armario, con mucho esfuerzo miró por la ventana y encontró a Jin. Sonrió contenta de que alguien llegara a romper el silencio acompasado con las canciones de Disney. Abrió la puerta y lo dejó pasar.

–Buenos días, pasa.

–Buenos días Yon-ah, disculpa, debería llamarte SookYon-shi.

–La que debe mantener las formalidades soy yo. Siéntate, por favor. ¿Te sirvo algo? ¿Un té? ¿Café?

–Para nada, por favor, siéntate tú. –dijo Jin ayudándola a sentarse. Al ver la cara de decepción de SookYon se apresuró a continuar. –Sé perfectamente dónde están todas las cosas. –paró en seco cuando se dio cuenta de que mostró demasiada confianza. –lo siento, sé que debo ir despacio.

–Está bien, ¿ya había venido?

–Unas cuantas veces, sí. –tomó asiento en el sofá próximo al que estaba ocupado por SookYon.

–Lamento no recordarlo. Supongo que nosotros fuimos realmente muy cercanos, y me sorprende de sobremanera, no sé hasta qué punto no recuerdo y me deprime no poder recordarlo a usted en especial. Por favor, podría decirme... –Jin se perdió por un momento en la mirada de SookYon, había pasado tanto desde que no la escuchaba expresarse de manera tan formal. El más simple movimiento de sus labios, su perfume, su forma de vestir, su forma de peinarse, su manera tan confiada de presentarse sin maquillaje, su rostro de muñeca y el que juegue con sus dedos mientras hablaba mostrando su nerviosismo... –¿Quién es usted?

–Mi nombre es Kim Seok Jin, y te amo. –Las palabras salieron como una súplica, un llamado a sus más profundos sentimientos. Dejaron a SookYon impactada, tiesa, nerviosa... sonrojada. –Lo lamento. –se apresuró a decir. –nuevamente estoy siendo impulsivo.

–¿Usted es Kim Seok Jin? –no fue una pregunta. –Jin...

–¿Ahora sí me recuerda? –Ella negó con la cabeza. –SookYon-ah... nosotros tenemos una relación, quiero decir, teníamos una... no sé cómo explicarlo.

–Está bien, comprendo. Perdí todos mis recuerdos acerca de nosotros, y quieres que los recupere. Pero ya pasó... ahora yo...

–SookYon-ah, yo pienso recuperar tus memorias, nuestras memorias. Ya te dije, te amo. Déjame al menos intentarlo, Por favor. –SookYon sonrió al escuchar a Jin.

–No quiero que me cuentes qué es lo que vivimos, así sólo se creará una imagen en mi cabeza, será cómo quiero ver las cosas en base a cómo las ves tú. Quiero recordarlo todo por mí misma. –Jin asintió. –Mejor, cuéntame, todo acerca de ti.

¿Quién es usted? 《Wattys 2019》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora