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FLORENCIA

Estabamos yendo al desfile. Estaba muy nerviosa, no les mentiré.

Íbamos un poco temprano, según las madres era para ayudar en lo que necesitaran.
El camión que nos llevaba se detubo, lo que significaba que habíamos llegado.
La madre Clementina se paró y nos dijo que bajemos en órden. Fui la última en bajar.
No habíamos ingresado a lo que iba a ser el lugar donde se realizaría el acontecimiento, estabamos en el lobby (donde se recibían a todos los invitados) y aún asi todo estaba muy lindo, el lugar era amplio y bastante lujoso.

Llegamos a donde sería el evento, habían muchas personas de aquí para allá, trayendo y llevando vestidos y zapatos. Algunos seguían decorando el lugar, mientras que otros se encargaban de recibir a los invitados. Yo estaba controlando que las demás niñas no haga escándalos. Mientras las monjas se ocupaban de ayudar en lo que pudieran.

Estaba tan concentrada mirando el lugar cuando sentí tres golpecitos en mi hombro izquierdo, yo pensaba que se trataba de alguna de las niñas que estaba jugando. Al girarme, me lleve una enorme sorpresa al ver que era la Señora Del Rio. Los nervios estaban ganando cosa que ocasionaba que las piernas me temblaran, y el corazón fuera a mil por hora.

"Contrólate Flor, respirá, no te mandes una. No quedes como una estúpida frente ella. Relájate" -Pensé-

Vanesa: Hola -me sonrió- ¿Vos venís con las de la casa hogar? -Preguntó-

-Me quedé pasmada. En estos momentos debió pensar que era una irrespetuosa, o que era muda-

"Bendita Florencia, en este momento vienes a callar tu boca. Tantas cosas para decir y te callas". - No podía moverme, no sabía como reaccionar los nervios me jugaron una mala pasada. Justo en ese momento la madre Clementina se acercó, gracias a Dios porque si no me desmayaba en ese mismo momento-

Madre Clementina: ¡Florencia! -me regañó. Algo que le disgustaba bastante a la madre era que no centestaran cuando alguien hablaba y el otro ignoraba.- ¿No ves que te están hablando?

Flor: S-si... madre, discúlpeme. -dirigí mi mirada a la señora Vanesa- Muchísimo gusto Señora, me llamo Florencia. -conteste extendiendole mi mano, la cual la recibió con gusto y con una hermosa sonrisa-

Madre Clementina: Disculpe la reacción de mi niña en un principio, se puso bastante nerviosa. -le sonrió-

Vanesa: -frunció el seño- ¿Y eso Florencia? Yo no muerdo -sonrió-

Flor: N-no -Malditos nervios, ¿Por qué tienen que existir?- No es eso Señora, lo... lo que pasa es que la admiro muchísimo y... y bueno, me ganaron los nervios -mi cara en estos momentos era un tomate-

Vanesa: -rió- Sos muy linda Flor -me puse mas roja de lo que ya estaba. Que ella me diga eso significaba mucho para mi- ¿Cuántos años tienes? Digo, porque pareces mas grande que las demás -me pregunto, iba a responder pero la Madre superiora contestó por mi-

Madre Clementina: Tiene 20. Hoy es su cumpleaños -dijo, acompañado de una sonrisa-

Vanesa: Ahhh... mira que lindo Flor. Bueno, espero que la pases muy bien. Te lo deseo de todo corazón -¿Acaso podía ser más dulce? Definitivamente sus hijos son muy afortunados de tener una madre como ella-

Flor: Muchas gracias señora. -dije, con una sonrisa de oreja a oreja-

Vanesa: Te voy a tener que deber un regalo. -rió, acto que imité-

Flor: No hace falta, para mi conocerla y poder ver su desfile en vivo y en directo es uno de los mas grandes regalos que me pueden dar. -respondí sincera-

Una historia másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora