JAZMÍN
Estaba revisando los últimos detalles de lo que iba a ser la mejor noche tanto para mi, como para Flor.
La palabra nerviosa no encajaba con lo que estaba sintiendo. Entusiasmada, podía acercarse. Pero no del todo. En realidad creo que no habría palabra para describir lo que estaba sintiendo. Es que cuando se trata de esa morena de ojos marrones no hay palabras para explicar lo que me hace sentir.Un llamado informandome de su presencia hizo que dejara mis pensamiento a un lado.
Era hora...
FLORENCIA
El amable hombre me ayudó a bajar del vehículo. Nos detuvimos en una playa muy hermosa, al frente mio había un camino de luces azules, que combinado con el mar formaban un lugar realmente perfecto. Muy hermoso para ser real.
El señor que fue mi chofer minutos antes me dijo que siguiera el camino. Asentí y me dispuse a caminar.Todo parecía como un cuento de princesas, donde yo era la protagonista. Era tan perfecto y tan hermoso que hasta podría decir que se trataba de un sueño.
Caminé durante cinco minutos, hasta que pude distinguir una mesa con un pequeño, pero hermoso candelabro en su centro. En los extremos, podía ver a medida que me acercaba, unos platos muy lindos con sus correspondientes cubiertos a un lado. Cuando por fin estaba frente, me quedé admirando aquel detalle que la chica de ojos verdes tuvo.
Unos brazos envolvieron mi cintura y una barbilla se apoyó en mi hombro derecho.Jaz: Hola linda -me di la vuelta y puse mis manos en su cuello-
Flor: Estás loca, sabías... -me dejó un pequeño beso en los labios-
Jaz: Si, pero nunca estuve tan loca como lo estoy por vos. -reí- ¿Qué te reís?
Flor: De lo chamuyera que sos... -ahora fue ella la que rió-
Jaz: Auch, -puso una mano en su pecho, haciéndose la ofendida- una aqui tratando de ser linda y te tiran un balde de agua fría. -no dije nada, solo la besé. Ya no podía aguantar estar tanto tiempo lejos de sus labios- Mmm... que rico beso. -dijo con sus ojos aún cerrados y una sonrisa. Abrió esos verdes que tanto me encantaban y dejó un último beso en mi boca- ¿Cenamos? -asentí, liberando un suspiro-
(...)
Flor: Naaah... no te la puedo creer ¿Cómo es que te caiste? -una carcajada se apoderó de mi cuando me contó sobre su aventura en sus épocas de estudiante-
Jaz: Estaba en mi silla, balanceándome... -acomodó un mechon rojizo detrás de su oreja- mi compañero me decía que lo deje de hacer porque me iba a caer. Y yo, como la cabeza dura que soy... hice oídos sordos, encima el tipo no me caía bien y yo no iba a hacerle caso. Y bueno, -puso los ojos en blanco- odio admitirlo pero terminó pasando, me caí. -reí lo más fuerte que pude, sosteniendo con una mano mi estómago y con la otra limpiaba la lágrima que cayó producto de la carcajada- Todos se rieron de mi, pero el único que me ayudó fue el que me caía mal. -acompañó mi risa-
Flor: Pobre chico... tan bueno y vos... -alzó una ceja y con el dedo índice sobre la barbilla y el pulgar debajo incitó a que continuara, pero inmediatamente me volví a reir-
Jaz: Asi que estas chistosita hoy, eh -se levantó y mi risa fue diminuyendo mientras la seguía con la mirada- Decime... ¿Querés nadar? -mis ojos se abrieron como plato, luego ella me alzó, pasando una de sus manos bajo mis muslos y con la otra apoyada en mi espalda. Yo intentaba safarme pero era inútil, ella era más fuerte que yo. Se adentró al mar y luego me tiró en él. ¿Quería jugar? Yo también podía, y mucho mejor. Alcé los brazos suplicando ayuda, trataba de aparentar lo más creible posible que me ahogaba y como lo tenía planeado se preocupó, cuando la tuve enfrente la empujé hacía mi y la besé. Duró menos de lo que me hubiese gustado, articulé un quejido ante su repentina separación y la miré en busca de respuestas- ¿Cómo me haces una cosa así? Casi me da un infarto, Flor -admito que verla así de enojada y con su semblante preocupado me encantaba-
Flor: Yo también puedo jugar Jazmín. -se mordió los labios en señal de enfado y luego me besó...-
Sus manos acariciaban mi espalda con delicadeza, sus labios recorrían mi boca como si estuviera acariciando una flor. Mi dedos se enredaron en su hermosa cabellera. Los suyos cada vez bajaban más, de repente una descarada mano se coló en mis nalgas. Me separé casi inmediatamente, ella me miró un tanto confundida y con arrepentimiento.
Jaz: Perdón, no quería... fue... fue sin querer. No volverá a... -la callé como mejor se me ocurrió, volví a unir nuestros labios. No es que me haya molestado lo que hizo, no. Me pareció un poco raro, me asusté. Pero cuando la separé me arrepentí al instante, me gustó esa caricia descarada, pero tenía miedo de no saber cómo seguir- Perdón... -dijo separádose- no quiero que te sientas incómoda por una estupidez mia. -unió nuestras frentes-
Flor: No, perdoname vos a mi. Me asusté... -confesé un tanto tímida-
Jaz: No hay nadie aquí Flor, nadie nos puede ver... -dijo imáginandose el porque de mi miedo-
Flor: No es por eso Jaz, es que... yo no... nadie nunca... -traté de explicarme pero no podía, me sentía tan rídicula frente a ella-
Jaz: No hace falta decir nada, entiendo. Creeme que lo hago. No importa si no quieres. Con que vos estés conmigo no me importa nada, con que vos me quieras, no me importa nada. Sos lo mejor que me pasó en la vida y no te quiero perder -conectó sus verdes con mis café oscuro- Flor... -le sonreí e hice un gesto para que continuara- ¿Querés ser mi novia? -y fue ahí, a la luz de la luna, bajo las brillantes estrellas cómo una simple pregunta me hizo tan feliz. Lancé una risita tímida y uní nuestros labios, le regalé un beso lleno de tantos sentimientos, lleno de todo lo que sentía por ella. Porque ahora puedo decir, sin miedos, que estoy enamorada de ella. Y aunque no esté lista para gritarlo a los cuatro vientos, es lo que siento. Y espero algún día poder hacerlo- ¿Y eso es...?
Flor: Obvio que sí. -coloqué ambas manos en sus mejillas y con mis pulgares acaricié sus pómulos- Te quiero... novia -dije algo tímida, ella me sonrió y sujetandome fuerte de la cintura hizo que giraramos en el mar, provocando que cayéramos. Entre risas y tomadas de la mano logramos salir y una vez en la tibia arena, ella detuvo nuestro paso y yo la miré a la espera de una respuesta-
Jaz: Yo también te quiero -aclaró, mi sonrisa creció y ella me besó-

ESTÁS LEYENDO
Una historia más
Storie d'amoreJazmín es una joven de 25 años, hija de Vanesa y Osvaldo Del Rio. La primera es una exitosa empresaria y el siguiente es un respetado actor y productor. En algún momento de su vida se enamoró de Bárbara Rivas, una modelo de la empresa de su mamá. L...