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FLORENCIA

Entré en mi habitación, una callada Virginia estaba en su cama con celular en mano. Al oir el sonido de la puerta abrirse alzó su vista, la conectó con la mia e inmediatamente volvió a su aparato. No me saludó, ni nada. Ahora es que yo no estaría entendiendo nada... ¿La enojada no debería ser yo? Porque si, ella fue quien trato de dañar el nombre de la persona que más feliz me hacía, no yo.

Decidí ignorar su inoportuno enojo y me adentré al baño para darme una ducha, necesitaba sacar toda carga de estrés posible porque esta noche era importante, aunque a las demás modelos no les entusiasmaba mucho, porque ya daban por sabido quién iba a terminar ganando. Yo mantenía la fé.


(...)


- Este concurso, como todos ya sabemos, lo hacemos para declarar al mejor diseñador latino. Están reclamando el premio las mejores empresas con sus mejores modelos. - Dejó ver una sonrisa-
Antes que nada, antes de anunciar al campeón... me gustaría decir que todos esruvieron geniales, a todos se les notó la pasión y la fortaleza que le pusieron a sus obras. Y agradezco por permitirnos observar y admirar tan finos diseños... -un muchacho se dirigió hasta el presentador con un escrito en mano, pasándoselo- Damas y caballeros, en este sobre -alzó el papel que yacía en su mano izquierda- tenemos al ganador o ganadora de esta competencia, a la persona que salió vencedora. - Este hombre ya me estaba desesperando, hablaba mucho para mi gusto... ¿tanto le costaba dar el nombre? Da más vueltas que una calecita- Damas y caballeros... - repitió, abriendo el sobre- el ganador... o ganadora es... Camila Piave. - Nah... no podía ser. De seguro hubo un error, ese era nuestra diseñadora ¿Era real? Habíamos ganado, ¿de verdad?-

Camila se levantó algo incrédula, recibió el premio y agradeció con un beso al presentador. Otra que no creía nuestro triunfo fue la furiosa Vanesa Del Rio, estaba que echaba humos. Buscaba entre la multitud a mi chica, pero entre más cabezas que viera, ninguna era de ese caracteristico color rojizo. Comencé a alejarme del lugar cuando unos brazos envolvieron mi cintura y me arrastraron hasta un cuartito oscuro. Estaba a punto de gritar cuando una suave mano lo impidió, encendió la luz del pequeño lugar dejando en revelación esos verdes esmeralda.

Jaz: Felicidades. - Sonrió y yo pegué levemente su hombro- Ay... -se quejó-

Flor: Jazmín, ¿estás loca? Casi me da un infarto. -Rió- No es gracioso... -puse los ojos en blanco-

Jaz: Quería secuestrarte... -arrugó la nariz- ¿está mal?

Flor: No, bueno si. Un secuestro está mal, avisame si me vas a hacer una cosa así, asi evito el paro. - Su carcajada inundó el cuarto- No te rias tonta. - Volví a golpear su hombro-

Jaz: ¿Desde cuando los secuestros se avisan? - Achinó sus ojos-

Flor: Desde ahora. - Sentencié-

Jaz: Lamento informarte que en este caso no te obedeceré. - Alzó sus hombros en señal de despreocupación-

Flor: Bueno, si me muero ni se te ocurra llorarme. - Volvió a reirse. Dios... ese sonido era música para mis oidos, ¿acaso así se rien los ángeles?-

Jaz: Te quiero.

Unió nuestras bocas, el beso empezó lento, tierno, pero fue cambiando de rumbo cuando su húmeda lengua entro, la mia se le unió, haciendo la danza que solo nosotras conocíamos. Por alguna razón empezaba a querer más, y como si desobedeciera a mis razones, y le hiciera caso a mi instinto, mis labios fueron trazando un camino hasta su cuello. Ella, comenzó a respirar con dificultad, sus manos empezaron a bajar hasta mi trasero, dejando leves caricias. Yo continuaba mi labor en su suave piel. No estaba dispuesta a parar...

De repente me separó, y yo pensando que había hecho algo mal la miré con arrepentimiento.

Jaz: Te... te... tengo una... una sorpesa. -Dijo como pudo-

Flor: Pensé que no te había gustado. - Dije con la mirada en sus húmedos labios-

Jaz: Me encantó, pero... pero aquí no. - Fruncí el ceño- No es el lugar que se merece una princesa como vos. - Sonreí y la miré a los ojos- ¿Me acompañas? - Extendió su mano-

Flor: Hasta el fin del mundo. - Acepté su agarre, entrelazando nuestros dedos-

Una historia másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora