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JAZMÍN

Elena: Me cae muy bien Flor. Encima lo que te dijo es fenomenal -soltó una carcajada-

Jaz: Ya, basta. Dejá de burlarte -le tiré una bola de papel- Igual, no creo que lo haya dicho con ese sentido porque es muy inocente. -alcé los hombros en señal de desprecupación-

Elena: Perdón Colo. -dijo entre risas- No la tenés fácil.

Jaz: Pero no imposible -sonreí-

Elena: ¡Muy Bien. Esa es la actitud carajo! -golpeó la mesa con su puño-

Cuando salí del trabajo me fui hasta la posada. Le pedí a la señora que por cierto, ahora sé que se llama María, que me dejará pasar a la habitación de Flor, solo para dejarle una cosa. Esta vez no puso peros, no preguntó nada, ni tampoco dio condiciones.
Dejé lo que traía sobre la cama, acompañado de una nota, luego abandoné el lugar.




FLORENCIA




Hoy por fin habíamos terminado las clases. Debo decir que no pude haberlo hecho sin los consejos de Virginia. Es una excelente profesora.
La dueña de la agencia me dijo que dentro de unas semanas teníamos un viaje importante, así que aunque las clases hayan terminado debía seguir practicando porque ese iba a ser mi primer evento como una modelo representante de la agencia. Estaba muy contenta por lo que estaba logrando y los nervios también querían presentarse.

(...)

Antes de ir a mi habitación pasé por la de María, ya hasta me dio el atrevimiento de tutearla, bueno, en realidad me obligó a hacerlo.
Charlamos de cosas variadas, yo del trabajo y ella me contaba más cosas sobre sus hijos y nietos. Hasta que tuvimos la conversación esperada.

María: ¿Y la colorada? -se acomodó sobre su asiento-

Flor: ¿Quién, la mentirosa? -asintió con una ligera risa de por medio- Ah, ¿no escucho la serenata que me trajo anoche? -inmediatamente su sonrisa cambió a unos ojos totalmente sorprendidos-

María: ¿Justo anoche me tuve que tomar esa pastilla para dormir? -reí- ¿Y qué hiciste? -preguntó temerosa-

Flor: La mojé -una sonrisa maliciosa se formo en mi rostro, de las mismas que tenían las niñas de la casa hogar cuando hacían alguna travesura-

María: ¿Tan rápido? -mi cara de confusión era evidente-

Flor: No entiendo -alcé una ceja-

María: Lo supuse, sos muy inocente para hacerlo. -sonrio- Bueno, contame bien lo que hiciste -le relaté todo y ella cada tanto se reía. Y su carcajada se hizo evidente en el momento que le relate lo del agua- ¡Sos tremenda, no! No entendiste lo que te dije recién pero si supiste que era eso que le dijiste a tu ahora cantante personal. -mi cara confundida acompañada del entrecejo fruncido, se hicieron presente-

Flor: Pero si ayer hacía muchisimo calor, hasta le hice un favor -ella volvió a reirse, hasta podría decir que más fuerte que la última vez-

María: Ay Flor... ya aprenderás y creeme, después de esto ambas nos reiremos juntas. Bueno, si es que sigo viva -mi rostro se tornó en un semblante serio. Soy consiente que todos algún día vamos a morir, pero no pude evitar sentirme mal por aquello. Ella pareció notarlo porque su risa se detuvo- Era un chiste Flor.

Flor: Un chiste de muy mal gusto. -respondí molesta-

María: No te enojes. Mi humor a veces es un poco negro, discúlpame -asentí en señal de aprobación-

Flor: María, me encantaría quedarme hablando con vos toda la noche, pero mañana tengo que trabajar. -hice un puchero-

María: Ah Flor -me detuvo- ¿cuándo piensas hablar con tu amada? -reí-

Flor: Cuando de la cara -me levanté y caminé hasta la puerta, luego salude a la mujer con un beso en su mejilla- Buenas noches.

María: Buenas noches -sonrió-

Encendí la luz de mi habitación, como ya era rutinario. Lo primero que vi fueron una bolsa y un ramo de jazmines, pude imaginarme quién lo había hecho.

Me acerqué cuidadosamente para observar el contenido que traía, eran un monton de chocolates, de la clase que buscaras.

-Ahora encima me quiere engordar. Pensé

Adjuntada a la bolsa había una tarjetita que decía:

"Espero que lo disfrutes, y si crees que te vas a librar de mi con un simple chorro de agua, estás muy equivocada.

Jazmín"


Una sonrisa se formo en mi rostro al pensar el atrevimiento que tuvo, y era obvio que tuvo una ayudante, digo una porque es más que obvio que fue María.

Unos golpecitos provenientes de la puerta hicieron que me sobresaltara.




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Espero que les guste.

Tengan linda noche.  ; )

Una historia másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora