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JAZMÍN

Jaz: Hola... - Susurré en su oido-

Flor: Hola linda -se giró, dejandome a la vista esos oscuros que tanto me encantaban-

Jaz: Estuviste genial ahí. - La elogié. Enredó sus dedos en mi cuello-

Flor: Eso lo dices porque me quieres. - Me fui acercando peligrosamente a sus labios, ella me agarró de la muñeca y me dirigió hasta su camerín, sabía muy bien porque lo hacía. Y debo admitir que me dolía un poco, pero esto es así, ella en su vida estuvo enamorada, y para qué decir que estuvo en una relación. Es muy nuevo, y más si esta de novia con una chica. Con tiempo y paciencia iba a quitarle ese miedo, estoy dispuesta a esperarla todo lo que sea necesario-

Jaz: Ay Flor... ¿Por qué tan bruta? -reí, pero ella no me siguió. Sabía que algo no andaba bien- ¿Qué pasa? -se acercó-

Flor: Necesito hablar con vos. - Hizo que me sentara en la silla que está frente la mesa que porta un gran espejo. Ella se apoyó en la misma-

Jaz: Me estás preocupando... ¿Qué pasa?

Flor: Vo... vos ¿cómo conoces a Virginia? - Eso era algo que no me lo esperaba, pero sin embargo no me sorprendía-

Jaz: Bueno... ella... ella era una de las mejores amigas de Bárbara. - Asintió- ¿Por qué?

Flor: Ella... no te enojes -interrumpió su narración, yo negué- Me contó que vos habías engañado a esa chica, es decir, volteó la historia que me contaste. - No me sorprendía que le hubiera dicho una cosa así, ellas eran muy amigas, era obvio que iba a creerle a Bar-

Jaz: ¿Vos le crees? -cuestioné temerosa-

Flor: Jaz, vos sos mi novia. Yo te creo a vos. - Esas palabras hicieron que mi corazón comenzara a acelerarse, no entiendo que era lo que causaba esta chica en mi, pero fuera lo fuera no quería que pare. Me paré y la besé, entrelacé mis dedos en su nuca y ella en mi cintura. Podría estar en su boca años, décadas, siglos... si no tuviera que respirar-

Jaz: Te quiero. - Le dejé un corto en sus labios- Gracias por confiar en mi. -Ahora ella dejó el corto beso en mis labios-

Flor: ¿Jazmín? - Sus ojos subieron de mis labios a mis claros-

Jaz: ¿Sí? - Contesté, imitando su acción-

Flor: Yo... yo... a mi... me gustaría... -comenzó a divagar- quisiera que... -suspiró con los ojos cerrados- quisiera que cuando volvamos, vayas conmigo hasta la casa hogar. Me gustaría presentarte a las...

Jaz: Acepto. - Dije, interrumpiendola-

Flor: ¿Sí? - Ilusionada-

Jaz: Obvio que sí. Yo te sigo hasta el fin del mundo... -sonrió y yo volví a unir nuestras bocas-


FLORENCIA


Creo que ya era tiempo de dar un gran paso, necesitaba quitarme estos miedos, sé que me iba a costar muchísimo hacerlo... pero si ella estaba a mi lado, si ella me daba la mano cada que me caía, yo podía contra todo y contra todos.
Y si las monjas no aceptaban mi relación con Jazmín, con el tiempo lo harían. Si ellas no entendían que esta mujer me hacía feliz, yo lo hacía y con eso bastaba.

Una historia másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora