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JAZMÍN


Jaz: Por favor Elena, es lo único que te pido. Hago lo que quieras, de verdad. Solo acompáñame, por favor. -estaba casi de rodillas a este punto-

Elena: Jaz, de verdad, no sé que necesidad tienes de ir a ver a esa muchchita ¿Tan loca te tiene?

Jaz: Ay, Elena no empieces. Sabes cual es mi fin con ella. Por favor -hice un puchero, sabía que Elena no se podía resistir a eso, lo sabía-

Elena: ¡Uy Dios! Esta bien, te acompaño, pero con una condición -mi sonrisa estaba de oreja a oreja-

Jaz: ¡La que quieras!

Elena: Me prestas tu auto cuando yo quiera, ¿okay? -se cruzó de brazos-

Jaz: Siempre te lo presto, ridícula -le golpeé el hombro-

Elena: Buen punto. Ya se me ocurrirá cómo cobrarte este favor.

Exacto, estaba rogandole a Elena para que me acompañe a ver a esa chica. Sabía dónde quedaba la casa hogar, fue un impulso gigante el que me dio por ir, lo único que pretendía era acostarme con ella. Esa niña iba a ser mia, cueste lo que cueste. Ni la mas hetero se resisitía a los encantos de Jazmín Del Rio.

FLORENCIA

Hoy dejaba la casa hogar. Dejaba el lugar que me dio cobijo durante tantos años, haría mi vida, tenía tantos sueños por cumplir y tantas aventuras por vivir.
Antes de irme, pase por la oficina de la Madre superiora. Golpeé levemente hasta recibir un "pase" por su parte.

Flor: Madre, permiso. -dije, entreabriendo la puerta-

Madre: Hija -me respondió, levantandose de su lugar y dirigiéndose hacia mi-

Flor: Pa... pasaba a despedirme, Madre -las lágrimas amenazaban con salir-

Madre: Ya lo sé mi vida. -pude notar que sus ojos estaban cristalinos- Tengo algo para vos -dijo, acercandose a su escritorio nuevamente y sacando de allí una caja, dentro de la misma un sobre y un celular- Tomá -me tendió ambas cosas, las recibí-

Flor: ¿Y esto Madre? -le cuestioné-

Madre: Ay hija, yo soy mas vieja que vos y sé que es eso -acompañó este comentario con una carcajada a la cual imité-

Flor: No Madre -reí- si sé que es... a lo que me refiero es por qué me lo da -la miré a los ojos-

Madre: Lo que esta dentro de ese sobre te servirá para que procures tus gastos hasta que consigas algún trabajo, por el lugar donde quedarte no te preocupes, le pedí a María si podía darte cobijo en lo que consigues algo. Aceptó gustosa, siempre quiso mucho a las niñas de aquí. Y el aparatito ese... -rió, señalando el celular que estaba en mis manos- es para que te podamos comunicar, para mantenernos en contacto -finalizó-

Flor: Muchisimas gracias Madre, no hacía falta lo del celular igual. Siempre que tenga algún tiempo vendre a visitarlas, jamás me olvidaría de ustedes.

Madre: Lo mismo dijo Mariana -agachó la cabeza y lo susurro, alcancé escucharlo pero preferí ignorarlo, mas que nada para no hacerla pasar un mal momento-

Cuando sali de la oficina, me regresé a las habitaciones para despedirme de las niñas y de la Madre Solange. Después de unas cuantas lágrimas más, unos abrazos y besos fui a la salida del lugar.
Al abrir la puerta me lleve una gran sorpresa.

JAZMÍN

Jaz: Okay... es aquí. Bajo y me esperas, ¿Si?

Una historia másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora