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TERESA


Otro día más, otro día en el que te busco sola. Hoy, hace diecisiete años que anhelo con volver a ver tu carita, con volver a tocarte, con ver tu sonrisa, con llenarte de besos... con tenerte conmigo de nuevo. Se cumple un año más no solo de tu ausencia, sino también la de él, la de tu padre. Porque sí, puede que no haya sido el biológico, pero fue el que te crió y el te dio el más puro y sincero de todos los amores que existen, el de un padre a un hijo.

Hija, no hay día en el que no deje de buscarte, no hay día en el que no luche por volver a verte. Pero esta lucha hace que decaiga, pero que nunca me rinda.


Veinte años atrás...

Estaba esperando a que llegue mi pareja de "trabajar", uno de sus hombres de confianza me contó algo sumamente delicado, según él porque ya mo aguantaba todo lo que le "obligaban a hacer".
El sonido de las llaves en la puerta hicieron que reaccionara inmediatamente y me dirigiera a la entrada.

- ¿Por qué hacés una cosa así, Jorge? ¿Por qué? -reclamé.

- ¿De qué me estás hablando? - se hizo el desentendido. Adentrandose a la casa y obviando el hecho de cerrar bien la puerta.

- Camilo, tu socio... me contó lo de tus negocios. Ahora entiendo porque desaparecías dos, tres días y ponías de excusa al trabajo. Ahora lo entiendo... claro. Estabas muy ocupado asesinando gente y prostituyendo a muchachitas. Sos un cerdo. - Lo miré con desprecio, su gesto de confusión cambió a uno sorprendido.

- Juro que mataré a ese infeliz. - Su mirada cambió totalmente, podía notar la maldad en sus ojos... se acercó y me tomo de los hombros, llevándome a rastras hasta la cocina, sacó un cuchillo y lo apoyó en mi garganta. -Vos no vas a decir nada, o de lo contrario tu querida mamita aparecerá tirada dentro de una zanja... ¿Escuchaste? - Asentí pausadamente, este no era el hombre del que me enamoré, esta bestia no era él ¿dónde quedo el hombre tierno y romántico. Dónde...? Fue bajando el cuchillo lentamente, una vez que lo dejó en la mesada comenzó a acariciar mi cara. - Yo te amo, no te quiero lastimar, pero vos me obligaste. No debiste haberte enterado, mi amor. - Asco era lo que me estaba causando este animal. - ¿Me perdonas? - Acepté lentamente. Cuando se relajó aproveché el momento y alcé mi rodilla estrellandola en su entrepierna, lo hice tan fuerte y con tanta bronca que cayó al suelo y se retorció de dolor.
Corrí lo más rápido posible hasta puerta y seguí hasta que mis piernas me lo permitieran. Llegué hasta un parque y me apoyé en un árbol, abrazando mis rodillas. Y por fin, una vez que analicé todo largué todas las lágrimas que venía conteniendo.

- Ey, ¿estás bien? - Alcé mi vista, un hombre bien vestido, de pelo largo y lacio fue el que causo que inmediatamente mi miedo volviera, me paré rápidamente y sequé mis lágrimas. Estaba dispuesta a irme pero su brazo me detuvo. - Tranquila, no te haré nada... so... solo quiero saber si estás bien. - Y fue ahí, por primera vez cuando su mirada se conectó con la mia, cuando sentí ese escalofrío recorrer todo mi cuerpo. Mi reacción solo fue asentir. - Si te hace bien contarlo, el... el por qué estás así... - Dijo algo tímido. - Podés contar con mis oídos... - sonrió.

- ¿Puedo confiar en vos? - Asintió. Yo no entiendo cómo fue que confié en este hombre cuando acababa de escaparme de el padre de mi hijo o hija que resultó ser un narco. Pero es que podía verlo en su mirar, en sus ojos... todo él me transmitía paz y seguridad. -Acabo de escaparme de mi novio. - Su cara cambió completamente. - Bueno, ahora es mi exnovio. Pero preferiría hablar en otro lado, no quiero que me encuentre. - Supliqué. El buen hombre asintió - ¡Esperá! Tengo que hacer un llamado... - Me acordé de lo que me había dicho ese salvaje minutos atrás, saqué mi telefono y marqué el número de la casa de mi mamá. Dos tonos después el telefono se descolgó.

- Mamá, necesito que me escuches. No digas nada, necesito que salgas inmediatamente de casa y te vayas lo más rápido posible. Vete a la casa de Emilia, dentro de un rato iré yo.

- Pero hija, ¿qué pasa. Por qué querés que me vaya? - Preocupada.

- No preguntes mamá, haceme caso. - Finalicé y luego corté.

- ¿Muy fuerte es el problema? - preguntó el curioso hombre. Afirmé y me metí lo más rápido al auto, mi madre un día me dijo: No hables con extraños, ni tampoco te subas en sus autos. Acabo de desobedecer a ambas cosas. Pero... ¿En quién podía confiar? No tenía amigos, mi único familiar era mi mamá, no tenía hermanos y mi papá falleció hace dos años. Emilia era una amiga muy cercana de mamá, solo yo sabía de su existencia. Nunca se lo conté a Jorge ¿La razón? Ni yo la sé, pero me alegra no haberlo hecho.

- ¿A dónde te llevo? - Le dije la dirección y el se dispuso a encender el vehículo.

- Mi exnovio, es narco. - Comencé a hablar. Sus ojos se abrieron por completo. Pero aún así siguió manejando, yo pensé que después de esa confesión me iba a abrir la puerta y me iba a dejar tirada por ahí. - Lo descubrí hoy, y no solo me enteré de eso. También... -comencé a divagar. - Estoy embarazada. - Agaché la mirada e inmediatamente frenó el auto de golpe. Levantó mi mentón e hizo que lo mirara.

- Nunca bajes la cabeza, ante nadie, no tienes que sentir vergüenza por nada. ¿Okay...? - Acepté con la cabeza. Por alguna razón sabía que esas palabras las iba a tener presentes toda la vida.

- Gracias por aparecer. -Lo abracé.



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Holix, cómo están? Espero que estén bien.


Les paso a explicar lo que me pasó con este capítulo: Yo quería empezar a contar el pasado de Flor, pero estaba entre la duda de hacer o no a Teresa de la madre, quise que fuera otra... pero quería que siga teniendo algo de la novela. Así que terminé dejándola.

Además hice este "mini maratón" porque hoy cumple mi bebé hermosa... había que festejarlo de alguna manera! No?

Espero que les haya gustado.

Tengan linda noche ; )

Una historia másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora