It was always about Thomas [{Completa}]

Parte IX

(8) I've never seen a diamond in the flesh. I cut my teeth on wedding rings in the movies. And I'm not proud of my address, In the torn-up town, no post code envy (8)

Tarareaba la música mientras observaba los hermosos tacones azul rey con un elegante diseño de diamantes en todo el talón y parte del taco, me calcé ambos subiendo un poco los jeans negros para poder verlos mejor, me acerqué al espejo.

– Joder, son perfectos – La vendedora me observó con una sonrisa observando a mi compañero, quien miraba los zapatos con un gesto de aceptación.

– ¿Cuánto? – Preguntó Alfie sacándose la billetera.

– ¡Hey hey! El caballero no pagará nada – Me quité los zapatos entregándoselos a la mujer – los llevaré junto con el resto de cosas por favor – saqué la tarjeta para entregársela con una sonrisa, mientras Solomons me observaba – ¿Qué te pasa?

– Trataba de ser amable.

– Si quieres ser amable invítame un helado. ¿A qué hora es el vuelo?

– 16.30.

– Debería comprar una maleta ¿Cuánto estaremos en Italia?

– Depende de cuanto te quieras quedar. Será como una luna de miel.

– Ja ja ja, si claro.

– Había pensado que quizás querrías ir a Santorini, tengo una casita ahí.

– ¿En Santorini?

– Ajá ¿Qué dices?

– ¿Qué es demasiado compromiso? – Ambos nos levantamos cuando la vendedora apareció acompañada de tres muchachos que cargaban las bolsas, caminamos por la tienda hacia la salida – creo que me excedí con las compras.

– Ja ja ja, si claro – Guió a los jóvenes al carro mientras la mujer me entregaba la tarjeta de crédito.

– Gracias – Vi a Solomons entregarle un par de billetes a cada joven antes de acercarse a abrirme la puerta del auto, subí – Necesito una maleta.

– Te compré una apenas aceptaste venir a Italia, una de cabina y otra para el cargamento necesitarás algo de ropa si vamos por unos cuantos días – Me observó expectante a una respuesta – Santorini tiene unas playas hermosas y esas maletas están llenas de bikines.

– Degenerado.

Los tacones eran hermosos, pero me dolían las rodillas mientras caminaba por el aeropuerto en una falda tubo de cuero negro, y una blusa del mismo color un tanto transparente. Me los quité apenas estuvimos sentados uno junto al otro en primera clase.

– Tienes unos pies hermosos – Sonreí extrañada.

– Jamás me habían dicho algo así.

– Siempre hay una primera vez.

Seguí a Alfie Solomons caminar por la loza en dirección a una suv que nos esperaba junto a dos hombres vestidos de traje. Alfie Solomons era una de las siete maravillas del mundo enfundado en su traje negro de corte inglés, una camisa negra hacía que la corbata azul rey fuera el centro de atención en todo su outfit.

Atrevidamente deslizó su mano por sobre mi falda hasta colocarla en mi rodilla dándome un apretón, lo observé.

– ¿Qué haces?

– Tocarte.

– Sin mi permiso – Bajó su mirada hasta mi, sentí escalofríos – Te ves muy bien vestido así.

– Gracias – Quité su mano de mi rodilla suavemente – También te ves bien.

– La mayoría del tiempo te vistes como vagabundo y no te ves tan bien – Lanzó una carcajada – ¿a dónde vamos?