It was always about Thomas [{Completa}]

Parte XII

Doble actualización!!!!

Observé a Polly moverse por la tienda que había sido cerrada exclusivamente para nosotras, Ada buscaba vestidos desde el otro lado, y Grace me observaba de reojo como si tuviera algo atrapado en la garganta por decirme.

– ¿Qué tal el bebé? – Rompí el silencio girándome para quedar frente a ella.

– ¿Realmente te interesa saberlo?

– Es el único que no tiene la culpa en todo lo que sucedió – Respondí seca recibiendo La champaña que nos traía la vendedora, Grace tomó un jugo natural – no soy tan terrible como crees, rubia.

– Todos me detestan en esta familia – Tomó asiento dificultosamente – Ada y Polly apenas me hablan y tu siempre estás metida allí, joder...

– Es mi casa también Grace – La Interrumpí cabreada – interveniste en una relación de años, y lamento decirlo pero no creo que tú embarazo haya sido un accidente...

– ¿Cómo te atreves?

– ¿Estuviste tras Thomas por años, te acuestas con él por todo un fin de semana y te preñas? – Una pequeña carcajada escapó de mi boca – Lo lamento linda, pero no saldré de la vida de los Shelby nunca, quédate tranquila, Thomas dejó de interesarme cuando supe de tu embarazo – me senté junto a ella – así que sabiendo esto, creo que es mejor que calmemos las cosas, me verás a diario, veré a tu hijo crecer y tendré reuniones con Thomas que serán interminables, o me crees cuando digo que entre nosotros no hay nada, o estás el resto de tu vida preguntándote si estamos follando en su oficina...

– ¿Cómo puedo confiar en ti?

– Porque yo no soy tu – Me levanté al ver a Polly acercándose con una selección de vestidos.

Estaba apoyada en el pilar de la estación, los jeans gastados dejaban ver parte de mis piernas a través de los agujeros, una camiseta con un estampado de copos de nieve grises y una chaqueta de jeans, metí las manos en los bolsillos de la chaqueta dando un paso al frente al ver el tren que se acercaba a la estación.

La gente comenzó a bajar cargando maletas y bolsos, sonreí al ver a Solomons con una chaqueta de cuero rojo una camiseta negra de la guerra de las galaxias, jeans negros y converse rojas, se acercó con una sonrisa cargando su traje al hombro en un envoltorio de lavandería.

– ¿Qué tal, bonita? – Preguntó deteniéndose frente a mí con una hermosa sonrisa.

– Todo bien ¿Y tú?

– Viaje largo e incómodo, no sé porque no vine en mi auto – Dejó su mano en mi rostro acariciándome suavemente – Eres más hermosa que hace un mes.

– Vamos ¿Dónde vas a quedarte?

– Había pensado en que diera la noche para decirte que no hice reservación en ningún hotel – Sonreí observándolo.

– Pues hagamos una reservación.

– ¿Qué me dices de esa casita de la que tanto hablas? ... no es cierto, tengo una reservación en un hotel a dos calles de aquí ¿Me acompañas a dejar mis cosas?

– ¡Claro! – Caminé junto a él por la calle – ¿Qué tal todo en Londres?

– Bastante bien, esperaba hablar con Thomas acerca de los negocios pero será su boda.

– Puedes hablarlo conmigo.

– Hay cientos de cosas que quiero hablar contigo, como que soy judío.

– Ya lo sé.

– Así que creo que tendrás que comenzar a ver la posibilidad de convertirte porque mi religión me prohíbe desposarme con una mujer no judía – Estallé en carcajadas dándole un empujón.