Me arrepiento.

Capítulo 21: despedida

Las horas pasaron lentamente, casi una eternidad para que el doctor pueda ir a revisarlo todos fueron acompañando al albino a pesar de los reclamos del doctor y algunos enfermeros, el entrenador también estaba con ellos y gracias a el pudieron arreglárselas para dejarlos pasar.

Desesperado, el pelicrema buscaba y buscaba la dichosa dirección del hospital donde llevaron al albino, no podía creerlo después de aquel día que dejó de verlo y no supo nada de el ahora llega la noticia que se encontraba en graves condicciones en el hospital, emprendiendo el viaje a las calles le importó un bledo los regaños de la gente, debía encontrarlo antes de que sea tarde, los ojos le empezaban a brillar.

A la carrera el pelicrema preguntaba con varias personas en donde estaba cada hospital, estos le respondían con una mirada extrañada pero al moreno no le importaba nada y solo iba a las direcciones dichas corriendo de aquí por allá.

En el hospital el albino se encontraba en la camilla con los demas chicos afuera de la habitacion desesperados y rezando como animales enjaulados caminando de un lado a otro desesperados de noticias, reunidos esperando al pelicrema hasta que el doctor salio de la habitación todos lo rodearon para saber que pasaba.

Luego de haber corrido como 4 manzanas por fin encontró el hospital donde se encuentran todos, sin dudarlo entra preguntando agitado donde estaba el albino, con la dirección dada no le importaba con quien se tropezaba en el camino con tal de que llegara con el, eran las 8:45pm en el segundo piso por fin encuentra a los chicos, agitado y pálido observo a todos en llanto y con nudos en la garganta, imaginándose lo peor va directo a la habitación donde el doctor sin decir palabra le dejo entrar.

El pelicrema cuando vio al albino en aquella cama cubierto de la sabana blanca, ojos cerrados, con un inhalador y un suero conectado a su brazo izquierdo y con cierto aparato cardiaco conectado a su pecho midiendo los palpares de este. Un horrible nudo en la garganta trababa las palabras, tembloroso se acerco a su lado, la respiración era debil, los palpitares normales, se queda a su lado tomando su mano observando con sus propios ojos como palidecia y se enfriaba más y más, aquel pelicrema decía que despertara, las reacciones eran débiles, demasiado, por lo que alarmado su pecho latía con fuerza buscando como ayudar, pero aquella voz lo paralizó, hablaba suave pero escuchable para sus oídos, su sonrisa borrada y manchada en llanto contaba los buenos momentos de su vida, la tos no se hizo esperar, pero seguía mientras la vista del albino divisaba una figura borrosa humana indicándole que le siguiera.

*Fubuki..* dijo el pelicrema con la voz totalmente quebrada *no digas esas cosas... Por favor... S-sa-sabes que no es así... Por favor.. Yo..*

-Descuida... Estaré bien.. Después de todo.. Nunca me sale las cosas en vida.. Siempre he estado solo, nunca pude darme cuenta de eso... Así que... Por favor no te culpes... Aun tienes mucho de que vivir.... Olvidate de mi si?-

*Te equivocas... no gastes tu aliento en decir esas tonterias... Fubuki tu eres de mucha utilidad...Deja ya de decir eso!!...* las lagrimas caían como cascada que conecta al río, sus labios temblaban *Nada es tu culpa... No les creas a esos rumores que solo te dañan.. Eres realmente fuerte se que puedes con esto..*

-...... Sabes.. Es.. Exactamente eso por el que ya no quiero nada... De que me sirve seguir si al final estoy vacio?- sin mirarlo, de hecho ya no ve nada, cierta cegera llego más pronto de lo esperado

*Que dices??* realmente sorprendido, tomando su mano se quedo de rodillas a su lado para verle, se dió cuenta de su cegera en lo que le asustó más que nada *no es cierto fubuki... Tu no estas solo!*

-Si lo estoy... pero sé que no lograrás entenderlo si te digo...-

Observando mejor su respiración ya era más agitada, en un mar de nervios el pelicrema pedia auxilio pero como siempre se tardaban una eternidad en venir, no se separaba del albino ni en un segundo sin dejar de llorar, su corazón se oprimía cada minuto más y más, ya no supo que hacer más que escucharlo

-Goenji... Quiero pedirte algo... Quisiera que mi casa en inazuma no se venda, hay tengo muchos recuerdos que quedan conservados.. Todas mis cosas las guarde aunque debil estoy... Y tambien..-

*S-si?* en un nudo de palabras observaba en llanto a aquella persona, mejor amigo y... Al dueño de su corazón..

Le susurraba al oido sobre lo demás, con el último aliento, dejando atónito al pelicrema, escuchando como su corazón se agrietaba más por aquellas palabras las cuales eran "tu erás fuerte y yo no, fue un error mi ilusión, fui imprudente lo sé. Diles que además de que esto no sería posible que no se olviden de visitar mi hogar, mis libros, videos, etc.. No quiero que se pierdan, solo que me perdonen por ser.. Una molestia..Duele esta herida.. Diles que ahora estoy roto.." fue todo lo que logro decir entre llantos antes de que aquella figura oscurecida se le acercó, le tomo la mano y de ahí los dos se fueron uno alado del otro.

Desde afuera la anciedad ganó a todo el equipo, 9:00pm ya no hubo ruido, imaginándose lo peor todos de golpe fueron a ver la habitación encontrándose con un pelicrema sosteniendo en brazos al albino lejos de la maquina, sollozando con fuerza, intentó revivir los latidos pero fue en vano, abrazaba fuerte en un abrazo dejándose caer al suelo cabis bajo temblando con aquel cuerpo entre sus brazos sin reacción alguna. Todos quedaron tan pálidos como el papel más puro del mundo, sintiendo como sus corazones se pararon por segundos se acercaron unos centímetros pero el llanto les venció, cayendo en llanto hundieron toda la habitación en lagrimas de dolor por toda esa noche, pero el que más lloró era Gouenji, su corazón estaba totalmente destrozado, perdieron a una gran persona querida y amada. Todo por un amor no correspondido con venganza y una intoxicación inesperada...