Capitulo 34: Broken

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Luego de haberse desvelado como si no hubiese un mañana una noche, día tras día visitaba constantemente el cementerio trayendo uno que otro regalo que solo el puede dar y conseguir para aquella persona, se decidió por mudarse cerca del cementerio para así verlo a diario sin falta, contando cada momento que los dos pasaron juntos entre cada rosa y dulce que dejaba junto con notas, peluches, entre otras cosas, por las tardes adornaba la casa del albino la cual tomo el titulo de esta y como tal la adornaba con las mismas cosas que al albino en vida le encantaban, así era día tras día en los que notó mas de una cosa que ni siquiera logró a saber desde antes, provocándole más pesar y dolor.

Mucha gente decía que estaba loco por comprarle cada día a un muerto, para el pelicrema la palabra "muerto" no esta en su vocabulario por esa razón observaba con indiferencia y "odio" hacia aquellos que insultasen al albino o hagan algo indeseado en su presencia, era lo menos que puede hacer ahora, mantener su grandeza en alto a pesar de que el albino no lo considerara de esa forma para muchos de sus fans si es muy importante, más que todo para el es más que una figura a seguir que un gran jugador, más bien... El dueño de su vida.. Que ahora se fue de su lado, se fue como el viento se lleva la arena del suelo elevándola al cielo desapareciéndola celestialmente hasta formar parte de la vida más allá de la mortal, pero de que vale vivir si tus errores te persiguen aun si los arreglaste? Pues solamente se puede callar...

De regreso al cementerio el pelicrema colocaba un ramo de rosas rojas, blancas y azules, una rara combinación pero al mismo tiempo hermosa, única mejor dicho, por eso mismo es que las da en ese orden.

*Espero te gusten..* dijo mientras se sentaba en su puesto frente a frente de aquella "lápida" mirándola de pies a cabeza, suspirando leve y claramente algo cansado no por haber caminado todo el día de hoy haciendo tareas y entrenando, si no de estar esperando a ver si aquel cuerpo se levantaba de su puesto de descanso y verlo una ultima vez, sabiendo que no será así.

*Realmente lo siento... No debí haber sido tan ciego aparte de que tampoco debí alejarme cuando me llamabas en silencio...* decía con un nudo en la garganta

*Ya son 6 días que paso todo esto... Muchos me dicen que estoy loco por hablar contigo, pero en realidad están más ciegos que yo, aunque se que ya es algo tarde para cambiar las cosas... Yo...* realizando una breve pausa para suspirar mirando aquellas figuras

*quisiera pedirte perdón... No quise que esto pasara... No sabía que esto terminaría así... Soy un idiota... Soy un maldito idiota!*

Por cuanto se daba cuenta de miles de cosas nadie lo sabe, sin darse cuenta le hirió el corazón, jamás se imaginó que tal atrosidad como esta había ocurrido solo por su gran estupidez, maldijo el día que le entrego esa bebida tan confiadamente a la secretaría de su padre, si no lo hubiera hecho y se lo entregaría en persona el albino estuviera vivo y el pelicrema le hubiese confesado la verdad que él amaba al albino pero sabía que el corazón de este diría lo contrario, entonces hay muchas posibilidades de que todo hubiese cambiado para no terminar como ahora.. Pero... Lo hecho hecho está.

El silencio reinaba perturvadoramente pasando el tiempo más rápido inconsientemente, el pelicrema no se ha movido de su puesto, muchos decían que se ha mudado alado del cementerio porque sus padres no aguantaban verlo así o por cuenta propia, pero lo bueno era que el pelicrema confesaba sin problemas, solo cuando está cerca de la tumba del albino es que habla con la verdad sin necesidad de policias o interrogatorios.

Con el paso del tiempo aquellos jóvenes intentaban entregarle al pelicrema la comida diaria aun si sea en liquido, pues ha dejado de comer, se ha desmayado más de una vez tanto en público como en privado, no sale de su casa ni por su hermana, su delgadez es muy preocupante tanto que tuvieron que darle unas pastillas para mantenerlo regulado aunque sea sin su permiso. Los días pasan lento mientras cada uno se la pasaba en al casa del pelicrema tratando de levantarle el animo, cosa que solo dio un pequeño paso, por lo menos empezó a comer normal y a salir un poco.

A diario visitaban el cementerio a dar unos rezos por el alma del albino en donde el pelicrema en silencio su voz se quebraba nuevamente quedándose hasta altas horas de la noche con la mente llena de pensamientos sobre: "¿como se podría sentir el allá arriba?, ¿que estará diciendo?, ¿lo estoy haciendo sentir mal?, ¿aun me sigue odiando?, ¿que puedo hacer ahora?..." entre más profundo sea el mar más presión era la que tiene el cuerpo por encima.

Por el día de hoy las cosas fueron normales a excepción de que al llegar a casa solo el insomnio invade la mente del moreno evitando que tomase el sueño por máximo tres días provocándole que sus músculos se debilitaran de cierta manera que apenas se tiene de pie tambaleantemente, si no fuese por sostenerse de las paredes ya hubiese caído como veces anteriores aunque su fuerza de voluntad le decía que debía continuar y así lo hizo bajando y saliendo sin decir nada a nadie, la lluvia caía como tormenta y los relámpagos alumbraban el camino por cortos segundos hasta llegar a su destino en el momento ideal de que tomando la mochila que dejo empezó a sacar cosas de su interior, era hora de hacerlo antes de que el arrepentimiento siguiera su curso y terminara matándolo por dentro, carcomiendo cada centímetro de el, provocando que sus ojos vacíos se llenen de lágrimas y estas resbalen por sus mejillas hasta diluirse en el suelo al estallar.

Me arrepiento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora