Capitulo 29: culpable

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La puerta fue abierta de un solo azote dejándole salir a gran velocidad seguidamente de los llamados ignorados de las otras voces, ya no le importaba que hasta la gente le regañe por donde cruzaba ni tampoco escuchar alguna otra palabra que no sea su mente, en sus ojos el fuego estaba creciendo desde la pequeña chispa que brillaba tras los rayos del sol en todo el trayecto hasta llegar a su casa y nuevamente azotar la puerta entrando con pasos pesados y firmes como una cazador siguiendo a su presa escondida que al momento de encontrarla no duda en lanzarse al ataque.

Ignorando los llamados de quien parece estar sorprendido y confundido por la actitud del menor intento hablarle pero al parecer solo daba patas arriba la casa como buscando algo con desesperación y enojo, no tubo otra opción que tomarlo del brazo casi esperando a ganarse un golpe con el codo que no pudo ser porque se había detenido a tiempo y solo se quedó con la mirada.

*¿Donde rayos esta?*

Padre: ¿que cosa? ¿Qué esta pasando aquí?

*¿Sabes a donde se fue? Necesito saberlo!*

Padre: hijo, dime por favor que sucede ¿y a quien estas buscando?

*¡A ella! ¡¿Donde demonios esta la maldita?!*

Padre: hijo, primero calmate y respira hondo, no debes decir esa palabra

*¡¡Al diablo con eso!!*

Exclamo fuerte soltándose de golpe para seguir el camino, le importaba poco si rompía algo solo estaba centrado en encontrar a quien andaba buscando, pero como vio no estaba en la casa así que mejor decidió salir pero fue detenido por las manso de su padre.

Padre: bien joven, no vas a salir de aquí hasta que me digas que te está pasando!

*¡¿quieres que lo diga?! ¡¡Bien!! Pasa que alguien asesinó a Shirou usando veneno aprovechando que estaba indefenso y ahora esa persona está suelta!*

Realmente no estaba con ganas de querer tener una conversación pero ante la insistencia no tuvo más opción, el mayor le miro curioso y al parecer algo confundido que claramente no aparentaba.

Padre: ¿como es eso de que alguien lo asesino?

El pelicrema suspiraba  hondo buscando relajarse, cuando lo logró no hizo más que rascarse la nuca y negar suave con la cabeza.

*Ni yo mismo sigo creyéndolo... Pero descubrieron que su causa de muerte fue envenenamiento.*

Padre: ¿no hubo huellas?

*Al parecer no, ninguno de nosotros fue capaz de hacerle algo así.*

Padre: deberían de por lo menos extender la investigación, a falta de pruebas el culpable estará con las manos limpias.

*Manos limpias...*

Susurró para sí mismo antes de recordar lo que dijeron en la sala de investigación, por lo cual miró al mayor digamos que por una vez más.

*Una pregunta, y quisiera que por favor me respondas con la verdad.*

Padre: si es así como puedes relajarte, lo haré, dime.

*Los frascos que están en la alacena, ¿para que son exactamente?*

Padre: son para anestesia temporal, se debe tener cuidado con la cantidad pues las toxinas pueden afectar el sistema por exceso.

*¿Y esas toxinas de donde vienen?*

Padre: básicamente son extraídas de arañas.

Un silencio incómodo invadió el lugar, sin llegar a dudarlo fue directamente a dicho lugar a revisar de arriba abajo sin importar cuantos contenedores del dicho cayeran, lo que si le sorprendió era ver uno en el cesto de basura que aparentemente ya fue usado, no se atrevió a tocarlo pues no se sabe quién lo utilizó ni lo dejó ahí, el mayor también estaba sorprendido ya que obviamente no usaría algo así en su propia casa.


Padre: es...

*Ojala que no...*

Padre: ¿pero quién? Nadie está autorizado para manipular estas cosas sin permiso.

*¿Nadie dices?*

Frunciendo el ceño volteo a verle.

Padre: solo yo y las enfermeras...

*Padre... ¿Me estas jodiendo enserio?*

Padre: ¡Te digo la verdad! No conozco a nadie más que pueda manipular las toxinas

Las ganas de poder golpear a alguien eran enormes, lo mismo ocurría con las ganas de querer gritar en la cara de alguien también, no podía creer que todo hubiese pasado dentro de su casa y nadie estuviese pendiente de lo que hubiese pasado para poder evitar esa tragedia, entonces miro fijamente a los ojos de su padre quien al parecer también capto el pensamiento.

*alguien vino a tomar el frasco...*

Padre: solo una persona que pudo tener acceso a la casa podía haberlo tomado.

*Si, ¿pero con qué propósito? Aparte de...*

Padre: seguro que para tenerlo debió de dejarlo encima o dentro de algo, pues aquí no hay jeringas.

Nuevamente segundos invadió el lugar hasta que abriendo los ojos como platos el pelicrema apretó los puños con suma fuerza antes de azotar las cosas que estaban sobre la mesa.

*Lo sabía... Lo sabía ¡¡lo sabía!!*

Mas encabronado no podía estar.

*No debí haberle dejado hacer eso... Mierda... Debí haberlo hecho yo en su lugar...*

Gruñía como si fuese una bestia, caminando de un lado a otro buscando no tener que hacer un desastre fue detenido por las manos de su padre.

*¡sé quien fue la que hizo esto! Esta allá esa maldita en alguna parte!*

Padre: la buscaremos, ya mismo.

*Mientras más pronto mejor... Porque de verdad no voy a soportar más esto.*

Tal cual como dijeron salieron de la casa, cerraron todas las entradas y ventanas primero en caso de urgencia, avisaron a la nana para que cuidara a Yuuka y subieron al auto deportivo arrancando de inmediato el camino sin dejar de lado que el pelicrema miraba a todos lados que la ventana le dejaba, si sus presentimientos eran ciertos entonces la culpable estuvo a su lado todo el tiempo, debió suponerlo desde un inicio... Estaba mal de nuevo, pero ahora lo emendaria como es debido, la muerte de su amado no será en vano ni tampoco olvidado por ninguno de sus amigos a quienes contacto en el teléfono comunicándolos de la situación, cada uno estará al pendiente de cualquier anomalía sin dudarlo.

*De esta no te escaparás ahora.*

Susurró cuando bajo del auto a empezar su búsqueda solo.

*Shiro, no te preocupes... Aunque me odies... No quiero que esto sea en vano...*

Me arrepiento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora