Capitulo 14: a flor de piel

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El día llegó, no puede estar más ansioso por salir de clases e ir corriendo a la tienda e ir a verlo, tenía tantas cosas en mente por traerle algo especial de sus propias manos y ver con sus propios ojos esa sonrisa tan dulce que tanto le encanta ver, y sobre todo ser el autor de esa sonrisa y con lo demás que conlleve. Entonces justo después de ir al instituto temprano para adelantar sus horas fue a la tienda a ver que poder traerle, la emoción le daba vueltas, era difícil elegir algo para el menor con tantas cosas que le gustan, no podía decidirse por una, así que tomo dos cosas, unos bombones y un manga, pues si pasarán el rato deben de iniciar con un juego de palabras sobre algo, y que mejor que un manga que ven para entablar conversación.

Rumbo al lugar a paso normal y algo seguro el moreno ideaba las palabras en su mente para el momento en que deba estar presente con su menor no vaya a enredarse, cosa que a veces es inevitable, su ternura natural siempre le llega a poner nervioso antes de entablar algo más serio, aunque eso no le impedía que sea simplemente miedo o que no quiera hablarle, pero verle tan tierno le traba las palabras y debe reiniciarse para hablarle lo más fluido posible.

Cuando entró busca con la mirada al menor acercándose con una sonrisa mientras que le saludaba sentándose sobre sus propias piernas frente a el ocultando en su espalda sus ofrendas, primero se centraría en que esté primeramente bien, aunque ante sus ojos ya estaba la respuesta pero igual le preguntó.

-Estoy bien, no ha pasado nada.-

*Me alegra, pensé que te confiscarían aquí.*

-Lo hicieron, pero se fueron al segundo porque no encontraron nada…-

*No te han… Ya sabes… Lastimado?*

El menor negó con la cabeza con una dulce sonrisa que le dio luz verde a su sonrojo y alivio, y también para acercársele un poco más.

*Por cierto, mira esto.*

Le muestra lo que trajo siendo deleitado por el sonrojo del menor y su cara de sorpresa por ver que era la continuación del manga que los dos leen, y gracias a ello fue el inicio de la conversación mientras debatían sus teorías comiendo los dulces como desayuno, pues dudaban que le atendieran que no sea más de una vez al día así que se mantuvo cerca de él lo más posible en ese momento.

*¿Puedes creer que haya sido ella todo el tiempo?*

-Sigo sin creérmelo aún, jej, creía que era la pequeña… Pues por cómo casi lo mató… Jajaja-

*Bueno es verdad, todos pensábamos que así era.*

-Lo bueno es que… Estubo bastante bueno.-

*Así es~*

-Gouenji…-

*¿Si?*

-Etto… Quería preguntarte algo si no es mucha molestia…-

*Claro, dime ¿Qué sucede?*

-No sé si es verdad pero… Escuche por ahí que el equipo debutara la próxima semana.-

*Ah si, un amistoso que se dará en ese tiempo, espero que en ese momento puedas estar.*

-Si, ha pasado mucho desde el último juego…-

El menor sonrió algo nostálgico, había pasado mucho desde su último partido antes de caer con un tobillo roto y por órdenes del doctor no poder jugar en la final como quería pero estaba feliz de ver como sus compañeros si lograron cumplir el sueño de todos, aunque siempre hay otra oportunidad en base al futbol así que en todo momento estaba ansioso de poder volver a jugar con su equipo sin fallarles esta vez, aunque por ahora esperaba que todo saliera bien y rápido.

El moreno observó en sus ojos aquella inquietud, y lo entendía pues cuando supo lo de los “alienígenas” tras él no pudo jugar por cierto tiempo hasta que al solucionarse pudo continuar sin problemas, pero este caso es diferente, no pudo acompañarlo en el momento que su tobillo no le dejaba disfrutar del juego y el vacío que dejó en ese momento solo él lo pudo notar, igual intentaría compensarlo pasando el tiempo con el tanto sea posible, y eso estaba haciendo en el día de hoy.

*Recuérdame ver si traigo algo de agua.*

-¿Tanto así?-

Dijo entre risas mientras se cambiaba en el vestidor que improviso para poder cambiarse con algunas ropas que el mayor insistentemente le dio.

*No sería bueno que te enfermaras por eso.*

-Oh vamos, no creo que sea para mucho.-

Cuando ya salió del vestidor las ropas le quedaron, el moreno casi le sangraba la nariz y por eso desvió la mirada antes de que se diera cuenta, el albino solo rió por su acción antes de continuar con la conversación, que en poco tiempo se iba a tornar más en algunas acciones, pues el abrazo que ambos tenían por parte del moreno estaba… Algo tibio, bueno era normal pues era el goleador de fuego normal que emane calor, aunque en un abrazo se manifieste ese calor era nuevo para ellos.

Así duró el resto del día hasta que a fuerzas sacaron al moreno para seguir dejando al albino solo, pero con una gran sonrisa y un sonrojo en sus labios. Ya afuera del lugar la felicidad del moreno no podía ser ocultada, mucho menos cando su corazón saltaba a mil por hora, la ansiedad de preguntarse sobre el mañana si pueden estar juntos o alguna noticia pueda salir y necesite de ayuda moral para superarlo, igual sea lo que sea estaba feliz y sumamente con energías de volver a sentir al menor entre sus brazos y esa vez no dejarlo ir, podría aprovechar que también pueda finalmente besarlo sin que los nervios se lo coman por dentro, aprovecharía la oportunidad de que estaban solos y casi nadie les monitorea o de ser posible quizás llegar a algo más lejos, una fuga quizás o algo que sea más seguro para ambos jóvenes jugadores y novios y ahora mismo con los muchachos las ganas del moreno estaban a flor de piel.

Me arrepiento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora