Todas las personas ocultan cosas. Todas sin excepción. Yo tengo secretos, tú tienes secretos. Es natural, ¿no? Yo siempre he pensado que es natural. Todo el mundo tiene cosas de las que les cuesta hablar, todo el mundo tiene cosas que ha enterrado tan adentro que siquiera sabe si están ahí.
Hay cosas que no se explican en su momento y, aunque no haya esa intención, se vuelven cosas que no se confiesan. A veces se miente sin la intención de hacerlo y nunca se halla la ocasión de explicar que aquello no era cierto.
Son tantas las opciones, tantas.
A veces simplemente se trata de algo que es tan lejano que es como si no hubiera existido.
Lo que he descubierto con el tiempo es que las personas les temen a los secretos de los demás con una fuerza gigantesca. Las parejas no quieren tener secretos, quieren conocerse de arriba a abajo desde el primer momento, vaciar el alma sobre la mesa y mirar los trozos antes de volverlos a pegar y volverlos a tragar para meterlos dentro.
Yo no pienso que los secretos sean malos. Opino que las personas tienen derecho a ocultar cosas, que tienen sus motivos para ocultar cosas. No es engañar, no siempre es engañar. Por supuesto que hay cuestiones que callarlas está mal, pero hay tantos pequeños secretos, tantos datos banales que guardamos, tantas cosas que son tan grandes que solo queremos enterrar porque no queremos que nos hagan daño más, hay tantas cosas que están mejor en el fondo del alma de uno y otras tantas que forman parte de la intimidad de uno que nadie tiene derecho a usurpar si la otra persona no quiere; que no considero que sean traiciones, que no considero que sean faltar a la confianza de nadie.
Merecemos tener secretos.
Yo no quiero que me cuentes tus secretos, no quiero interrogarte sobre ellos y que los intercambiemos como si fueran cromos.
Sé que hay cosas que no me has contado, sé que hay cosas que no te he contado, pero... ¿no es la gracia de conocer a alguien, de enamorarse de alguien, de querer pasar la vida con alguien?
Siempre serás parcialmente un misterio, siempre serás parcialmente un laberinto intrincado y complejo en el que quiero adentrarme sin preocuparme de perderme, sin preocuparme de perderme siempre que estés conmigo.
¿Por qué deberíamos tener prisa?
Quiero descubrir tus secretos poco a poco, quiero que surjan, que aparezca la ocasión donde se destapen esas cosas que no conocemos el uno del otro.
Quiero conocerte despacio, como un puzle eterno que no quiero terminar de completar nunca, que quiero que crezca y crezca con nosotros, que pasen años, que pasen décadas, que sigamos siendo capaces de encontrar cosas del otro que nos sorprendan, que sumen.
Podemos desnudar el alma del otro poco a poco porque tenemos tiempo, porque aunque los años vayan sumando tengo la convicción de que los pasaremos juntos.
Quiero dártelo todo, quiero que conozcas todo de mi. Quiero conocer todo de ti.
Pero no quiero hacerlo ahora. No tan rápido, no con prisas como si el mundo se fuera a acabar mañana. Mi mundo, que eres tú... que eres tú y solo tú, cariño.
Estemos juntos los suficientes años como para no nos queden secretos para contarnos. Estemos juntos hasta que lo conozca todo de ti y aun así quiera saber más. Estemos juntos hasta que no tengas fuerza para sostener mis manos pero sigas deseando hacerlo como lo deseabas el día que nuestros dedos se entrelazaron por primera vez.
Tengamos secretos siempre que me prometas quererme siempre.
Quererme cada día más.
Quererme hasta que no podamos recordar cuántos años llevamos queriéndonos.
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Addictive like caffeine » Showho. MONSTA X
RomanceEn ocasiones eran Post-its, en otras cartas. A veces simplemente pedazos de papel. Ho Seok escribía notas que le dejaba debajo de la almohada y que Hyun Woo coleccionaba.