Decisiones #10

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Odio las épocas del año donde llueve mucho, donde el cielo siempre es gris y es raro ver la luz del sol. Cuando hace frío. Odio cuando hace frío. Odio odiar cuando hace frío.

Se te pega al cuerpo, se apodera de ti. Es algo que no puedo evitar. Llegar de trabajar con el frío calándome hasta los huesos es algo que detesto con todas mis fuerzas. Solo quiero llegar a casa, meterme en nuestra cama y acurrucarme contigo bajo las sábanas. Pero ahora quien está trabajando hasta tarde eres tú, y encontrarme la casa vacía, a oscuras porque se hace de noche súper temprano, y fría, sin nada que dé muestras de que haya habido alguien allí en todo el día, me hace sentir solo de pronto.

Es en momentos como éste cuando más desearía que tuviéramos niños. Sería egoísta y ambos lo sabemos, porque se pasarían prácticamente todo el día solos, sin nosotros al menos, siendo cuidados por alguien más. Pero me gustaría llegar a casa y escuchar gritos y risas de niños, incluso llantos. Aunque estuviera agotado, aunque mi cuerpo no me pidiera otra cosa que no fuera dormir.

Sería bonito. Sería bonito tener a alguien que nos recibiera cuando no podemos hacerlo mutuamente, sería bonito poder compartir algo así.

Sé que siempre he dicho "algún día", sé que siempre hemos dicho "algún día" pero tengo la sensación de que se está alargando demasiado, que lo estamos dejando pasar demasiado.

Siento dejarte este tipo de información importante en una nota, pero me desperté pensando en ello y con una sensación de vacío en el pecho que no sé llenar. Lo siento.

Es algo que siempre he querido. Dos niños, quizá tres. No menos de dos, podrían ser hasta cuatro incluso. Creo que podríamos con ello.

Sé que no debería decirte esto en una nota, pero no quiero ir a trabajar, llegar agotado a casa y pensar lo mismo que llevamos pensando años, que ya llegará, que el tiempo idóneo aparecerá y sabremos que es el momento. Que si el trabajo, que si el dinero, que si la casa... Estoy asustado. Supongo que tú también lo estás. No quiero ser padre para ser padre, quiero ser un buen padre. No quiero tener niños como quien quiere un juguete, por un capricho tonto para luego buscar excusas para no darles atención, buscando formas de mantenerles ocupados para que no molesten. No me lo perdonaría. Pero creo que estamos tan preocupados de qué podamos hacer mal que hemos dejado de pensar en lo que podemos hacer bien.

Tenemos dinero ahorrado, tu hermano y su hija ya nos han dicho que adorarían hacer de canguros para ellos si lo necesitáramos. No es algo que quiera que suceda habitualmente, porque quiero que los criemos nosotros, pero siempre tendremos esa carta bajo la manga si hay alguna emergencia, si algún día tenemos que salir más tarde de trabajar.

Tenemos dinero ahorrado, el trabajo nos va bien. Podríamos permitirnos que alguno de los dos trabajara a media jornada.

Es algo que quiero que hablemos, que necesito que hablemos. No quiero arrepentirme de querer tener esta conversación.

Sé que estos días están siendo cansados para ti pero... Tendré la cena hecha para cuando llegues de trabajar. Por favor, reserva un poco de tiempo para mí aunque estés cansado. Realmente necesito tener esta conversación.

¿Me concederás ese capricho?

Te amo con toda mi alma, Hyun Woo. Quiero pasar mi vida entera contigo, y no quiero arrepentirme de nada. Siempre nos ha costado dar pasos. Nos costó nuestro primer beso, nos costó nuestra primera vez, nos costó irnos a vivir juntos. Hemos sido inseguros y lentos con todo, para luego comprobar que las cosas, aunque difíciles al principio, han funcionado. Que el esfuerzo no ha sido en vano. Porque estábamos juntos. Y todo funciona cuando estamos juntos, Hyun Woo. Mi amor.

Hablemos de esto. Necesito saber cuándo vamos a ser uno más, cuando pasaremos de ser dos para ser tres, para ser cuatro.

Recuerda que te amo, que siempre te amaré. Siempre. Siempre. Siempre. Siempre y cada día más.

Ten un buen día. Te estaré esperando con la casa calentita, una rica cena preparada y los brazos abiertos para que te acurruques encima de mí cuanto quieras.

 Te estaré esperando con la casa calentita, una rica cena preparada y los brazos abiertos para que te acurruques encima de mí cuanto quieras

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