En ocasiones eran Post-its, en otras cartas. A veces simplemente pedazos de papel.
Ho Seok escribía notas que le dejaba debajo de la almohada y que Hyun Woo coleccionaba.
Sé que han sido solo horas, sé que entiendes que nuestra situación con el bebé en el hospital es complicada, pero también sé que no es justo abandonarte así como si tú no estuvieras sufriendo también, como si no estuvieras cansado tú también.
He conducido casi sin darme cuenta hasta quedarme sin gasolina y, cuando he mirado el reloj, habían pasado cuatro horas.
Cuatro horas.
Al parecer estoy a cuatro horas de casa y siquiera sé cómo he llegado hasta aquí o dónde estoy.
Ahora mismo estoy sentado en la cafetería de un área de descanso, llorando como un idiota, como no me he permitido llorar mientras conducía, y escribiendo esto mientras todo el mundo me mira como si nunca en su vida hubieran visto a un hombre llorando.
Tú siempre me prometes que las cosas van a salir bien, pero a veces me cuesta creérmelo. Confío en ti, confío en ti de un modo en el que nunca pensé que pudiera confiar en alguien, pero lo mucho que confío en ti es lo mucho que no confío en mí.
Incluso para cosas que no tienen que ver conmigo.
A veces pienso que estando cerca lo único que voy a lograr es atraer a una catástrofe. Y sé que es irracional, pero todo mi ser me grita que salga corriendo y... ¿cómo puedo callar esas voces? A veces no puedo por mucho que quiera.
Creo que hacía quince años, quizá veinte, que no me veías escaparme de esta manera. ¿Cuándo fue? Me escapé como un idiota muchas veces durante nuestro noviazgo y antes de éste. Desde que nos conocimos hasta que nos fuimos a vivir juntos pasó tantas veces y por tantas razones distintas que lo pienso ahora y bendigo tu paciencia, porque no me puedo imaginar mi vida sin ti y entonces me la imaginaba todavía menos (era un pobre paranoico, ¿te acuerdas? Todo suponía un enorme drama, cualquier error por insignificante que fuera terminaba siendo una montaña gigantesca y tú terminabas boquiabierto sin entender por qué yo no paraba de repetirte que después de aquello ya no me ibas a querer más, que me ibas a abandonar).
En ese entonces podía desaparecer por días, no dar señales de vida por días y tú... tú, que eres mi milagro particular, siempre encontrabas el modo de darme espacio y dejarme solo y al mismo tiempo de preocuparte por mí y asegurarte de que estaba bien.
Aquellas veces eran días, esta vez no será así. No pienso dejarte días solo, mucho menos en una situación como esta.
Terminaré de comer, me lavaré la cara, echaré gasolina y volveré a conducir hasta el hospital.
Lo siento, siento haber perdido el control, haber perdido la confianza en mí, haberte dejado solo.
Dime que me quieres y que vamos a estar bien.
Que aunque sea un idiota me quieres y todo va a salir bien...
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