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Me encantan las notas de amor que me dejas, Hyun Woo, mi amor, de verdad te lo digo.

Supongo que ese "Compra. Vuelvo" que me has pegado en la nevera significa que no estás en casa porque te has ido a hacer la compra y que volverás pronto, porque, entre tu mala letra y los jeroglíficos que me dejas, la mitad de las veces no sé cómo entiendo algo.

¿Tanto costaba hacer su frase con sujeto y predicado como las personas normales?

A veces me haces plantearme con qué tipo de persona me he casado y he tenido una hija.

Oh, hablando de cosas raras que haces y que me dejan patidifuso... escuché una conversación rara en el trabajo y me hizo gracia. Es una chorrada pero, en provecho de esta situación tan extraña en la que me he visto envuelto por ti y tu forma de comunicarte, vamos a jugar a un juego.

A ver, contexto. Tengo un compañero de trabajo que su matrimonio está en las últimas y casi seguro que se divorcian, pero están yendo a terapia y eso a ver si consiguen devolver su relación a flote. El caso es que el terapeuta les mandó una tarea donde tenían que escribirle al otro (y tenían que escribirlo, no decirlo, porque cuando escribes meditas más lo que dices o... no sé, algo de eso) lo que les gustaba y lo que les disgustaba del otro.

Así que vengo a exprimirme los sesos para explicarte qué me gusta y qué no me gusta tanto de ti.

Porque eres tú y no te tomas a mal que te digas las cosas malas (porque si tengo que hacer esto con mis hermanos mejor que vayas llamando a un tanatorio a la de ya porque me cortan el cuello en cero coma...) y porque suena divertido.

Tú puedes escríbemelo de vuelta si quieres.

¿Debería escribir primero las cosas malas o las buenas...?

Tú siempre te comes primero lo que te gusta, eres ese tipo de persona, así que empecemos con lo que me gusta tanto de ti y por lo que me enamoré de ti.

Me gusta tu piel morena y la forma en que contrasta con la mía. Me gusta también que puedas cogerme en brazos, que puedas llevarme a la cama si me quedo dormido en el sofá. Que puedas abrazarme tan fuerte como para que no pueda moverme cuando pierdo el control, cuando lloro tanto y me altero tanto que sabes que podría acabar haciéndome daño sin querer.

Me gusta la forma en que siempre me miras y escuchas todo lo que digo con un brillo especial en los ojos, como no existiera nada más. Que soportes que parlotee sin parar cuando tú apenas sueles decir nada.

Me gusta cuando vuelvo a casa después de trabajar y te encuentro dormido en el suelo del sofá con Bona dormida encima, como si su mundo girara en torno a ti y el tuyo en torno a ella. No sabes lo bonito que es ver la complicidad que tenéis los dos.

Me gustan tus labios. Tienen una forma especial, se sienten bien al besarlos. Sí, prometo no decir nada sucio esta vez, que sé que estás esperando a que me vaya de la lengua.

Me gusta que guardes todas las notas que te escribo. Las que te escribía en el instituto llenas de cursilerias y las que te escribo ahora que vivimos juntos (y que están llenas de cursilerias también, a quién pretendo engañar), por escuetas o insulsas que sean.

Me gustan tantas cosas que sé por dónde empezar pero no por dónde acabar. Me gusta que te sientas protegido en mis brazos, me gusta que me beses en el cuello y en la nuca sin razón solo como forma de decirme que me quieres.

Adoro que te esfuerces por hacer cosas que te son tediosas e incómodas porque sabes que me hacen felices.

También me encanta cómo puedes parecer frío o serio, especialmente con los demás, pero cómo pareces no poder vivir sin mi atención, cómo se forman esos preciosos pucheros en tus labios cuando quieres algo de mí que yo no puedo o no quiero darte. Como aquella vez que quisiste escaparte conmigo a Hawaii en pleno noviembre, como si ninguno de los dos tuviéramos que trabajar.

Addictive like caffeine » Showho. MONSTA XDonde viven las historias. Descúbrelo ahora