El Destino De Un Grupo De Aventureros (4)

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— ¡No hay tiempo que perder! ¡Esas chicas secuestradas están esperando a que vayamos a salvarlas!
Aun así, la recepcionista que escuchó eso aún tenía una expresión complicada en su rostro.

Con eso, un sentimiento de extrema intranquilidad se formó dentro del corazón de la sacerdotisa.

Una brisa fría cargada con el hedor de la sangre sopló, e hizo parpadear la antorcha.
Aunque era mediodía, la luz del sol era incapaz de entrar en la cueva, haciendo el interior completamente negro.
Las pesadas sombras de las rocas danzaban en sincronización con las llamas, proyectando un retorcido monstruo en las pinturas rupestres.
Cuatro personas estaban en una fila, un pobremente equipado joven e igualmente pobremente equipadas tres mujeres buscaban a tientas en la oscuridad.
El que dirigía el frente era el espadachín que cargaba la antorcha, con la artista marcial detrás de él y la maga en la retaguardia.
En la tercera posición estaba la temblorosa sacerdotisa.
Con esto, siempre que no hubiera caminos bifurcados a lo largo del camino, no necesitaban preocuparse por ser emboscados desde atrás.
Siempre que la vanguardia no metiera la pata, la retaguardia estaba segura y solo necesitaba concentrarse en apoyarlos.
—Debería estar bien… ¿cierto…?
Aun así, los susurros de la sacerdotisa estaban llenos de inquietud.
Desde que habían entrado a la cueva, su ansiedad solo se hacía peor y peor.
—Aun así nos apresuramos dentro a pesar de que no sabemos nada sobre nuestros oponentes…
—Cheh, te preocupas demasiado. Aunque esa personalidad tuya coincide con la de un
sacerdote.

~~~~~~~~~~

La jovial voz del espadachín no coincidía con la atmosfera de la cueva mientras lentamente desaparecía en ecos.
—Incluso los niños saben sobre los goblins, ¿cierto? ¡Yo incluso ayudé a perseguir a algunos que atacaron al pueblo antes!
— ¿Derrotar goblins es algo digno de presumir? No lo creo, por favor deja de fanfarronear.
—Además, ni si quiera los derrotaste.
La artista marcial se burló del espadachín en voz baja, aun así el espadachín respondió con:
—No dije nada malo.
La artista marcial suspiró como si fuera incapaz de continuar, aun así parecía disfrutarlo.
— ¡Heh, incluso si convierten a este perdedor en carne picada, yo los enviaré volando! ¡Así que no te preocupes.
—Hey, decir que soy un perdedor es demasiado, ¿no es así…?
La antorcha brillaba en el desalentado rostro del espadachín, pero entonces inmediatamente se alegró y alzó la espada en sus manos.
—Está bien. ¡Incluso si un dragón se muestra, encontraremos una manera de derrotarlo incluso si solo somos nosotros cuatro!
—Que impaciente.
La maga murmuró suavemente, haciendo reír a la artista marcial. El sonido de su voz se superponía a la del otro en la cueva.
Preocupada si su voz atraería a algún tipo de cosa desconocida de las profundidades de la cueva, la sacerdotisa no se atrevió a hacer ningún sonido.
—Aun así, deberíamos asesinar a un dragón algún día. ¿Cierto?
Con el fin de seguirles el juego al espadachín que asentía y a la maga, la sacerdotisa solo podía sonreír silenciosamente.
La sonrisa era tan turbia como la de la recepcionista, escondida en la oscuridad sin que nadie lo supiera.
¿Sería realmente así?
No importa que tan intranquilo estuviera su corazón, la sacerdotisa nunca le daría voz a su pregunta.

~~~~~~~~~~

—Él dijo —Incluso si solo somos nosotros cuatro—.
Sin embargo, solo se habían conocido recientemente. ¿Cómo puede él tener tal confianza?
La sacerdotisa sabía que ellos no eran malas personas. Ella entendía eso.
Pero…
—Aun así, debimos prepararnos antes de venir aquí… ni siquiera trajimos algo de medicina con nosotros…
—Incluso si lo dices así, no tenemos ni el tiempo ni el dinero para ir de compras.
Al espadachín no le importaba la voz temblorosa de la sacerdotisa, mostrando que su coraje era excepcional.
—Yo estoy más preocupado por las chicas secuestradas… si están heridas, las trataras también, ¿cierto?
—Me fue enseñado tratamiento médico y Milagros Curativos, pero…
— ¡Entonces no será un problema!
—Solo puedo usarlo tres veces al día…
Nadie pareció escuchar el murmullo poco claro de la sacerdotisa.
—Es bueno que seas tan confiable, pero no te perderás ahora, ¿verdad?
—Vamos, hemos estado caminando este camino ‘recto como una flecha’ hasta ahora. ¿Cómo podríamos perdernos?
—Yo no estaría tan segura. Después de todo, te dejas llevar muy fácilmente, así que no tengo opción más que vigilarte estrictamente.
— ¿Que no eres igual?
El espadachín y la artista marcial venían del mismo pueblo.
Ya eran incontables las veces que habían discutido durante el viaje.
La sacerdotisa los seguía, agarrando su báculo fuertemente mientras cantaba el nombre de la
Madre Tierra repetidamente.
—Por favor deja que esta aventura termine pacíficamente.
Esta oración no había hecho eco en la cueva y desapareció en la negra oscuridad.

Globin Slayer 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora