3. El juego (II)

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Bueno, yo solo aviso: +18.

Flashback

Uno a uno, los compañeros de Operación Triunfo habían ido saliendo de la habitación de hotel de Ana y Mimi para ya dar por finalizada aquella improvisada noche de pijamas tras el concierto. A decir verdad, tan solo quedaba Miriam en la habitación de sus amigas; la gallega no dejaba de mirar su teléfono móvil en aquellos momentos moviendo sutilmente su pie al ritmo de la canción que se escuchaba de fondo. Twitter tras los conciertos era el mejor lugar para leer comentarios, ver fotos o memes, en los que la leona no podía evitar de vez en cuando soltar una carcajada.

Pero aquella noche, la batería no estuvo de su parte y cuando la alerta saltó en su pantalla, dejó el móvil encima de la cama para ver cómo Mimi y Ana lo daban todo en medio de la habitación, saltando encima del sofá al ritmo de Havana de Camila Cabello.

-Uff, neno. ¿Cómo podéis tener tanta energía?

-Tú que eres muy mayor.

-¡Puta del demonio, soy la más pequeña de las tres!

Mimi rápidamente soltó una carcajada.

-Pues no lo aparentas.

Con el orgullo herido, Miriam se levantó de la cama y empezó a bailar con ellas, a pesar de que su cuerpo no dejaba de enviar alertas a su cabeza para que volviera a la cama. Su sonrisa se hizo enorme cuando Ana y Mimi la recibieron con los brazos abiertos en mitad de aquella improvisada pista de baile y se olvidó del cansancio, de que al día siguiente tenían que meterse de nuevo en el autobús para la siguiente parada en el tour y de todo el peso que llevaba acarreando desde la salida de la academia.

Las tres bailaron, cantaron, saltaron como adolescentes en su primera noche de fiesta, al menos hasta que el móvil de Mimi también dijo basta y se apagó cortando aquella locura montada.

-Ugh, qué calor-comentó Ana abriendo la ventana, dejando que el aire de la noche entrase-. Se nota que está llegando el verano...

-No, eso es porque estás aquí, reina-y Mimi le guiñó un ojo.

La leona se empezó a reír llamando la atención de las otras dos chicas, y aún entre carcajadas le preguntó:

-¿Y tú ligas así?

-Pues ahora no me va nada mal, illa.

-Lo que hace la desesperación-la picó, de vuelta.

-No me hagas hablar, Miriam, que tengo mucho que contar.

-Que no sea por mí-añadió Ana levantando sus manos, interesada desde la ventana, y mirando a las dos rubias como si se tratase de un partido de tenis en la que ella tan solo era una mera espectadora.

Miriam negó con la cabeza divertida y tras unos segundos se encogió de hombros:

-Ya lo sabes, Anita.

Miró a la canaria con timidez y solo apartó la mirada cuando las dos cejas de su compañera se movieron con diversión y picardía. La única perdida en aquella conversación silenciosa era la granadina que no dejaba de hacer aspavientos con sus brazos en mitad de la habitación de hotel:

-Espera, espera... ¿lo sabes?-y Mimi miró de nuevo a la gallega-. ¿Lo sabe?

-¿Qué te has acostado con las dos?-Miriam asintió con la cabeza, riéndose por la cara de sorprendida que tenía la rubia en aquellos momentos.

-Pensábamos que lo sabías.

-¡PUES NO!-exclamó Mimi-. No sabía que sabíais que... ya me entendéis- tras unos segundos de silencio, en su rostro apareció una sonrisa chulesca-. Lo dicho, Miriam, no puedes quejarte de mis dotes para ligar.

3 no son multitud (WARMIRIAM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora