12. Palau Sant Jordi

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Esto es lo que mi mente hubiera querido que pasara en estos dos días.

Flashback

-Ven aquí.

Antes de que Ana fuera consciente de lo que estaba ocurriendo a su alrededor, ya tenía dos manos tirando de su cara y haciendo que sus labios chocaran contra otros carnosos y gruesos –que ya bien conocía-. Gimió sobre la boca de la rubia antes de cerrar los ojos y dejarse aprisionar contra la pared más cercana; gemidos que aumentaron cuando la boca de Mimi bajó por su cuello hasta dejar una pequeña mordida en su clavícula.

-¿Y esto?-preguntó con los ojos cerrados y la respiración acelerada.

-Por mi regalo, Ana...-suspiró cerca de sus labios y le sonrió a quemarropa-. Ha sido maravilloso. Perfecto.

-¿Leíste la nota por detrás?

Entonces, Ana vio cómo la granadina se mordía el labio inferior mientras asentía con la cabeza; en letra pequeña y sin que nadie lo viera, había escrito un mensaje mucho más romántico que había pasado desapercibido por todo el mundo.

-¿Tardaste mucho en preparar todo esto del amigo invisible?

-Un poco-confesó dejando que sus manos juguetearan con los mechones rubios de Mimi; inconscientemente se apoyó mucho más en la pared y dejó que todo el peso de la rubia cayera sobre el suyo en una posición más que íntima-. La verdad, es que hice dos regalos a la vez... El otro es para Miriam.

-¿Otro picardías?-preguntó al instante con cierto tono de broma, pero con mucha ilusión en sus palabras-Esta noche promete.

-No, tonta-le golpeó ligeramente en el hombro con una sonrisa-. Es un cuadro como el tuyo, pero más grande y de las tres.

La canaria volvió a ver cómo su novia sonreía al seguramente imaginarse un cuadro como el que había desenvuelto delante de sus compañeros, pero de las tres. Con todas y cada una de las fotografías que se habían hecho en la intimidad de su relación, unidas para crear una imagen mucho más grande en aquel cuadro.

Ana ya se podía imaginar el sitio perfecto dónde podría colocarlo Miriam en su apartamento.

-Hubiera sio' demasiao' cantoso que me regalaras uno de las tres, ¿no?

-No quiero ni mirar el móvil ahora mismo, así que...-y se encogió de hombros.

-Bueno, aquí nadie nos puede ver.

Ana negó con la cabeza mordiéndose el labio inferior, ocultando una sonrisa, y tiró de la nuca de Mimi para volver a unir sus bocas en un beso algo atropellado por las ganas que se tenían. Lo que no esperaba fue que las manos traviesas de la rubia se adentraran por debajo de su ropa subiendo, sin ningún disimulo, por sus costillas tanteando el terreno hasta casi llegar a sus...

-¡Woow!

-¡Espectáculo warmi a la vista!

De un salto ambas se separaron, arreglándose mínimamente la ropa y el cabello, a la vez que se alejaban de la pared y se encaraban a sus tres compañeros:

-Si es que no pueden quitarse las manos de encima.

-Siguen en la fase de luna de miel.

-Y si Miriam hubiera estado aquí...-las cejas de Ricky subieron y bajaron con picardía- sin ropa las tres. Las hubiéramos pillado en plena faena.

Ana agachó la cabeza avergonzada, porque el mallorquín no había dicho nada alejado de la verdad.

Había sido una de las pocas veces que las habían pillado en una posición tan comprometida, pero si era cierto que en cada momento que podían se escabullían del grupo de sus amigos para estar las tres a solas y, obviamente ya, todo el mundo se había dado cuenta de sus escapadas. Pero, la morena también sabía que tenían sus razones: aprovechar todo el tiempo posible que pasaban juntas en una misma ciudad.

3 no son multitud (WARMIRIAM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora