15. Navidad (I)

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A ver si alguien es capaz de adivinar qué frase dicha por Mimi en Tu Cara Me Suena, fuera de cámaras y que tuve la suerte de escuchar, está infiltrada en este capítulo.

-¿Y cuál es el plan para estas fiestas?

-Ay, mamá-suspiró Mimi echando la cabeza hacia atrás en el asiento del coche-. Que ya te lo he contao'.

Su madre, al volante en aquel coche, chistó cortando cualquier comentario que pudiera añadir y la miró de reojo; había cosas que no cambiaban con los años y aquella mirada enfurecida de Inma, era una de ellas. Por un momento, Mimi se sintió con quince años de nuevo y a punto de ser castigada:

-Bueno, que más te da contármelo otra vez-le contestó con reproche, añadiendo un bufido-. Me dirás tú que te cuesta.

Sin embargo, aquel reproche Mimi se lo tomó a su manera y cambió la dirección de la conversación para salir ganando:

-Ya me dirás tú pa' que estamos yendo a Graná' a comprar, si hay comida de sobra pa' todos esta noche-utilizó el mismo tono que su madre-. Y para mañana, también.

-No soy una exagerada, Miriam.

-No. Claro, mamá. Vamos a comprar por si el apocalipsis zombi se acerca y nos pilla en casa.

No la vio venir. Ni siquiera lo pensó, ni mucho menos la pudo esquivar; de repente, sintió un golpe fuerte en su nuca. Menuda colleja le había soltado su madre sin avisar, con una mano aguantando el volante y la otra haciendo el recorrido de atrás hacia adelante creando el sonido perfecto.

-Auch-se quejó la cantante un segundo más tarde.

-No te pases, que sigo siendo tu madre.

-Joer, mamá-lloriqueó, palpando la zona golpeada ya que le había dolido, más por no esperársela que por la fuerza del golpe-. Que somos tres, no quince.

-Bueno, sigue siendo toda una sorpresa que vengáis a Huétor y sin avisar. ¡Qué te presentaste ayer sin haberme llamao' antes!

Mimi puso los ojos en blanco ante tanta exageración de su madre, pero no lo dijo en voz alta, no fuera a ser que volviera a recibir otra colleja. Con una había aprendido la lección. Así que se relamió los labios, antes de volver a contar aquello que ya le había explicado la noche anterior cuando llegó ella sola a su hogar de la infancia y adolescencia:

-Las tres hablamos de daros una sorpresa y eso...-se encogió de hombros sin más-. Pasaremos hoy y mañana contigo, el 26 estaré con papá y el 27 nos vamos a Tenerife.

Inma bajó el volumen de la radio para escuchar bien lo que le tenía que contar su hija; Mimi la conocía demasiado bien para saber lo que estaba haciendo en aquellos momentos. Muy seguramente recordaba todos los detalles, pero su madre estaba indagando por algo más.

-¿Antonio lo sabe?

-Sabe que va Ana-simplemente contestó, desbloqueando su teléfono móvil.

-Que malas hijas sois.

-Ajam-murmuró mandando un corto y rápido mensaje por el móvil-. Somos terribles.

Seguidamente, Mimi volvió a bloquear el teléfono sin recibir ninguna respuesta de sus novias; llevaban toda la mañana desaparecidas y a la granadina ya le estaba picando algo más que la curiosidad y más sabiendo que ambas habían tenido reuniones en Madrid con sus equipos, una vez más. Sin embargo, decidió no pensar mucho más en ello.

-¿Fin de año en la Laguna?

-Hasta el día 2 de enero que iremos al norte con los pulpiños-comentó de nuevo, regresando al tema principal de la conversación con su madre-. Y haremos los reyes con los Rodríguez. Luego habrá que volver a la realidad de nuestras vidas, pero bueno...

3 no son multitud (WARMIRIAM)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora