Definitivamente empieza a darme todo bastante igual en cuanto a que pueda verse en el exterior que lo que siento por Alba es algo más que una simple amistad. El otro día en clase de los Javis nos dimos un beso. Luego Alba me pidió perdón por habérmelo dado y porque estábamos las dos bastantes nerviosas pero ya estaba echo. No le sentó mal porque ella está igual que yo. Hay cosas con las que no me puedo controlar, como tocarle el culo, es superior a mis fuerzas. Estoy tumbada en el sofá mientras los demás están atentos a cómo Julia toca la guitarra. Pero mi vista no está en eso, está fija en Alba que hoy está incluso más guapa que de costumbre. Quiero salir de aquí y estar con ella. Quiero que vivamos juntas. Quiero compartir mi vida con ella. De repente gira la cabeza y me mira. Nos quedamos así durante unos segundos en los que no puedo apartar la vista porque lo de magnética es totalmente cierto. Desde el primer día que la vi en el casting no pude dejar de mirarla.
-Me voy a acostar contigo un ratito- dice Alba levantándose del suelo. Mi corazón monta una fiesta privada y parece que se me va a salir del pecho al escuchar sus palabras.
-Vale- respondo sonriendo. Va primero al baño y, cuando vuelve, se sienta al lado mío en la parte saliente del sofá- ¿Ahí estás bien?- pregunto preocupada porque sé que no. Al final se tumba a mi lado y me pongo nerviosa. Tanto que se me quita el sueño de golpe. Sube sus piernas sobre mí y las acaricio mientras miro el móvil. Entro en la galería y me doy cuenta de que tengo miles de fotos y que el noventa por ciento son con Alba o de ella sola.
-Esas somos nosotras- dice señalando con el dedo. Me muerdo la lengua para no decirle que todo mi móvil es una oda a ella desde el principio. Tengo fotos de todas las galas, de casi todos los momentos que hemos vivido aquí y videos de absolutamente todas nuestras actuaciones. En un principio lo hacía para no perder nunca lo que estaba viviendo aquí dentro con ella. Veía imposible llegar a algo más que una amistad por lo que fotografiaba y hacía videos de todo para poder tenerla presente cuando nuestros caminos se separasen. Saber que estaremos juntas al salir de aquí no ha hecho que mi afición pare porque todo esto han pasado a ser recuerdos de los castings, el lugar en el que nos conocimos, y de la academia, el lugar en el que nos enamoramos. Una noche soñé que se me borraban todas las fotos que tengo y me levanté prácticamente llorando. Es algo que nadie sabe, ni siquiera Alba. Aún no habíamos dado el paso de estar juntas. Ni siquiera nos habíamos besado aun en aquel coche tras la gala de Toxic.
-¿A ver esta?- dice Alba ampliando una- ¡Tienes un montón de fotos!- exclama sorprendida.
-Lo sé- digo riendo- Me encanta- digo ampliando una en concreto.
-¿Por qué eres tan guapa y yo... con esa cara?- pregunta Alba riendo.
-¿Eres tonta?- digo poniéndome seria. Odio que haga esos comentarios porque es preciosa. Seguimos riendo en el sofá mientras miramos fotos. Yo en realidad lo hago para disimular los nervios que tengo ahora mismo. Parece mentira pero me va a dar algo. Decido que hay que ampliar la colección y nos hago un selfie. Miro la foto y considero que salimos monísimas. Sí o sí es foto de fondo de pantalla.
-Ay- exclama Alba emocionada- ¿En serio?- pregunta. Y tan en serio. Me encanta.
-Es que está perfecta- afirmo. Me súper encanta. Alba quiere que la enviemos para subirla a su histories de Instagram lo cual no solo me súper encanta sino que también me emociona. Decidimos dormir, o al menos intentarlo. Ella se coloca a mi lado y en un momento dado me agarra de la mano de una manera increíblemente dulce. Tengo claro que no voy a dormir porque no voy a poder. Me pongo el antifaz para ver si soluciono algo pero tenerla acurrucada a mi lado de la mano hace que la adrenalina se me dispare. Decido intentar relajarme a pesar de no dormir y parece que lo consigo. No me esperaba esto. Sí que estamos mucho más juntas delante de las cámaras pero tampoco hasta este extremo. Solo pido poder estar un ratito más así. Aunque solo sea un poco más. Alguien me dijo una vez que el amor de tu vida es aquella persona con la que eliges pasar acurrucado toda una tarde de sábado. Esto empieza a parecerse mucho a esa elección. Nuestros compañeros siguen hablando pero estoy sumida en la oscuridad que produce el antifaz y en agarrarla fuerte de la mano. Como si soltarla supusiera perderla. No sé el tiempo que pasamos así, de hecho creo que Alba realmente se ha dormido, o eso parece. Si hemos estado horas a mí me han parecido minutos. Y si en realidad han sido minutos a mí me han parecido segundos. En un momento dado Alba cae al suelo. Estaba claro viendo la postura que había adoptado en el sofá. No la suelto de la mano. Los demás ríen y bromean ante la caída mientras marchan a la cocina para merendar. Yo permanezco en el sofá y, aunque parezca mentira, estoy triste porque no quiero que nos levantemos de aquí pero tampoco me atrevo a decirle en el directo que no quiero comer nada ahora. Que solo quiero seguir con ella a mi lado un poco más. Me quito el antifaz sabiendo que el momento ha acabado pero no me levanto. Abro un poco los ojos y miro al frente. De repente Alba se tumba encima de mí haciendo unos ruidos que me hacen recordar a un gatete. Le acaricio la espalda suavemente con las manos y ella a mí la cara. La noto respirar en mi cuello y está claro que es lo más bonito de este mundo.
-Vaya siesta nos hemos echado- afirma. Yo no he dormido absolutamente nada porque no he podido pero ya se lo contaré luego en la habitación.
-¿Cuánto rato hemos estado?- pregunto al tiempo que ella se levanta.
-No sé- ríe poniéndose de pie- Creo que son las seis y media.
Alba se marcha a la cocina y soy consciente de que ha llegado el momento de levantarme. También soy consciente de que cada día la quiero más, de que jamás podría imaginarme este concurso sin ella y de que está claro que he elegido con quien acurrucarme un sábado por la tarde en casa. Será ella. Siempre.
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Pequeña actualización del momentazo que vivimos el otro día desde el punto de vista de Natalia. Espero que os haya gustado. El Jueves más.
