MIRADAS

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Me tomo la tostada lentamente mientras Julia y Carlos permanecen enfrente mía en completo silencio. No han pasado ni veinticuatro horas desde que Dave abandonó la academia y ya se le echa muchísimo de menos. Cada vez es más difícil despedir a tus compañeros de aventura. Me giro para mirar a la otra mesa y me doy cuenta de que Natalia tiene su vista fija en mí. Sonrío y me devuelve el gesto antes de volver a mi tostada. Nuestra relación ante las cámaras, por llamarla de algún modo, ahora se basa en esto; gestos y miradas. En mi mente aparece el momento en que Noemí nos pilló besándonos en el bosque. Me pongo roja instantáneamente e intento disimular bebiendo un trago de mi café. Sé que la realidad de fuera puede explotarme en la cara en cualquier momento pero no puedo evitar sentirme de esta manera. Necesito a Natalia. Necesito sus abrazos y sus besos para poder estar aquí.

-Se le echa de menos, ¿Verdad?- pregunta Julia refiriéndose a Dave.

-Yo nunca voy a ver una pera de la misma manera- dice Noelia sentándose a mi lado- Chiquilla, ¿Qué te pasa?- pregunta mirándome preocupada y haciendo que Carlos y Julia también fijen sus ojos en mí.

-¿Eh? No me pasa nada- digo con la boca llena.

-Tienes cara de haber visto un fantasma y aún no es Halloween- dice Noelia.

-Solo estoy empanada esta mañana- digo riendo mientras pienso que Noemí mirándome por encima de sus gafas mientras me beso con Natalia está a la par que ver un fantasma. Al menos el susto que me llevé yo fue el mismo. Natalia pasa por mi lado y yo la sigo con la mirada en un acto fallido de disimulación. Todos saben que entre nosotras pasa algo aunque del episodio con Noemí solo son conscientes María y Miki. Ahora cada vez que me cruzo con la directora de la academia agacho la mirada instintivamente. A Natalia le hace gracia y no puede evitar reírse. Sé que está en la terraza fumando así que me como todo lo deprisa que puedo lo que me queda de tostada y el café casi de un trago y me levanto de la silla.

-Corre illa, corre no vaya a ser que se te escape- dice Noelia mirándome dejar las cosas en el lavavajillas. Me dan ganas de matarla pero en el fondo sé que lleva toda la razón del mundo en su comentario. Me dirijo a la terraza. Observo cómo se enciende el cigarro a través de las cristaleras y cómo acto seguido le da una calada. Es un gesto que me resulta tremendamente sexy pero que, al mismo tiempo, no me gusta nada. Entro y se gira para mirarme. Cierro tras de mí pero me quedo parada en la puerta.

-¿No vas a dejar nunca de fumar?- pregunto enfadada.

-Algún día- dice sonriendo con el cigarro en la mano.

-Venía con la intención de darte un beso- digo avanzando hasta sentarme en la silla que hay a su lado- Pero no lo voy a hacer si estás fumando.

-Si dejo de fumar tampoco podrás hacerlo porque podrán enfocar las cámaras- afirma aún con la sonrisa en su boca.

-Eso es trampa- digo indignada.

-Es la verdad- dice encogiéndose de hombros- Venga va, que estás deseando darme un beso- termina de decir poniendo morritos.

-No- digo muy seria.

-Que sí- dice acercándose a mí.

-Que no, que no- digo haciéndome la dura. Al final se separa riendo.

-¿Ahora hay clase con Mamen?- pregunta.

-Eso creo- respondo- Yo tengo que ir enseguida a ducharme.

-Yo también- dice susurrando mientras apaga su cigarro en uno de los ceniceros que hay bajo la mesa.

-¿Ya lo apagas?- pregunto frunciendo el ceño.

Jungla de Espejos (Albalia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora