CAMBIOS

10.4K 465 161
                                    

En unas horas tengo que marchar al aeropuerto tras pasar la Nochebuena en Elche con mi familia. Me esperan los dos conciertos de Operación Triunfo en los que cantaremos Somos por primera vez delante de tantísima gente. No miento cuando digo que me siento más nerviosa que nunca. Estoy tumbada boca abajo en mi cama, el brazo derecho me cuelga por el borde del colchón de tal manera que rozo el suelo con la punta de los dedos. Resulta extraño volver a estar aquí. Nada más llegar sentí que estaba en casa, que todo estaba igual pero que yo había cambiado. Creo que tiene que ser algún rollo espiritual, como ese dicho que asegura que, para saber cómo has cambiado, solo tienes que volver a aquellos lugares que visitabas a menudo cuando eras niño; todo sigue igual... menos tú. No sé nada de Natalia desde nuestra discusión en la noche de la fiesta por el final de OT 2018. No sé porque me empeño en llamarlo discusión cuando en realidad fue la ruptura de lo que sea que hayamos tenido porque no me atrevo ni a catalogarlo como relación.No hemos tenido contacto alguno, tal y como yo le exigí antes de marcharme aquella noche. Soy demasiado cobarde como para admitir delante de mis familiares que estoy destrozada aunque mi hermana, a parte de no tener un pelo de tonta, me conoce y sabe que algo me pasa. He estado todos estos días intentando esquivar las preguntas sobre Natalia. Al principio contestaba con monosílabos y luego ya directamente cambiaba de tema. Solo tengo noticias suyas a través de Instagram o Twitter, procuro no entrar muy a menudo porque parece que estoy enferma. La puerta de mi habitación se abre pero no me giro para mirar. Pasan unos segundos hasta que oigo la voz de mi hermana.

-¿Se puede saber qué haces?- pregunta extrañada.

-Creo que me voy a dejar morir aquí- digo sin mirarla.

-Qué bien- se tumba a mi lado y me mira mientras me coloca el pelo detrás de la oreja.

-Sabes que me lo puedes contar- dice sonriendo- Sé que tiene que ver con esa llamada perdida del día de la fiesta que te empeñas en recalcar que no fue importante- Respiro profundamente antes de que las palabras salgan por mi boca. El corazón se me acelera. Es mi hermana pero también la primera persona, dejando a un lado a mis compañeros de edición, que va a saber la verdad.

-Natalia y yo tuvimos algo en la academia- susurro. Mi hermana se incorpora de manera tan brusca que hace que yo de un bote por el susto. Parece la niña del exorcista girando el cuello para mírame fijamente con los ojos muy abiertos.

-¡¿Albalia es real?!- grita llevándose las manos a la cara.

-Lo era- corrijo.

-¡Y me lo has negado hasta ahora!- dice dándome un fuerte golpe con uno de los cojines que hay sobre la cama.

-Se supone que íbamos a disimular al salir de la academia por el bien de nuestras carreras, o eso es lo que piensa ella, lo que le han hecho pensar más bien- afirmo muy triste. Cambio mi postura, me pongo boca arriba y miro al techo. Marina se tumba a mi lado imitándome.

-Qué fuerte, yo te juro que pensaba que no era real, no por nada sino porque pensaba que algo más  se tendría que haber visto en el veinticuatro horas...

-Nos manejábamos bien con las cámaras- digo sonriendo.

-Por eso dejó a Mikel... - dice mi hermana concentrada.

-¿Lo sabes?- pregunto.

-Me lo dijo el hermano de Natalia.

-Ahhh- desconocía que hablaran tanto.

-Pero yo pensaba que le había dejado porque Mikalia era real- dice encogiéndose de hombros.

-¡¿Mikalia?!- pregunto poniendo cara de asco- Tú estás mal de la cabeza.

-He dicho que lo pensaba, no que me guste- ríe.

-Ah bueno- digo riendo también.

-Así que Albalia es real...

Jungla de Espejos (Albalia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora