Jungla de Espejos (Albalia)

FINALES

Famous o Alba. Uno de los dos es el ganador de Operación Triunfo 2018. Se agarran de la mano mientras yo observo en un segundo plano. He quedado tercera y estoy muy orgullosa de mí misma y muy agradecida a todas aquellas personas que me hayan votado durante la semana. Mi nerviosismo ha pasado de centrarse en mí para pasar a hacerlo en Alba. Tanto ella como Famous merecen ese premio. A él le adoro pero a ella la amo. Por ello mi corazón se inclina claramente hacia el lado de la segunda a la hora de elegir pero estoy orgullosa pase lo que pase. Hemos pasado un día ilusionadas pero también muertas de miedo a causa de los nervios. Alba incluso temblaba. Es como si la tranquilidad de toda la semana nos hubiera preparado un último día repleto de inestabilidad. Supongo que pensar que esta noche saldremos al exterior nos está minando. Miro a la grada en la que está sentada mi familia mientras Roberto, con el sobre en la mano, se hace de rogar para decir el ganador. Solo un uno por ciento de diferencia. Mi madre me mira con un gesto que denota que está orgullosa de mí, lo cual me emociona. Roberto grita el nombre de Famous y el plató se viene abajo mientras todos nos tiramos sobre él. Hay alguna que otra cara de sorpresa, incluida la de él mismo. Pero mucha ilusión. Estoy orgullosa de cómo es y de su evolución. En realidad, cualquiera se lo merecía.

El chat es un descontrol, más incluso que de costumbre. Concursantes, profesores, jurado... todos mezclados como en una especie de cotillón de Nochevieja en el que no encuentras a la persona con la que realmente quieres hablar. Famous parece que está en otra dimensión. No se lo cree todavía y estoy segura de que tardará unos días en asimilarlo. Yo también, no el hecho de no haber ganado sino de haber llegado tan lejos y quedarme tan solo a un uno por ciento. Para mi es más que un logro, es una tremenda hazaña conseguida gracias al cariño de una gente a la que espero devolverle una mínima parte de lo que ha hecho por mí durante estos tres meses. Natalia me mira de reojo desde la mesa de las bebidas mientras Noelia grita histérica con Marta, están más desatadas que de costumbre. Me sonríe y le devuelvo el gesto. Veo que me señala con la cabeza a la terraza y al instante sé lo que quiere. Además dudo mucho que nos regañen en una noche como hoy. Me acerco hasta ella y me abraza dulcemente. Nos separamos del caos y salimos a la terraza, cogemos una de las grandes mantas y nos sentamos juntas en el sofá. Nos tapamos y Natalia se enciende un cigarro. A mí me da por reírme. Una risa histérica, de las que denota nervios y a la vez la serenidad de que ya está hecho, de que tu labor ha terminado.

-¿Qué te pasa?- pregunta Natalia extrañada al verme reír.

-Que ya está, ya ha terminado todo- digo riendo.

-¿Y te hace gracia?- pregunta Natalia sonriendo.

-Pues sí, es como si hubieran pasado tres años desde que entramos- digo concentrada.

-Ojalá haber pasado tres años aquí contigo- dice dándole una calada a su cigarro. Sonrío. Estoy a punto de darle un beso pero el ruido de la puerta abriéndose hace que gire la cabeza rápidamente. Pensaba que vendrían a echarnos pero Joe aparece ante nosotras. Hacemos el amago de levantarnos del banco pero nos para.

-No, no, por Dios quedaos ahí- dice extendiendo sus brazos. Hacemos caso y permanecemos sentadas- Voy a haceros compañía un rato- afirma enseñándonos el cigarro que lleva en la mano. Sonreímos. Se sienta en una silla a nuestro lado y lo enciende dando una profunda calada- Menuda nochecita, ¿Eh?- asentimos nerviosas- Ha sido muy emocionante, de verdad. Cualquiera podía ganar y eso ha hecho que lo disfrute todo mucho más que el año pasado. Habéis estado todos espectaculares.

-Gracias- dice Natalia nerviosa.

-Creo que no tengo que deciros que estoy deseando escuchar la música que hagáis al salir de aquí, como un admirador más. Estoy seguro de que será espectacular- dice sonriendo.