VIDAS

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Me despierto porque los rayos de sol se cuelan por un pequeño hueco en el borde de la ventana del hotel. Natalia duerme desnuda a mi lado. Ambas lo estamos. Decido no levantarme a cubrir la ventana porque miro la pantalla de mi móvil que está sobre la mesita de noche y veo que son las dos de la tarde. Mi hermana me envió un Whatsapp a las nueve.


Marina: Estamos en casa de María. Elena está estupendamente. Estamos tomando churros y en nada nos vamos a dormir. Espero que tu noche haya ido bien... ya me entiendes.


Sonrío. Ha ido mejor que bien. Me giro para mirar a Natalia, que sigue durmiendo. La abrazo y comienzo a darle besos en el hombro para que se despierte.

-Nat... - susurro. Ni caso. Río. Vuelvo a agarrar mi móvil y le hago una foto preciosa. Me quedo embobada mirándola durante unos segundos hasta que decido entrar a Instagram y, a continuación, a Twitter. Abro mucho los ojos al ver la que hay liada- ¡Nat!- grito sin apartar la vista de la pantalla de mi móvil. La chica se incorpora de repente con los ojos entreabiertos por el sueño.

-¡Qué pasa! ¡Qué pasa!- grita alterada- ¿Es mi hermana?

-No, tu hermana está perfectamente- afirmo para tranquilizarla.

-Vale- dice respirando aliviada- ¿Entonces qué pasa?

-Todo el mundo sabe que anoche estuvimos juntas- afirmo alucinada.

-¿Quién es todo el mundo?- pregunta asustada.

-Todo el mundo- repito enseñándole el teléfono.

-¿Y cómo es posible?- pregunta adormilada.

-Las brasileñas- digo dando un golpe con la mano sobre el colchón.

-Alba... ¿Estás despierta o sonámbula?- pregunta Natalia asustada.

-Las brasileñas se han enterado de que estamos juntas, si hasta saben que iba disfrazada con el cotillón- respondo.

-¿Pero qué pasa que son del FBI?- cuestiona Natalia.

-Pues más o menos- respondo riendo.

-¿Pero saben que estamos en este hotel las dos?- pregunta tapándose con la sábana hasta el cuello.

-No, eso no. Saben que anoche estuvimos de fiesta juntas- respondo.

-Ah bueno- dice destapándose casi entera. Quitándole importancia. La miro porque me resulta impresionante, a la vez que increíble, que estemos desnudas en la misma cama.

-Buenos días- digo besándola dulcemente en los labios.

-Buenos días- afirma. Me coloco sobre ella y la beso más profundamente hasta que mi móvil comienza a sonar. Pongo los ojos en blanco. Veo que es mi madre. Descuelgo y me paseo por la habitación ante la atenta mirada de Natalia.

-Hola mamá- digo sonriendo.

-Ya estaba preocupada al ver que tú y tu hermana no me llamabais- dice enfadada- Ya pensaba que os había pasado algo.

-Estamos bien. Ahora mismo iba a llamarte. Marina es que sigue durmiendo- explico.

-Vale, pues cuando se despierte que me llame también.

-Sí, tranquila, luego se lo digo.

-Vale... - mi madre se queda en silencio. Como si quisiera que yo continuara hablando con ella un poco más- ¿No me cuentas nada? ¿Eso es todo?

Jungla de Espejos (Albalia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora