Capítulo 7

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-Yo...

Se inclina hacia mi intrigado, sin dejar de mirarme a los ojos.

-Ya sabes que no tenía muchos amigos, y cuando Emily se fue me quedé sola.

Me sentía fatal, mi madre no me entendía, teníamos grandes discusiones.

llevó dentro de la casa y comencé a preocuparme pero... -Comienzo a sollozar. No puedo seguir. Estoy llorando. -Él me violó.

Al oir esas palabras salir de mi propia boca rompo en un llanto horrible. Me siento horrible.

Jared se extremece y me acaricia la mano.

-Tranquila. No pasa nada.

Quiero abrazarme a él pero se que no debería... Me tranquilizo un poco y me seco las lágrimas con la manga de mi camiseta.

-Lo siento, es que no suelo hablar de esto.

El sigue en silencio. Me remango la camiseta dejándole ver la cicatriz de mi vientre.

-Me amenazó con un cuchillo.

-Dios mio Catherine. -Acerca su mano a mi vientre y me acaricia la cicatriz con el pulgar. Mi respiración se acelera y yo me extremezo.

Cierra los ojos, como si sintiera dolor.

Se lleva las manos a la mandíbula y carraspea.

-¿De ahí tu odio a las sociedad?

Volvemos a ser psicólogo y paciente.

-Puede, en realidad ya me venía de antes, pero eso hizo que me alejara de las personas por completo.

-¿Y tu madre?

-Ella se cabreó muchísimo. Intentamos denunciarlo pero, no había ni rastro de él. Nadie lo conocía. Luego me enteré de que tenía 20 años. No pude aguantar verla todos los días avergonzándose de mí. Me mudé a Seattle, con mi abuelo. Allí me pasaba las horas en mi cuarto, dibujando o, mirando la lluvia por aquel ventanal. Me encantaba ese clima.

Me sonríe.

-¿Sabes por qué está Emily aquí? -Pregunto cambiando de tema.

-Esquizofrenia.

Uau, pobre Emily.

-Vaya. ¿Crees que me recuerda?

-Seguro que lo hace, pero a los pacientes con esquizofrenia les resulta muy complicado relacionarse. Tendrás que darle tiempo. Eso es una enfermedad mental que hace que una persona crea que tiene varias personalidades. Es, complicado.

Tuerzo la boca.

-Pronto os llamarán para ir al comedor.

-Si, mejor voy llendo.

Me levanto, y él abre la boca, va a decirme algo, pero se arrepiente y no lo hace.

-Bueno, adiós.

Sonrío y me voy al comedor. Él se queda allí sentado, pensativo.

A la hora de cenar busco a Emily con la mirada. Ángela se da cuenta.

-Olle ¿te pasa algo?

-No, no es nada.

-Hoy han ingresado a una chica nueva.

-Si, lo sé. Se llama Emily.

-Está al lado de nuestra habitación.

-¿Enserio? ¿Has hablado con ella?

-Que va, sólo la he visto.

-Oh.

Observo cómo Ángela tontea con una de sus coletas, no ha comido nada.

-¿Estás bien? No has comido.

-Últimamente no tengo hambre.

-Ángela tienes que comer.

-¿Para qué? Me queda poco tiempo.

-Olle no digas eso.

Sonríe mirando a su alrededor. Sin escucharme.

-Te he visto antes con el doctor Leto.

Me sobresalto.

-¿Cómo?

-Parece que siente debilidad por ti.

-No, Ángela, te estás equivocando.

-Te espero en la habitación en media hora.

Y se levanta de la mesa. Está muy extraña, ¿qué querrá?

De repente siento que alguien me toca el hombro.

-¡Ah!

Me giro y es Emily, que se asusta y se aparta un poco.

-¡No! Emily, Emily soy Catherine. ¿Me recuerdas?

-Catherine. -Repite mirando al vacío.

-Si, -le dedico una sonrisa. Entonces viene Adam.

-Emily tienes que venir. Hola Catherine, ¿Te ha dicho algo?

-Claro que no. -Digo ofendida.

-Vale, ahora tiene que venir conmigo. -Adam se llevó a la chica, que permanció con la mirada clavada en mi.

Tengo que conseguir estar un momento a solas con ella, sé que me recuerda.

Casi se me olvida, Ángela.

Cuando llego arriba está en su cama, leyendo su libro favorito. Y, ¿un gato?

Está acariciando un precioso gato gris, de ojos verdes. ¿De dónde lo habrá sacado?

-¡Hola Catherine! Te estaba esperando.

-¿Y ese gato?

-¡Ah! Es Gordon. En el patio trasero hay muchos gatos y, Adam me ha dicho que guardaría el secreto.

No puedo evitar reírme. Ella me sonríe.

-¿Puedo cogerlo?

-¡Claro! Lo llamé Gordon porque estaba pensando en Sonic Youth cuando lo encontré, y se me vino a la cabeza Kim Gordon.

-Vaya. -Me llevo a Gordon a la cama y lo acaricio mientras me lo acerco a la barbilla, está tan suave... -¿Y la comida?

-Adam se ocupa de eso. Es muy bueno.

-Si lo es. ¿Qué querías decirme?

-¡Si! Pues, era que, me han dicho que me queda como mucho un mes.

La sonrisa que se dibujaba en mi cara desapareció por completo.

-Dios...

-Yo estoy bien, me lo esperaba.

-Lo siento mucho.

-Lo sé, quiero que cuides de Gordon. En realidad lo traje por ti. Me dijiste que te gustan los gatos, a lo mejor así no estás tan triste.

-No lo estaré.

-También te voy a dejar mi libro.

Asiento.

-Pero no estés triste.

-Vale, -trago saliva ¿quieres que haga algo por ti?

-Nada, ahora me voy a dormir. -Me dice sonriendo.

Me pongo un camisón blanco y me meto en la cama. Gordon se duerme sobre un cojín que Ángela ha colocado para él.

Me estremezco cuando pienso en lo que le puede pasar a mi compañera, pero intento no pensarlo demasiado.

Luego me quedo dormida.

DESAPARECERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora