La mujer nos observa con el ceño fruncido y los brazos en jarras. Es alta, muy alta y a pesar de ello leva tacones. Tiene el pelo negro, rizado y bastante corto, además lleva unas gafas que hacen que parezca una persona aún menos amable.
-Annie Harper, ¿qué estabais haciendo en el cuarto de esta paciente? -Su voz es poco amigable, yo trago saliva y Annie la mira a los ojos.
-Visitar a una amiga. -Dice por fin.
-Largo, cada una a vuestro sitio. -Hace un gesto de desdén con la mano y Annie y yo nos vamos cada una por un lado, reconozco que esa mujer me ha puesto los pelos de punta. Ojalá todo salga bien.
Ha pasado una hora desde que Annie y yo nos separamos. Me pregunto si Montenegro habrá acabado ya, o si nos habrá descubierto. Al pensar esto un escalofrió recorre todo mi cuerpo. Si la cosa sale bien, podría salir de Redford, con la ayuda de Jared, obviamente. Por una vez en mi vida tengo ganas de volver a mi casa, creo que nunca he deseado algo con este ímpetu. Las frías paredes de este sitio no hacen más que traerme malos recuerdos.
Gordon se sube a mi regazo y comienza a ronronear, sin darme cuenta mis párpados se vuelven más pesados, y me cuesta cada vez más mantenerlos abiertos. Me dejo caer hacia atrás y reposo mi cabeza en un cojín. Los ojos se me cierran automáticamente y me quedo dormida, es lo que tiene la medicación...
El desagradable pitido de una máquina hace que me despierte, pero aún no abro los ojos. Me viene a la mente el primer día que llegué a Redford, es el mismo pitido. Siento que las sábanas están frías, y estoy congelada. Al mover mis piernas se rozan una con la otra y siento mi piel desnuda. Qué extraño. Con dificultad abro los ojos y parpadeo un par de veces para acostumbrarme a la luz. Hay un foco enorme encima de mi. Inspiro profundamente, pero hay algo que me lo impide. Tengo dos tubitos metidos por la nariz, ¿pero qué...? ¿He vuelto al principio? ¿Hay alguien que pueda ayudarme? Intento gritar pero no me sale la voz, miro a mi alrededor y tan solo veo resplandor, nada claro. Me incorporo, y me doy cuenta de que no llevo ropa, tan solo me han puesto una manta encima. Intento gritar más fuerte, ¿¡porqué no sale ningún sonido de mi boca!?
De repente mi cuerpo pega un espasmo y vuelvo a abrir los ojos, en el mismo escenario que antes, solo que ahora la máquina da pitidos más seguidos y puedo emitir sonidos por mi boca. Me incorporo sin aliento, como si acabara de correr una maratón, me quito los tubos conectados a mi nariz sin pensarlo y un grito ahogado se me escapa involuntariamente. Adam y otros médicos que no había visto antes se acercan apresurados. Yo estoy muy asustada y no sé que ha pasado. Intento mirar a Adam pero él me evita la mirada, los médicos me rodean intentando colocarme los tubos otra vez y manejando artilugios muy complicados que no había visto en mi vida.
-¡Sacadme de aquí! ¡Socorro! ¡¡Adam porfavor!!
Mis intentos por retenerme resultan en vano, me dejo caer completamente sobre la camilla y cierro los ojos con todas mis fuerzas hasta que las lágrimas se deslizan por mis mejillas, no aguanto más esta tortura, sólo quiero salir de aquí, y estar en cualquier lugar menos en este. Rezo para que Jared venga y me rescate, mientras noto como me colocan una mascarilla con anestesia para dormirme.
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Es domingo, acabo de despertar, llevo durmiendo un par de días, creo. Estoy en mi habitación, Gretta está a mi lado.
-Cathy, ¿estás bien?
Parece preocupada, pero no confío en ella, lo que me hicieron el otro día fue... no quiero ni pensarlo, pero ella podría haberlo impedido, ¿no?
-Catherine.
-Quiero irme de aquí. -Digo con un susurro.
-No creo que...
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DESAPARECER
RomanceEmma Catherine Thompson es una joven que acaba de ingresar en el psiquiátrico de Redford, Florida. Su principal objetivo es quitarse la vida, pero poco a poco van ocurriendo diferentes sucesos que hacen que esa idea se acabe desvaneciendo hasta term...