A pesar de que anoche tardé en conciliar el sueño, hoy me desperté cuando aún no había salido el sol. No he podido pensar en otra cosa que no fuera en el plan de hoy.
En el desayuno, cuando nos van llamando en orden de lista para tomar los medicamentos, hacen que habras la boca para comprobar que te has tragado la pastilla, pero hoy yo las encondí bajo mi lengua. Nunca me dicen la verdad sobre las pastillas que me hacen tomar, así que prefiero no arriesgarme, estoy segura de que me dan una especie de tranquilizante o algo para que me duerma, y hoy, necesito estar bien despierta.
Por la tarde, Gretta libraba, asi que nos sentamos en los sillones que hay en el gran recibidor y estuvimos charlando.
-No te preocupes, en cuanto tengamos noticias sobre el doctor te lo haré saber.
Yo asiento intentando fingir una sonrisa que no me sale muy bien, estoy demasiado nerviosa.
-Te noto tensa, ¿pasa algo?
-¡No! Nada, no pasa nada.
Maldita sea Catherine no puedes fingir peor. La enfermera decide dejarlo pasar y enseguida cambia de tema.
-Si sigues con un buen comportamiento lo más seguro es que te saquen de aquí pronto.
Ese comentario llamó mi atención e hizo que le prestara toda atención a lo que tenía que decir.
-¿Y cuánto tiempo es "pronto"?
-Uff, no lo sé, ten encuenta que hace falta tiempo y papeleo para meter a alguien en Redford, pues más tiempo y papeleo se necesita para salir, pero no te preocupes, pronto puede ser un año, cuando se aseguren que no volverás a cometer estupideces ni nada por el estilo.
Pues bien rápido que me metieron a mi. Un año, y eso es pronto... No puede ser.
-¿Qué? ¿Un año?
-Es una suposición, cuando intento preguntarle a la doctora White qué piensa hacer contigo siempre salta con evasivas.
-Tal vez puedas preguntárselo a Priscilla.
Aunque, pensándolo mejor, no me importa, esta noche saldré de aquí.
-Tal vez...
Y cuando por fin el sol se iba ocultando tras las montañas, me dio un vuelco el estómago, y pensé en no hacerlo, pensé en quedarme toda la tarde en ese sillón hasta la hora de la cena, y luego meterme en la cama y esperar... Lo pensé muy detenidamente, pero, luego me vino a la mente la imagen de una anciana que había pasado su vida en Redford y se había vuelto completamente loca. Rápidamente me levanté del sillón y busqué a Adam.
-Adam. -Le llamo.
-¿Si? ¿Qué ocurre? -Contesta al ver mi cara de mal estar, a parte de fingirlo en la voz y en la forma de andar, creo que mi rostro estaba pálido por los nervios, incluso me duele la barriga.
-No me encuentro muy bien, estoy cansada, ¿puedo irme a la cama ahora?
El médico dudó unos segundos.
-Está bien, ¿quieres que te tome la temperatura antes?
-¡No! ¡No hace falta! ¡Tan solo necesito descansar! Nada más.
Rápidamente subí a mi habitación y me metí en la cama con Gordon a mi lado.
Ahora necesito dormir un poco. He puesto el despertador del reloj que tengo en la mesilla para que suene en unas cuatro horas, para entonces ya será más de media noche y no quedará nadie despierto, excepto el guardia de la puerta principal. Los nervios me están causando dolor de barriga, aun así los párpados me pesan cada vez más hasta que quedo dormida en un profundo sueño.
El molesto sonido de la alarma me saca de mi pesadilla. Incluso Gordon se asusta y salta de la cama.
Me incorporo e intento apagar el despertador torpemente hasta que por casualidad toco algún botón clave y el sonido cesa. Permanezco unos momentos quieta y en silencio para ver si he despertado alguien, pero no se olle nada. Tengo muchísimo sueño y el corazón me va a mil por hora. Rápido, me pongo mi vestido azul celeste de botones junto a una rebeca gris y mis converse. Me recojo el pelo en un moño, y cojo a Gordon en brazos para despedirme de él.
-Bueno chico, creo que esto es la despedida, no puedo arriesgarme a llevarte conmigo... -Dejar a mi gato aquí solo me rompe el corazón, pero no puedo llevármelo, o quizás si. ¡Si! ¿Porqué no? Bueno, a lo mejor se escapa, o... -¡Gordon! Si te vienes conmigo, ¿te portarás bien?
Mi gato permanece inmóvil unos segundos hasta que mueve su pequeña cabeza a la izquierda y maúlla.
Me lo tomaré como un sí.
Sé que llevarme a Gordon es correr riesgo, pero acabo de cerrar la puerta de mi cuarto y ya lo llevo en brazos, se vendrá conmigo. Llevo 50 dólares en el bolsillo, junto a un papel donde Jared me apuntó su número tiempo atrás.
El psiquiátrico está muy oscuro, lentamente voy avanzando por un pasillo que no veo, palpando la pared, hasta que ésta se convierte en una barandilla, y con mucho cuidado voy bajando.
Intento no hacer ruido al respirar, ahora no se olle nada, absolutamente nada, sé que estoy bajando al primer piso, donde estará en guardia.
De repente un escalofrio recorre mi espalda, y lo que le dije a Adam comienza a preocuparme de verdad. ¿Y si hay alguien detrás mia? Dios mio, Catherine tranquilízate.
Después de lo que parecen unos minutos eternos, llego a la planta baja. Ya no hay pared que palpar. Todo esto es un salón enorme, con una pared en medio donde está en ascensor, y detrás otra sala enorme que conduce al pasillo donde se encuentra la salida de atrás.
Mis ojos se van acostumbrando a la luz, poco a poco. Entonces veo un destello de luz, que solo dura un instante, ¿me lo he imaginado?
El destello aparece otra vez, y desaparece.
Doy unos pasos a lante, hasta que me topo con la puerta del ascensor, ahora solo tengo que seguir esta pared.
Está fría, voy andando con los pies pegados a la pared, pero entonces se me entrelazan y caigo de bruces, a la vez Gordon salta de mis brazos y lo pierdo en la oscuridad. ¡Mierda! El destello de luz se acerca, es, ¡es una linterna!
-¿Quién anda ahí?
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DESAPARECER
RomanceEmma Catherine Thompson es una joven que acaba de ingresar en el psiquiátrico de Redford, Florida. Su principal objetivo es quitarse la vida, pero poco a poco van ocurriendo diferentes sucesos que hacen que esa idea se acabe desvaneciendo hasta term...