Capítulo 13

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Jared se saca las llaves del bolsillo de su vaquero y al pulsar el botón las luces de un Audi blanco parpadean. No entiendo de coches, pero parece uno de último modelo.

-Móntate. -Me dice abriendo la puerta del copiloto. Dudo un momento, ¿estoy segura de que quiero ir? No quiero meterme en problemas. -Catherine, no pasa nada.

Me mojo los labios y con las manos entrelazadas tímidamente entro.

La tapicería está impoluta. Vaya. Le sonrío tímidamente.

-Estaremos de vuelta en una hora más o menos, está cerca.

-¿A dónde vamos?

-Es una sorpresa Catherine Thompson. Si te lo digo no es una sorpresa. -Contesta mientras arranca el coche, y me mira con una sonrisa traviesa mordiéndose el labio. No puedo evitar reírme.

Introduce un CD en la abertura y le da a un botón. El sonido de Muse inunda el coche.

-Me gusta este grupo.

Por fin salimos de los jardines de Redford, me encuentro bastante inquieta, aunque contenta de salir de aquí.

-Si te gusta Muse puedes abrir la guantera, -me sugiere señalandola con la barbilla, sin dejar de mirar al frente. -Ahí tengo varios CDs que pueden gustarte.

Hago lo que le dice, ¡uau! que colección. Yo tenía una estantería en mi salón repleta de discos...

Veamos que escucha: Police, Pink Floyd, Cat Power, Nirvana,  otro disco de Muse, U2, Coldplay, Maroon 5, The Kooks, The Pixies... Madre mía.

-¿Puedo poner éste? -Pregunto con el CD de The Pixies en la mano.

Echa un rápido vistazo hacia mi y asiente. Por lo demás no aparta la vista de la carretera, es hipnotizante observarlo mientras conduce.

Saco el CD y pongo el nuevo. La guitarra eléctrica de "Where is my mind" comienza a soñar y a Jared se le ilumina la cara con una sonrisa.

Empieza a canturrear y yo le sigo sin apenas pronunciar las palabras.

Al final acabamos riendo como unos bobos porque Jared no para de bajar la canción para oírme cantar.

-Algún día te oiré cantar.

-No esté tan seguro doctor Leto. -Me mira aguantando una carcajada. -Deberías mirar la carretera.

-Prométeme que algún día te oiré cantar.

Me remuevo en mi asiento.

-Algún día...

Jared vuelve a mirar a la carretera. Vamos por un camino rodeado de árboles, parece un bosque.

-Hemos llegado. -El camino ha desaparecido. Aparca el coche a la sombra de algunos árboles. Más adelante hay un lago.

Baja del Audi y me abre la puerta a mí. Me tiende la mano y nos acercamos a la orilla.

Llevo una blusa blanca de mangas cortas con pequeños volantes, una falda negra y mis sandalias negras. Él se agacha y me desabrocha el pie derecho, apoyo la mano en su espalda para no caerme. Luego el pie izquierdo.

Observo cómo se desabrocha las botas y se quita los calcetines. Va con vaqueros cortos y una camiseta blanca de mangas cortas y cuello de pico. El viento hace que los mechones de pelo se aparten de su cara. Igual que a mí.

Me sonríe nervioso.

-¿Quieres que nos metamos?

Asiente sonriente. Con la sonrisa de un niño.

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