I. Te vuelvo a ver.

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Preparo mi bolso con paciencia. Pond sigue dormido y ronca, como siempre. Boca arriba, babeando.
Soñando con tetas, o con su novia... Lo sé. Lo conozco, ese imbécil no puede pensar en otra cosa.
En este viaje traje pocas cosas, por suerte. Quise traer lo justo y sentirme cómodo. Lo logré, traje lo justo. Pero no lograba sentirme cómodo.
Miré la hora en mi celular. 5:03 de la mañana. No me extrañó levantarme a las 4. No podía dormir bien, extrañar tanto algo no me dejaba dormir tranquilo.
Algo o alguien...
Sonreí de medio lado. Otra vez estaba pensando en él. Como siempre, como todo el tiempo.
Bajé el bolso de mi cama y me senté en ella. Iba a esperar un rato para salir a correr. La playa al amanecer es hermosa, pensaba correr un poco antes de irnos, para no perder la costumbre.
Pensaba en Pete, otra vez. Me quemaba la cabeza pensando.
Me recosté mirando al techo. La habitación estaba semi oscura.
Pude hacer mis maletas casi en el oscuro, pero pensar... Dios, pensar en el oscuro es lo peor.
Sobre todo si pienso en que hoy lo voy a ver.
Y no me quiero descontrolar.

Pensé un segundo en él. Él. Completo.
En mi novio. Mi amor. La persona que más quería y extrañaba...
Pensé en sus ojitos. Su carita sonrojada. Sus mejillas.
Me reí solo al recordar sus mejillas.
Sus labios...
Me mordí los míos. No creí extrañar nunca tanto a alguien.
Me puse de pie de golpe. Como haciéndome reaccionar.
No quería tener una "erección mañanera" y no poder hacer nada al respecto.
Ya estaba cambiado. Tenía las zapatillas puestas y había elongado un poco. Solo bastaba salir afuera y comenzar.
Y eso hice.
  La cabaña estaba en silencio. Estaba totalmente solo, quizás los chicos se levantaban más tarde, no lo sé. Solo sé que yo no quería molestar a nadie y por eso trataba de caminar lo más lento y suave posible...
Hasta que escuché un ruido.
Error, no era un ruido.
Era un gemido.
Proveniente de la habitación de uno de los chicos...
Más precisamente, de dos de los chicos. Uno que es nuestro amigo y otro que es su novio.
Cómo lo supuse, o como mi mente me lo dejó suponer...
Que hay gente que no duerme o se levanta temprano para no perder ni un segundo del día.
Eso es bueno, pensé.
Debería hacer eso con Pete. Aprovechar el día.
Nos imaginé levantándonos temprano solo para tener sexo. Me reí solo otra vez. Estaba volviéndome loco.
No por reírme solo, sino porque me parecía una idea genial.
Y me fui. Dejé que sigan disfrutando su comienzo del día.

El amanecer se iba asomando poco a poco. El amanecer con el mar y la arena era la imagen más hermosa que pude capturar con mi mente a medida que corría. La arena hacía un poco más pesada la rutina, pero la vista la hacía más placentera.
Pensé en todo. Y en nada a la vez, me relajé, el año ya estaba terminando y no tenía que preocuparme por proyectos y esas cosas. Quería estar tranquilo, entrenar, estar con Pete... Y eso, eso es todo lo que quería hacer durante mi tiempo libre.

Cuando ya no pude correr más, me senté en la arena. Había corrido bastante y me había alejado un poco de la cabaña.
Mi respiración estaba agitada, pero me sentía satisfecho.
Tenía muchas ganas de hablar con Pete. Me daba la impresión de que era demasiado temprano para él, pero no podía aguantar mucho más, lo extrañaba con mucha fuerza.
Toqué mis bolsillos. No estaba mi celular.
Mi corazón palpitó con fuerza. Me hice la idea de que se cayó en la arena y me resigné en buscarlo. Iba a tardar demasiado.
Miré un poco el paisaje, tomando un par de fotos mentales para la relajación y volví, corriendo a la cabaña.
Pensaba en pedirle el celular a Pond para llamar a Pete.

Ya habían pasado un par de horas hasta que llegué a la cabaña. Ya el sol estaba un poco más fuerte.
Entré en mi habitación de inmediato. Mi celular estaba en la cama. Mi corazón latió con fuerza, pero con satisfacción.
Pond roncaba de la misma manera, solo que esta vez, boca abajo.
Rodé los ojos y agarré mi celular.
12 llamadas perdidas de Pete.
Se me aceleró el corazón. ¿Por qué tantas?
Llamé de inmediato a Pete. Todo el cuerpo me comenzó a temblar. No quería pensar en nada malo, pero llamarme 12 veces en dos horas, me preocupaba muchísimo.
--Hol..
--Pete, ¿Qué sucedió? Me tenías preocupado, llamaste muchas veces... Que suerte que puedo escucharte...
--Ae...
Pete estaba llorando del otro lado del teléfono. Tuve una puntada en el pecho. Todo mi cuerpo comenzó a temblar de nuevo y esta vez, mucho más.
--Ae, me hicieron algo horrible...
--¡Pete!



















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Holis, este es mi primer fanfic de todos lados fanfic ahre. No, hablando en serio. Es la primera vez que publico algo y espero que les guste.
Quiero seguir la historia conforme se va dando su aprobación. Quiero agregarle muchos condimentos que sirvan de imaginación... 7u7
Un poquito de lemon... Una pizca de ternura...
No sé cada cuanto actualizaré pero lo haré lo mejor que pueda.
Besitos besitos chau chau.

Desde el primer día.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora