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*Narra Jazmín*

Los siguientes 10 días me las ingenié para evitar que Xim siquiera se acercara a mi casa, pues Miguel enceguecido por sus estúpidos celos se dejaba caer como paracaidista profesional en cualquier momento y en cualquier lugar, sobre todo en mi casa.

En su mente rondaba la boba idea de recuperarme y como terco es su segundo nombre no entendía razones ni negativas. La verdad ya no sabía que hacer... Me comencé a agotar de llegar a casa y encontrar sendos ramos de mis flores favoritas con una nota llena de "amor" de su parte, todas iban a dar al basurero sin siquiera consideración de mi parte

Ya quedaba apenas un mes junto a Xim y no podía arriesgarme a que todo se saliera de control por culpa de Miguel.

Dejé mis pensamientos a un lado mientras conducía a casa de Xim, estaba muy nerviosa pero de seguro pasando algo de tiempo con ella me calmaría. Últimamente su compañía me daba una paz indudable en medio de todo este caos que se formaba frente a mis ojos

Aparqué y tomé aire profundo antes de bajar del carro. Ya más calmada me encaminé a la casa y toqué el timbre

Xim abrió pálida y con mirada nerviosa. Algo andaba mal

- ¿Y ese milagro que no te me lanzas encima como leona? - canturrié a broma

Pero su expresión titubeante me confirmó de inmediato que algo sucedía

- ¿Qué sucede nena? ¿Amaneciste con una crisis hoy? - escudriñé sus ojos intentando adivinar si su actitud podía ser causada por una crisis de la depresión

- Este... Es que alguien está adentro - su voz temblorosa me preocupó - Yo no sabía que ella vendría te lo juro, me tomó por sorpresa no acaba de llegar ni hace 5 minutos y pues... Quiso pasar

Su mirada de susto le hizo dar una vuelta de carnero a mi corazón. ¿A quién se refería con "ella"?

Me acerqué dos pasos pero ella no se corrió de la entrada, impidiendo mi paso

- Por favor no te molestes - rogó con sus ojos también - Yo ni siquiera alcancé a hablarle mucho

Ya aquello era demasiado. Me alcé en puntillas para mirar sobre su hombro y sentí mi corazón encogerse al ver a Alejandra muy campante sentada en la sala de estar. Estaba concentrada en sus pensamientos y no me vio

Bajé lentamente a mi postura normal mirando a Xim con mirada asesina. Debí suponer que era ella...

- Apártate de mi camino - bufé sin poder evitar la rabia en mi tono de voz

- ¿Pero que vas a hacer? - el terror de su cara era totalmente auténtico

- Lo que tú debiste haber hecho - apoyé mi mano en su hombro y con fuerza controlada de no se donde la hice a un lado. Miré la cocina pensando seriamente en tomar un cuchillo o algo para acabar con esa maldita, pero Xim leyendo mi mente se paró bajo el umbral de la puerta de la cocina con una mirada de "ni lo pienses"

Rodé los ojos y en dos zancadas llegue a donde la intrusa

- ¿Qué demonios haces acá? - la miré sin preocuparme de disimular el odio profundo e intenso que mis ojos transmitían

Alejandra abrió los ojos y se puso roja, su labio inferior tembló ligeramente, era obvio qué no esperaba verme la imbécil

- Este yo... Vine a conversar con Ximena, no sabía que ella tendría una visita

Sentí arder mis orejas de la rabia y sin poder controlarlo aferré su remera con fuerza y la levanté de un tirón

- Una visita? Te crees que yo soy una visita en esta casa? ¡Largo de aquí antes que te mate con mis propias manos! - ladré furiosa

60 días con ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora