60 días con ella

54

Dedicado a BelenS_escritora
Dedicado a JuliMoni

*Narra Alejandra*

Intentaba respirar con fluidez sin éxito. Mis dedos apretaban firmemente el volante y mi pecho subía y bajaba con efusión en un vaivén interminable. Desde que Miguel había dejado de contestar mis mensajes y llamadas me sentía sola contra el mundo. Ximena también ignoraba rotundamente mis intentos de comunicación, por lo que no me había quedado otra que venir a probar suerte a su casa.

Detestaba estar oculta entre las sombras como una cobarde, pero mi acercamiento a Ximena pendía de un hilo, por este motivo venía a intentar conversar con ella y con un poco de suerte recuperarla.

Intenté respirar y soltar la presión de mis dedos sobre el volante al momento de doblar ingresando a la calle de Ximena, pero mi tensión lejos de menguar aumentó a velocidad de avión a pique al reconocer a Jazmín acercarse con su carro por el otro extremo de la calle y aparcar segundos antes que yo frente a la casa de Ximena.

Me removí inquieta en el asiento como si me hubiese picado una avispa y pisé a fondo el acelerador para terminar con la breve distancia que me separaba de su carro. Frené a la carrera y salí veloz alcanzándola a la carrera, antes que llegara al frente de la casa a tocar la puerta. Tomé aire profundamente, intentando verme más amenazadora de lo que realmente era. Jazmín quedó inmóvil al verme, abriendo unos ojos inmensos, sin duda impactada.

- ¿Qué haces acá? - mordí las palabras con furia, pues en mi interior realmente albergaba una furia sin precedentes de ver a Jazmín allí, cuando habíamos hecho todo para que se alejara definitivamente de Ximena.

- Y..yo vine a...  - Me miró con cara de espanto, pálida como si hubiese visto a un fantasma

- ¿A qué? Pensé que ya te había quedado claro que Ximena ya no quiere saber de ti, y que no te necesita en su vida

- Pero ella... - la confusión en su mirada no tardó en aparecer

- ¡Pero ella nada! - ladré fúrica, levantando sin poder controlar la voz - Así que mejor te das media vuelta y te largas por donde viniste, aquí ya no e...

Mi frase inyectada de odio fue sorpresivamente interrumpida por la mismísima Ximena, que repentinamente abrió la puerta

- ¿Disculpa? - su mirada tenía un visible rasgo de furia y sus ojos estaban de un color azul intenso como nunca antes producto de la rabia que expresaba su cuerpo - ¿Se puede saber qué haces aquí maldita mentirosa? ¿¡Y que mierda le estás diciendo a mi novia!? - ladró fúrica

Tragué saliva viendo cómo su rostro iba evolucionado a la par de sus ojos a la más pura furia, incluso sus manos estaban crispadas y apretados los puños a tal fuerza que sus nudillos parecían transparentes de blancos.

- Bueno le estaba diciendo qu...

- Escuché perfectamente que le estabas diciendo, con semejantes gritos que diste todo el barrio te escuchó de seguro - me interrumpió mientras su dedo acusador se situaba peligrosamente cerca de mi rostro - La situación es que ya sabemos toda la treta que armaron con Miguel y estás muy equivocada si piensas que puedes venir y amedrentar a Jazmín.

Sentí como un enorme balde de agua fría caía sobre mi, provocando un estremecimiento en toda mi espalda. Si aquello era verdad ahora todo me cuadraba y finalmente encontraba lógica a la extraña desaparición de Miguel del mapa.

- Es cierto - bajé la cabeza unos segundos, para luego volver a levantarla angustiada buscando los ojos de Ximena - Pero fue todo por amor Xim, por favor... que no ves que si hice todo esto fue porque no toleraba la idea de perderte. Yo no puedo estar sin si, por favor perdóname.