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*Narra Ximena*

Nada más abrí los ojos desee no haberlo hecho. Apenas era martes y ya volvía a recaer nuevamente, parecía que esta depresión nunca se iría de mi totalmente. Apenas y hace dos días me había dado unos momentos de tregua, aunque en gran parte fue gracias a  Jazmín debo confesar y ahora que por fin me motivaba a estar mejor volvían todos sentimientos negativos, la misma cosa se siempre

Me removí en mi cama angustiada, como deseando que todo eso fuera un mal sueño y yo pronto fuera a despertar.

Me excusé con mamá que no deseaba levantarme de la cama, cuando fue a darme los buenos días y tan sólo me miró algo triste, ella siempre adivina de alguna manera cuando estoy en mis días depresivos

Las horas pasaron y ya casi entrada la tarde me levanté para bañarme, aún y podía tener algo de dignidad

El baño fue largo y relajante, lo suficiente para hacer a un lado momentáneamente mi pensamientos fatalistas y denigrados hacia mí misma

Salí del baño con una pequeña toalla envolviéndome, andaba tan decaída que ni la ropa me había llevado conmigo

Pero di un alarido monumental al ver a Jazmín muy campante sentada en mi cama y ella por su parte con el brinco que dió casi llego al techo, estaba distraída en su móvil al momento que salí del baño

- ¿Pero qué haces aquí? ¡¡No mames casi me das un infarto!! - chillé intentando aferrar mi toalla que con el semejante susto casi solté

Se ruborizó inmediatamente al verme así

- ¡Lo siento! - miró hacia otro lado - ¿Que nunca te llevas la ropa al baño cuando te duchas?

Se le veía nerviosa y con justa razón, me había sorprendido con una toalla muy pequeña que apenas y cubría lo necesario

- Bueno generalmente si, pero tampoco pasa nada si no... - pasé una mano por mi cabello húmedo - Y además el baño está dentro de mi habitación.. Tampoco tenía idea que ibas a estar tú aquí

Sonrió avergonzada

- Es que te envié mensajes al chat está mañana pero me ignoraste rotundamente - sonrió algo avergonzada

Miré el móvil que estaba sobre mi mesa de noche

- La verdad hoy no siquiera  tomé mi móvil, no me di cuenta de tus mensajes, lo siento. Pero cuéntame qué haces aquí - me iba a sentar junto a ella cuando recordé que sólo estaba cubierta por esa diminuta toalla - Mejor me vestiré primero

Asintió varias veces aún nerviosa, por lo que tomé algunas prendas y me metí al baño a cambiarme. A los minutos salí lista y hasta peinada

- ¿Bueno y? - me senté junto a ella

- Pues te quería ver - intentó sonreír pero se podía ver nerviosismo en su rostro - ¿Acaso no puedo querer verte?

- Jazmin - suspiré - No sé realmente si sea un buen día, la verdad he estado algo deprimida hoy

- ¿Qué sucede linda? - buscó mi mirada con sus hermosos ojos verdes

- Pues no lo se... Sólo amanecí algo deprimida supongo, me acababa de levantar hace un momento - la miré avergonzada

Jazmín me miraba fijamente y le mantuve la mirada, pero por alguna razón no podía adivinar sus pensamientos

- ¿Neta que es sólo eso? - preguntó escudriñando mis ojos

- La verdad y sí, es neta - me encogí de hombros

Suspiró aliviada

- Por un momento pensé que te habías sentido mal por lo que habíamos conversado tu y yo el domingo - sonrió sonrojada

- Nooo, la verdad no, creo que eso en parte me alegró - confesé, en ese momento fui consciente que la misma repentina alegría del domingo me comenzaba a embargar en aquel momento

De imprevisto Jazmín me abrazó, dejándome completamente sorprendida, su abrazo no duró mucho pero si lo suficiente como para dejarme con una boba sonrisa

- ¿Y eso? - le pregunté sonriendo

- Que tiene... ¿No te puedo abrazar? - se encogió de hombros y  me miró a la defensiva

Por toda respuesta terminé con la distancia que nos separaba para darle yo un abrazo. Olía divino y su cabello largo rozaba mi rostro de manera agradable

- Claro que puedes - susurré contra su cuello sin soltarla

Se removió inquieta como si le hubiesen dado escalofríos

- Verdad que eres cosquillosa, lo olvidé - susurré esta vez en su oído, y su sobresalto no se hizo esperar

- Si tal vez un poco mucho bastante - su voz sonó muy nerviosa

Me separé apenas un poco, lo suficiente para quedar muy cerca de su rostro, aferrando su cintura con mis manos para que no se separara

Jazmín suspiró, bajó la mirada, se ruborizó y volvió a elevar sus ojos hasta los míos

De pronto me fijé en sus labios ligeramente abiertos, y unas ganas tremendas de besarla me embargaron. Cuando mordió levemente su labio inferior esas ganas aumentaron por millón

Me acerqué lentamente, lista para besarla, sólo quería probar sus labios, aunque fuera una vez

La sentí nerviosa pero ella tomó aire perfectamente sabiendo lo que sucedería. Ya estaba a un segundo de besarla cuando sentí un golpeteo en la puerta

- Niñas tengo el almuerzo listo ¿Bajan?

Di un respingo inmenso al sentir la voz de mi mamá, Jazmin no se quedó atrás con uno  también. Por suerte no abrió la puerta

Jazmín sonrió nerviosa y se alejó varios centímetros

- Será mejor que vayamos antes que vuelta tu mamá Xim - la vi dirigirse veloz a la puerta

Tomé aire y me levanté para seguirla

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Fer 😊

60 días con ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora