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Dedicado a Daniela_dark

*Narra Jazmín*

Estaba sentada en frente a la ventana de mi habitación, observando el exterior. Por milésima vez sentía que afuera no había nada para mi, absolutamente nada. Pese a que las clases en la uni habían comenzado el día anterior, me había sido simplemente imposible levantarme y salir de este, mi actual refugio.

Di una ojeada rápida a la bandeja que descansaba a mi costado y volví a centrar mi vista en el exterior. ¿Cómo siquiera podría pensar en comer en una situación así?

Respiraba a Ximena, anhelaba a Ximena, soñaba a Ximena, necesitaba a Ximena.

Pasé mis dedos por mis cansados ojos, una noche nuevamente sin dormir, ya me estaban evolucionando a zombie, las ojeras inundaban la zona bajo mis ojos y no me podía importar menos. ¿A quién quería impresionar?

Sentí un suave golpeteo a la puerta y gruñí automáticamente, maldiciendo entre dientes a quien fuera que venía a perturbar mi soledad. Guardé silencio con la esperanza que fuera quien fuera comprendiera mi mudo rechazo y se diera media vuelta, marchándose de allí.

Pero todas mis pretensiones secretas cayeron al piso cuando la puerta se abrió lentamente. Ni siquiera me molesté en quitar mi vista de la ventana, para ver quien era el intruso o la intrusa.

*Narra Javiera*

Terminé de abrir la puerta y mi corazón se congeló momentáneamente en mi pecho al observar a Jazmín. Habían pasado sólo unos días pero se visualizaba externamente la tormenta interna por la que estaba pasando.

Estaba mucho más delgada que hace una semana, su pelo generalmente brillante lucía opaco y sin vida. Con un nudo en la garganta me acerqué lentamente hasta ella, observando con tristeza la charola con comida intacta que descansaba a su costado. Si persistía en no comer terminaría enfermando sin duda.

Llegué finalmente a su costado y el nudo en mi garganta aumentó considerablemente de tamaño cuando volteó su rostro en mi dirección. Su piel estaba pálida y sus ojerosas destacaban como nunca antes. ¿Acaso estaba durmiendo algo? Una punzada en mi corazón me sobrecogió al percibir el dolor que ella y todo su exterior reflejaban

- Largo - musitó cortante

Tragué saliva, convenciéndome mentalmente que era el dolor quien hablaba por ella. Ella no era Jazmín... era una muerta en vida y mi corazón latió furioso de impotencia. Necesitaba hacer algo por ella y poder sacarla de allí.

- No me iré a ningún lugar a menos que venga conmigo amiga. Sólo mírate por Dios... has perdido peso y las ojeras te consumen, ni siquiera tienes color en la piel. Debes seguir adelante amiga.

Su mirada de hielo se clavó en mis ojos con furia

- Seguir adelante... perdí al amor de mi vida y tú pretendes que siga adelante... ¿No entiendes que no soporto la idea de mi vida si Ximena no está a mi lado? La perdí- sus ojos se llenaron de lágrimas provocándome un encogimiento al alma - Y ahora Alejandra disfruta de todo aquello que alguna vez fue mío

Bajó la mirada abatida y sentí un escalofrío recorrer mi espalda

- ¿Alejandra con Xim? No puede ser - la incredulidad reinaba mi rostro

- Si es - musitó con voz quebrada sin quitar su vista del suelo - Las vi con mis propios ojos hace ya varios días, están juntas.

- Es que no puede ser... Ximena te ama, lo sé, lo puedo sentir.

- Pues ya lo olvido porque ahora está en los brazos de esa perra. De seguro lo está en este mismo instante - levantó por fin su rostro, regado por las lágrimas.

Me acerqué rápidamente a estrecharla entre mis brazos, mientras que Jazmín rompía en un llanto desconsolado. Acaricie su cabello y le susurré palabras de consuelo, mientras dejaba salir todo el dolor que llevaba dentro por días.

Tras un largo tiempo finalmente se calmó y volvió a su retraimiento. Me despedí de ella dispuesta a conseguir respuestas, aquello no podía continuar así.

*Narra Ximena*

Por milésima vez sostuve mi dedo en el aire, a punto de dar el ligero toque para marcar a Jazmín. Pero una vez más bloqueé el móvil sin hacerlo.

¡Dios como la extrañaba! No había día, hora, minuto ni segundo en que no la extrañara. Cada parte de mi cuerpo rogaba por ella y la anhelaba, estaba como en sequía tan sólo deseando recuperar la vida que me hacía falta, sabiendo que sólo encontraría aquella vida en sus brazos, en sus labios y en todo lo que era ella.

Pero mi maldito orgullo me impedía dar a torcer el brazo. No cuando ella había desaparecido tras ese fatídico momento en que se marchó de mi casa luego de que la olla explotó, para nunca más regresar, llevándose mi corazón con ella... Habían pasado ya muchos días y Jazmín brillaba por su ausencia

Había perdido la cuenta de la cantidad de veces que miré por la ventana, esperanzada que la vería volver, para volverme a decir que realmente me amaba y que deseaba continuar con nuestra historia como lo había hecho que el día, yo había visto la sinceridad en su mirada y mi corazón había creído en cada una de sus palabras. Pero ahora, parecía que la tierra se la había tragado y pese a mis deseos internos ella jamás regresó, ni llamó, ni tampoco envió un texto. Literalmente se desapareció del mapa y poco a poco mis esperanzas de volver a verla comenzaron a menguar.

¿Acaso realmente ella no me amaba? ¿Porqué otro motivo entonces, nunca regresó? No lo comprendía, no lograba descifrar el motivo. Antes de irse yo le dije que necesitaba tiempo, si, pero tampoco esperaba que se lo tomara tan literal. ¿Acaso tan fácil había sido para ella superar y olvidar todo lo que habíamos vivido?

Por mi parte no lograba siquiera dejar de pensar en ella ni por un segundo. Tengo la plena certeza que el amor que siento por ella es real, tan real que estaría dispuesta a correr a sus brazos si tan sólo supiera que aún me ama. Es por este motivo que aquel día, cuando me di cuenta del amor que realmente sentía por ella, no tardé ni 5 minutos en sacar casi a golpes a Alejandra de mi casa, dándole a entender claramente que no la quería volver a ver en mi vida. Ella no era Jazmín y nunca lo sería.

Mi corazón tenía una única dueña pero me devastaba pensar que esa persona hubiese desaparecido de esa manera. La extrañaba tanto... ¿Ella me extrañaría un poco siquiera?

Tomé aire profundamente, intentando relajar mi angustiado corazón. Sólo de una cosa estaba segura, que amaba a Jazmín y ese amor valía el perdón por todo lo sucedido. Esperaría que ella volviera a mí y si no lo hacía yo iría por ella, porque una vida sin ella sería la muerte misma en vida, sacando cuentas faltaban apenas 5 días para que se cumplieran los 60 días y no deseaba comenzar una nueva vida sin ella.

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N/A

Hola mis amores, tal como lo prometido les entrego con mucho cariño este capítulo con narración de Ximena incluida. ¿Que les pareció? Los leo ☺️

Este capítulo está dedicado con mucho cariño a una lectora muy querida, ¡gracias por el apoyo que le has dado a mi novela peque! Un abrazo grande para ti Daniela_dark

En multimedia una canción de Xim para Jaz ☺️

Como siempre y si les gusta mi novela no olviden dejarme su amor y cariño
Besos y abrazos, Fer ❤️

60 días con ellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora