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—Un tiempo muy bueno, perfecto para una fiesta de té— Jimin observaba el cielo, alegre por la fiesta a la que fue invitado.
Una figura oscura se asomaba por su espalda y de una patada acabó en el suelo. —¡Ah!

—Saca el coche, Jimin.

—B-Buenos días, amo Jeon— Jimin saludó desde el suelo...— ¡ESPERA! —se sentó — ¡¿Por qué estás levantado tan temprano?!

—Cállate, no he dormido y aunque lo hubiera hecho, ¿cómo es eso una excusa para ti, un sirviente, para permitirte tan despreocupada insolencia?¿Hm? —lo pateó.

—¡¿Eeeh?! ¿Pero de qué hablas? —¿desde cuándo le molestaba los comentarios de Jimin? Claramente no había descansado nada.

—No importa. Sólo saca el coche, vamos a la ciudad.

[...]

—Señor Tae-ssi, por favor, venga al jardín lo más pronto posible. —una sirvienta fue por él a su habitación.

El menor estaba recostado boca abajo en su cama, claramente desanimado— vale. —la mujer se marchó del cuarto. —Aaaah... La fiesta no tendrá ningún sentido si Jungkookie no está... Kookie...—sus ojos se aguaron nuevamente.
La ventana de su habitación se abrió de repente y dio un saltó por el susto. —¿Ah? —reconoció los pies que se asomaban por ésta y quedó boquiabierto.

—¿Qué pasa con esa mirada boba en tu cara? La fiesta de té es hoy, ¿no? —el demonio Jeon entró por la ventana. Detrás de su espalda, se veía dos alas punteagudas y negras, aunque hermosamente brillantes como una noche de luna llena. —Vine hasta aquí sólo por ti. —en una mano mostró la carta de invitación, en la otra traía dos regalos. Taehyung seguía con esa cara de sorpresa y comenzaba a sonrojarse. —¿No podrías estar un poco feliz por verme? —Jungkook se sentó en la cama—toma. —extendió los dos paquetes.

—¿Eh? —las moscas podrían hacer un nido allí, porque Taehyung no cerraba su boca para nada.

—Nuevos zapatos y ropas. Date prisa y cambiate.

[...]

—¡Oh! Realmente te sienta bien. —una sirvienta acababa de vestirlo con un hermoso traje de pantalón y saco azul, junto a una camisa blanca y zapatos negros.
Se mostró frente a Jungkook que esperaba sentado al borde de la cama.

—G-Gracias, Jungkook... — bajó la mirada y comenzó a lagrimear. —¿por qué...a pesar de que odias a Tae...?

—Aah—suspiró —¿Qué tipo de persona le compraría ropa a alguien que odia? —se acercó a él.
El pequeño alzó la vista con sus ojos bien abiertos. —Si te apartas está vez, no te perdonaré— dijo seriamente. Se acercó aún más a él y extendió ambas manos.

Estoy asustado. Asustado de que me toquen.
Aún así, ¿por qué...por qué...?
¿Por qué quiero tanto ser tocado por Taehyung?

Jeon lo atrajo en un abrazo.
Taehyung comenzó a llorar en su pecho.
—Ah... Tú realmente eres un llorón... —suspiró el demonio.
Algo está sucediendo.

Llegó al patio de la mano de Taehyung. Allí ya esperaban Jimin y SeokJin.
.
.
.

—¿Hm? ¿Jungkook se quedó dormido? —Kim observó a Taehyung colocar flores al rededor del pelinegro y tras su oreja, ambos bajo la sombra de un árbol.

—No creo que durmiera mucho la noche pasada. —sonrió.

—Parece como si hubiera muerto, rodeado de todas esas flores.

—¡Ya están los bocadillos—Jimin llamó —¡Déjenlo ahí y vengan aquí!

—¡Vale! —contestaron al unísono. SeokJin prácticamente corrió por los bocadillos, mas Taehyung se quedó sentado mirando a Jungkook.

—Yo... Me pregunto si podría tocarlo...
Supongo que realmente algo está sucediendo.
Taehyung se inclinó, dándole un beso en la frente.

Para mí, ser amado por un chico como este...

—Taehyung-ssi, los bocadillos. —SeokJin volvió por él y se lo encontró recostado junto a Jungkook, aferrado a su brazo. Mientras que éste, sostenía una flor en su mano. Una flor que podía ser tocada incluso por un demonio—... Esto... Es una escena interesante.

Siempre secretamente a tu lado.

Hice un descubrimiento problemático.

[💕]

Si te hablo asiiiii, significan los pensamientos de Jungkook.
Si te hablo asiiiii, son los de Taehyung.
Si te hablo asiiiii, soy mamá oso.
Ahre

Una flor para un demonio. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora