Una flor para un demonio.

52

—El castillo...

Ese día después de separarnos, estaba tan triste, fue como estar aplastado. No hice más que llorar por días.

Pero luego, Hyejin noona me dijo que decidiste partir para que yo pudiera ser feliz. Así que dije que tenía que dejar de llorar. Que tenía que sonreír.
Tenía que dar lo mejor para vivir la vida feliz que me dabas.

Conocí gente nueva e hice amigos, todos los días fueron divertidos y me sentí feliz.

Pero...
Pero nunca pude olvidar.

Cuando los tres años habían pasado, subí por el camino hacia el castillo por primera vez. Pensé: "sólo quizás..."
Y una vez que lo hice, ya no pude detenerlos. Mis sentimientos se desbordaron.

Tu voz, tu sonrisa burlona, tus suaves manos...

Jungkook... Jungkookie... Kookie...
Quiero verte...

Taehyung comenzó a correr hacia la mansión.

[...]

—Voy a buscar a Taehyung. —anunció el pelinegro una vez estuvo en su jardín. Comenzó a caminar.

—¡Nosotros también vamos! —el trío lo siguió por detrás. Jeon se volteó hacia ellos, fastidiado.

—¡Diablos! ¡No me sigan!...¿Qué? —preguntó confundido al notar la cara de sorpresa que estos le daban, hasta que notó que no lo miraban a él, sino detrás suyo.

Volteó lentamente, encontrándose con la figura de Taehyung a metros de el.
El castaño había cambiado totalmente, no era como cuando tomaba la poción, no, era mucho, mucho más hermoso.
Su piel se veía perfecta con ese leve tono canela, sus facciones bien marcadas que daban ese aire de masculinidad encantadora, su cabello algo largo que dejaba ver un mullet bien cuidado, de gran altura y figura perfecta... Jungkook quedó impactado. Taehyung se había vuelto prácticamente un adonis y él seguía siendo el mismo hombre de siempre.

—Ju-Jung... —Taehyung cubrió su cara con las manos para evitar el sollozo.

—¡Tae! —Jeon fue corriendo hacia él y lo abrazó con fuerza, como si temiera que fuera una ilusión y Taehyung se desvaneciera.

—Kooki...—El castaño se separó y mostró su perfecta y enorme sonrisa característica. Jungkook se sonrojó de repente. Ahí estaba, esa bella sonrisa con la que siempre soñaba seguía ahí y, ante sus ojos, se veía aún más perfecta.

—¡I-Idiota! ¡No puedes ser tan grande en sólo tres años! —cubrió parte de su rostro con el brazo al verse cohibido frente al hombre que ahora era Taehyung.

—¡Taehyung! —Moon se acercó y lo abrazó, seguido de Jin y Jimin.

—¡Taennie, has crecido tanto! —lloró el rubio.

—¡Taehyung-ssi abrázame también, yo también, yo también!

Jungkook quedó mirando sus manos. Ahora Taehyung encajaba perfectamente en sus brazos.

¿Así es él ahora?

[...]

Una fiesta en la mansión dio la bienvenida a todos.
Taehyung había invitado a sus amigos, Jungkook observaba cómo el castaño reía y se veía muy cómodo con ellos alrededor. Se sintió nostálgico de repente.

Cuando Taehyung volvió su vista al salón, notó que Jungkook no estaba y se preocupó.

—Chim, ¿sabes dónde está Kookie?

—Oh, sí. Dijo que iría al jardín a refrescarse.

[...]

Taehyung se adaptó muy bien e hizo amigos...
Estoy celoso, celoso de que ellos hayan visto a Taehyung pasar de ser un niño a un hombre.

Desearía haber estado a su lado...
Me perdí de tanto....

—¡Kooki! —volteó a la voz profunda que lo llamó. Taehyung estaba parado a su costado con expresión triste, comenzaba a llorar.

Jeon se paró en confusión —¿Qué? ¿Qué pasa?

—¡Kookie! —corrió hacia él, estampandose en su pecho, para aferrarse con fuerza. —¡Gracias a dios que estás aquí! —el demonio no entendía. — Pensé que habías desaparecido de nuevo... No sabía qué hacer... Gracias a dios... Kookie...

Pensé que había encerrado mis sentimientos hacia él al volver a mi mundo... Me había obligado a eso...

—Idiota, estoy aquí. —tomó su mejilla y alzó su mirada.

—Sí... —Taehyung cerró los ojos y pequeñas lágrimas los adornaban.

Entonces, ¿por qué estoy tan...tan...

Jungkook trató de besar a Taehyung, pero éste bajó su cabeza, rechazandolo.

—¿Tae?

—Mm.. Jungkook...

—Oh, ¿interrumpo algo? —Chan apareció tras de ellos.

—¡Chan! —Taehyung volteó hacia él.

—¿Qué demonios quieres?

—He traído una invitación. Siento mucho que sea después de que haya venido, pero me gustaría que vuelvan al mundo de los demonios de nuevo. Es una invitación de Namjoon-nim —se acercó a ellos. —aquí están sus invitaciones. —entregó.

—¿Y para qué es?

—Namjoon-nim dijo que lo mantenga en secreto.

—¡NO BROMEES! ¡COMO SI FUERA A IR A ALGO TAN POCO CONFIABLE!

—Vendré a recogerlos mañana por la tarde.

—ESCUCHAME.

—¡Bien! ¡Estaremos esperando! —el castaño estaba emocionado.

—ESCUCHENME