46 Vamos A Casarnos Jungkook-

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—¡¿Qué estás haciendo?! — Taehyung se sobresaltó cuando Hoseok entró al comedor luego de que Jungkook se marchara.

—¡¿Huh?!

—¡Si vas a mentir, hazlo mejor! ¡Si tú no eres claro con él, él tampoco puede serlo!

—¡Oh! ¡Estás apoyando a tu rival! ¡Eres todo un hombre Horsi! —su hermana estaba parada en la entrada. Ella sabía muy bien los sentimientos de su hermano y se sintió orgullosa de verlo actuar así.

—¡Tú cállate! ¡¿quién apoyaría a un bastardo com él?! —esto lo hacía por Taehyung. Jungkook era un bastardo, pero era la felicidad del castañito. Se sonrojó y volvió su mirada a Taehyung, que no entendió qué quiso decir Jiwoo con "rival" — ¡Como sea, eres abismalmente una mierda diciendo mentiras, así que no las digas! —El castaño sintió sus ojos aguarse de nuevo. —¡Simplemente deberías decir las cosas como siempre lo haces, sin rodeos! "¡No quiero que te cases! ¡Te amo!" ¡Dilo así!

El menor cubrió sus ojos con las manos —No puedo, si lo hago, ya no estaríamos juntos.

—¡Últimamente has estado actuando extraño! ¡¿No te das cuenta que de esta manera están juntos pero no eres feliz ni tampoco disfrutas estando cerca de él?! ¡Estar juntos de esta forma no tiene sentido! —Taehyung secó sus lágrimas, pareciendo comprender. —¿Estas bien con eso? Si Jungkook se casa, le pertenecerá a otra persona, ya no podrá ser más cariñoso contigo. Más bien, él terminará viviendo con esa mujer y tú los verás coquetear todo el tiempo. —fue duro.

—Está siendo brutalmente honesto —su hermana cubrió su boca y susurró.

—¡¿Estás de acuerdo con eso?!

—¡NO! —Sé levantó de su asiento. —¡No, no estoy de acuerdo! ¡JUNGKOOK ES DE TAE!

—Por fin lo dijiste —sonrió el azabache. —ahora vamos por Jungkook —tomó su mano y corrió. —¡Las cosas que dijiste ahora, gritaselas a la cara!

—Ah.. ¡Sí!

Jiwoo sonrió al verlos salir corriendo.
—Este era el momento perfecto para que te aprovecharas de la situación... —rió enternecida.— Te has convertido en un gran hombre Hoseokie. Nuestros padres estarían orgullosos.

[...]

—¡¿Cómo que ya se fue?!

—Sí, hace un momento. —Jimin hizo una mueca triste al ver que Taehyung se veía decepcionado.

—Y tu también debes irte ahora, ¿verdad, Jimin? —Jin preguntó curioso al ver un par de maletas.

—Sí, ya preparé el carruaje, así que...

—¡Entonces llevanos, por favor! —pidió el azabache. Taehyung lo miró preocupado.

—¿Quieres ir al mundo de los demonios?

—Eh.. Sí, he llegado demasiado lejos para arrepentirme, iré con él a donde sea.

—Hobi... No, no puedo causarte más problemas.

—¡Me sentiría peor si nos rindieramos ahora! Iré contigo, así que tienes que decirle "te amo, Jungkook, como hombre"

Jimin dio una bocanada —¡¿Qué dices?! —al parecer Jungkook no era el único que no se había dado cuenta. Bueno, algo normal, ya que Jimin los vio juntos desde que Taehyung era un bebé.

Taehyung también aspiró aire —¡Oh! ¡Lo siento a todos, no les dije, pero amo a Jungkookie como hombre! —ya lo sabían, él era muy transparente —¡No le digan a nadie más, por favor! ¡Pero necesito decirle la verdad!

—J-Jung-kook y-y mi-mi p-pe-queño Ta-Taeh-Taehyung... —Jimin colapsó.

—Bueno, mientras Jimin sale del quiebre mental, vamos a pensar en algo...

[...]

—Bienvenidos SeokJin-nim, Señorita Byulyi, joven Jimin... —el guardia miró tras de ellos. —¿quiénes son?

—Oh, son nuestros sirvientes. —Jin señaló —El joven Taehyung y el joven Hoseok. —detrás de ellos, un Tae y Hobi adultos, con la ayuda de la poción, se encontraban sosteniendo sus cosas. Ambos hicieron una reverencia.

—En ese caso, pueden entrar con ustedes.

Apenas ingresaron, fueron detenidos por el padre de Jimin que los enfrascó en una conversación. Este resultaba ser también un sirviente de la familia Jeon.
Jin codeó a Taehyung —este es un mapa hacia el cuarto de Jungkook. Vayan, nosotros nos quedaremos a distraerlo. Es un viejo bastante chismoso. —Tae asintió y se marchó junto con Hoseok.

Ambos caminaban por los pasillos.
Taehyung observó el mapa que Jin le hizo con una mirada tan profunda que Hoseok quedó perdido en él. Dios, ¿así sería Taehyung en unos años? ¡¿Qué clase de zarandeo le darían sus hormonas?!

—¿Por qué me miras así? —el castaño volteó a verlo con una sonrisa divertida. ¡Carajo! Incluso su sonrisa se volvería aún más hermosa.

—Ah, eh.. Es sólo que.. Em, bueno. Te ves muy bonito así.. —se sonrojó—¡No! Bueno, o sea, no es como si no fueras bonito ahora, pero digo, dentro de unos años tú, o sea, ¡mirate! ¡Quiero decir-

El menor rió y apoyó una mano en su hombro para que dejara de hablar tan frenéticamente —Ya, Hobi, tú también te ves y te verás hermoso. Es bueno ver cómo serás en unos años. —su voz era tan profunda. Dios, Hoseok se derretia sólo con eso —serás un gran hombre, Hobi —apretó su mejilla y le regaló su hermosa sonrisa característica de él.

—G-Gracias.. Tú ta-también... Mejor sigamos...

[...]

—Ahí está el cuarto.

—¡Waa! Pero hay guardias. —se quejó el menor como un niño. Sin dudas, la poción sólo te hacía mayor físicamente, porque Taehyung seguía usando las expresiones aniñadas.

—Tengo un plan, sígueme. —llegaron hasta los guardias. —
Hola, somos los sirvientes de Jungkook-nim, venimos a traer su ropa.

—Pues, tenemos que ver su contenido. —Jung asintió y ambos se agacharon junto a los dos guardias que revisarian las maletas. Y no es que Hoseok hubiera mentido, realmente ese es su contenido, ya que Jimin iba con ellas, pero el pelinegro tenía que meter a Taehyung al cuarto sea como sea. Entonces, cuando los guardias comenzaron a revisar, Hoseok abrió la puerta de la habitación y de una patada en el trasero de Taehyung, lo impulsó hacia dentro, cerrando la puerta al instante.

—¡Hey! ¡El otro sirviente ha entrado! —gritó uno de los guardias. —¡¿Qué crees que estás haciendo?!

—Eh... Ese... Ese sirviente es... ¡El amante de Jungkook-nim! ¡Hay que permitirles una última vez antes de la boda!

Los guardias quedaron boquiabiertos ¡¿Un momento de intimidad antes de la boda?! ¡¿Qué pasó con el Jungkook-nim despreocupado, se había molestado en algo como un amante?!

Una flor para un demonio. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora