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Pete está parado junto a Dum y Trump a un lado de los automóviles.

Aún le duele el trasero y siente unas ganas tremendas de llorar.

Pero se queda quieto, quieto y callado.

Guardaron los equipajes y todo lo necesario en los vehículos. Habían acordado juntarse temprano por la mañana para llegar a una buena hora a su destino y así disfrutar el resto del día, como no era muy lejos, el tiempo les calzaba perfectamente. Pete estaba encargado de los bocadillos, los hermanos de ordenar y organizar todo lo necesario, mientras que Sun y la madre Pete se encargaban de ver si estaba todo listo y correcto.

-Bien, creo que ya podemos partir. -Dice la madre de Pete, luego de cerrar la maletera del auto de Sun.

-¿Crees?- Pregunta Sun, mientras rodea su cintura con un brazo.

-Por supuesto, ya revisé y está todo en su lugar, listo.

-Entonces, ¿Cómo nos iremos?- Esta vez habla Trump.

Inevitablemente Pete tiembla cuando escucha su voz. Por el rabillo del ojo ve como posiciona sus manos en su cintura y su hermano se coloca del otro lado. Se fija en esas fuertes y marcadas venas en las manos de Trump, fuertes y brutales, brutales y densas, tan deseas y capaces de colorear de morado y tintes oscuros un músculo. Su trasero.

De casualidad, se fija en el rostro de Dum. A la vista parece casual e indiferente a lo que sucede, pero mientras Pete pasea su mirada por sus gestos y acciones, se percata de que tiene un deje de entusiasmo, uno inocente. Reconoce un sentimiento viejo y lamentablemente enterrado en el pasado por Pete.

 Reconoce aquel entusiasmo puro y lleno de felicidad, impulsado por las ganas de salir con los adultos. Con sus padres. Y se siente bien, se siente realmente bien ver que alguien sí disfruta de aquel momento. Y quiere mantener pulcro los pensamientos de Dum, quiere que lo disfrute y que tanto Sun como su madre lo pasen como sus expectativas esperan.

Aunque se olvida de un detalle

---Pete se puede ir conmigo, en mi auto.

Sugiere Trump, fingiendo una sonrisa amigable. Se acerca a Pete manteniendo el contacto visual con este y le rodea los hombros con un brazo. Su madre sonríe y Pete puede jurar que lo acaba de dejar ciego.

---Eso me parece bien.

Por una lado su madre parece entusiasmada y muy feliz, por el otro se encuentra Sun. El crea un semblante serio, luego de que Trump acorta la distancia con Pete. Parece un poco molesto, como si no le gustase una cosa. Mantiene su mirada fija en la dupla muy apegada y luego sólo hace contacto visual con Dum, hace un movimiento con su cabeza y el pequeño entiende. Pete se encuentra un poco muy curioso y, a pesar de tener el brazo de Trump sobre él, se concentra en el intercambio sigiloso de información entre el hijo menor y su padre. Dum deja su lugar a un lado de su hermano y da un paso adelante.

---Yo. . . yo quiero ir con ellos también papá.

Su padre sonríe y su hijo asiente.

Pete está pasmado.

¿Qué fue eso?

Sin embargo, lo que acaban de hacer no es malo, todo lo contrario. Sun conoce a su hijo y puede jurar que algo trama, o eso interpreta. No quiere volver a ver a su hijo mayor metido en problemas y, por la incomodidad que Pete emana y que parece imperceptible por su madre, puede asegurar que no está todo normal como aparentan las cosas.

Aunque eso no lo sabe Pete.

---Esto es estupendo, así podrán conocerse aún más. ---Suelta su madre mientras da pequeños aplausos.

No era cierto. [Ae&Pete]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora