XI

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---Hola camarón.

---¡No me digas así!

---¿Por qué no? Es excelente y te queda perfecto.

---Claro que no.

---Eso lo dices tu, pero hay muchas razones.

---Solo tonterías.

---Tal vez.

Pete por fin descansaba sentado en una esquina de la cama. Y es que limpiar, lavar, ordenar, cambiar y todo lo que concierne preparar una habitación para dormir y establecerse cómodamente, cansa y agota. Porque si se hace bien, el joven lo hizo más que sólo bien. Pete tuvo que sacar basura y desempolvar todo los muebles, porque incluso si la habitación sólo tenía una mesita de noche, un closet y la cama, las ventanas, el suelo, la esquina de las paredes y la manilla de la puerta también fueron limpiadas con dedicación, con la dedicación que sólo un maníaco presentaría; él, finalmente, orgulloso y muy fatigado, observó la habitación y luego se sentó en la cama.

Pete esperaba la llamada de Ae , y al parecer, no todo sería malo para él en ese lugar, porque la llamada llegó y él feliz la contestó.

---¿Cómo fue el viaje?

Pete no mentiría, el viaje fue menos incómodo de lo que esperó, fue menos doloroso y mucho menos largo y extenuante de lo que a él se le había pasado por la cabeza.

---Fue normal, pensé que sería largo y agotador, pero fue breve y casi no noté el tiempo que nos tomó llegar.

Ae sonríe y Pete escucha el leve sonido del movimiento de su boca, ese casi inaudible sonido que parece casi un grito en el oído de Pete. Y para el joven del viaje, se ha convertido en el mejor momento del día, porque le ha encantado y le ha hecho vibrar el corazón de felicidad, de saber que Ae está alegre y bien.

Pete había esperado por la llamada de Ae desde que salió del vehículo, inclusive antes de salir de su departamento. Debido a que, a pesar de verse antes de viajar, estuvieron juntos muy poco y demasiado rápido para que los dos asimilan que no se verían en algún tiempo. Pete por su parte, no había querido inquirir el número de Ae en su teléfono y llamarlo, pensaba que luciría muy desesperado y ansioso.

Y la verdad es que aún lo estaba.

---Genial.

---¿Y cómo estás? ¿Pond ha vuelto?

---Estoy bien, he podido descansar y dormir hasta tarde, aunque la rutina me obliga a madrugar de ves en cuando.- Ríe y Pete solo puede sonreír, porque si suelta un sonido, sabe que sólo será uno que se entrecortará en el camino por lo nervioso que está. ---Y con respecto a Pond, el ha vuelto, a irse.

---¿Eh?

---El vino para terminar su semestre, pero luego se ha marchado otra vez.

---Vaya.

---Sí, "vaya". Pero no me preocupo mucho, no es porque él lo quiera así. Sólo disfruto.

---Así que, éstas sólo.

Pete al igual que Ae, sienten que la palabra los golpea con arrebato. Como si todas las acepciones negativas de esta se juntaran y les dieran una bofetada en la cara, una bofetada de "date cuenta que no están juntos" y les duele, sin pensarlo, les duele pensarlo y saber que aunque es momentáneo, que no les hace bien.

---Lo estoy Pete. . . estoy sólo.

Ae no sabe por qué siguió con el terrible momento y siente que se extenderá más si vuelve a contestar una estupidez.

No era cierto. [Ae&Pete]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora