IV

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A las lejanías de Weehakwen, Nueva Jersey, había una cabaña de madera, donde la pareja se reunía. Bastaba con cruzar el río Hudson para llegar a ese sitio donde la calma abundaba.

Era el único lugar donde estaban a solas, donde ni Hamilton ni Burr sabían de su ubicación. Ambos padres asesinarían a sus respectivos hijos si supiesen que están con el otro.

Quizá el único defecto que la solitaria cabaña tenía era que se encontraba cercana a un terreno que la gente solía frecuentar para encararse en un duelo a muerte. Continuamente escuchaban a la multitud reunirse para la batalla, después un disparo cortaba el silencio y le abría paso a las lágrimas.

Eso de los duelos era una completa estupidez, al parecer de Theodosia.

De amor, odio y otras tragedias | PhildosiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora