XIV

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Aquel día, los Hamilton tuvieron una visita inesperada. Aarón Burr aporreaba la puerta desesperado, deseando encarar al hombre de la casa y romperle un par de huesos en el proceso. Eliza fue quien tuvo la infortuna de recibir al enfadado senador.

—Aarón, ¿qué sucede? —preguntó ella angustiada al ver la desesperación del otro.

Burr no respondió, simplemente la apartó con violencia, haciéndola caer, mientras vociferaba el nombre de Alexander. El aludido entró en escena a los pocos segundos, confundido ante todo el alboroto.

—¡Hamilton, aparta a tu muchacho de mi Theodosia!

Ambos hombres alegaban, Eliza abogaba por la inocencia de su hijo, asimismo Philip se resguardaba en su habitación, preguntándose por qué carajos la enemistad de su familia debía interponerse con sus sentimientos... No lo entendía.

De amor, odio y otras tragedias | PhildosiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora