Susan Reynolds era hermosa, Philip no podía negarlo.
Sin embargo, su belleza era incomparable con la de Theodosia.
—Toma —dijo él nervioso, tendiéndole un sobre con dinero a la muchacha—. ¿Podrías entregárselo a tu madre?
Ella asintió. Philip estaba por agradecer cuando cerró la puerta.
Él se quedó ahí, cual piedra, sin saber exactamente a qué se debió la reacción de Susan.
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De amor, odio y otras tragedias | Phildosia
Fiksi PenggemarSu hogar, la escuela, su vida amorosa, ¿había algo que Alexander no estropeara?